Destinos Entrelazados.

Después que la hiciera retractarse de sus descaradas palabras, le seco el cabello. No obstante, lo hago con una boba sonrisa en mi rostro. Es que de tan solo recordar el desastre que hicimos en el baño, mis tripas se contraen de la emoción, simplemente quedó echo nada y todo mojado. Pero todo es su culpa, no entiendo por qué es tan deliciosa que me es imposible resistirme.

- ¿Qué vas a hacer mañana?.- pregunto, maquinando algunos de mis planes, ya tengo un par de ideas en mente, para emplearla con ella.

- Mmm, no sé. Irónicamente, no lo había pensado, quizás trabaje horas extras o me coloque al día con mis actividades académicas, tengo muchos que hacer.- exclama sin ánimos.

- Si quieres puedo librarte de todo lo que te atormenta, con una palabra mía, no tendrás que hacer nada o justificarte.- comento, mientras masajeo sus hombros.

Sin saber que reaccionaria de la manera mas inesperada.

- No, quiero hacerlo por mi misma, agradezco tu interés, pero quiero tener esa satisfacción que lo he resuelto por mi cuenta y no es como si la vida se acabará. - Afirma con severidad, mostrándome su convicción.

Satisfecho por su proceder, acomodo su cabello y beso su cuello, cada vez me demuestra de lo que esta hecha. Aurora vale mucho más de lo que cree.

- Haré como desees, respetaré cada una de tus demandas, sin importar que tan descabellado sea. Sin embargo, recuerda que ahora eres mi pareja, tienes toda la libertad para utilizar mi nombre y apellido, soy completamente tuyo.- hago que me mire.

Quiero que sepa y recuerde que desde hoy no estará sola, siempre estaré con ella aunque esta no lo quiera. Porque no puedo asegurar que nuestro romance sea eterno o que nuestro amor no se desvanezca, pero si puedo afirmar que siempre la protegeré, ella es como el pedazo de cielo que tengo en este infierno, al cual me resisto perderlo.

- Debería agradecerte, pero no puedo hacerlo. Porque no te utilizaré, somos uno para apoyarnos, no para dañarnos. Quiero que te quede claro que jamás te vería como una herramienta, estoy contigo por ti, no por tu poder ni dinero. A mi solo me interesa esto.- coloca su mano en mi pecho, exactamente en mi corazón.

Conmovido, la envuelvo entre mis brazos. Había perdido la fe de encontrar alguien que me quisiera por lo que soy y no por lo que tengo, pero esta niña de ojos marrones me trae las ganas de luchar. Aurora se esta convirtiendo más que mi salvavidas.

- Gracias.- digo, cerrando mis ojos, adentrándome en esta sensación de tranquilidad que me rodea

Luego de desayunar y ayudarla arreglar su cabello, nos encaminamos al coche. Situación que aprovecho para abrochar su cinturón y meter mano. Al igual, de probar sus labios. Es que debo ser descarado en momentos cruciales.

Luego de ser regañado y hablar de cosas sin importancia, cede ante el cansancio y se duerme en el asiento. Deslumbrado por esta única vista, realizo una parada técnica y le saco una foto. Tanto mi celular con mi mente está repleto de ella, quiero visualizarla en todas las direcciones que mire, quiero convertirme en su centro, como se esta volviendo para mi.

Abatido, acaricio su rostro, me gustaría pasar más tiempo con ella, pero es imposible, es hora de volver al mundo real y a las obligaciones. Debí trabajar más, para poder tener más tiempo libre, como me arrepiento de no haberlo hecho. Sacudiendo mi cabeza, vuelvo a retomar el volante, la verdad no tengo nada que lamentar, gracias a mi decisión imprudente pude sostenerla en mis brazos y saber que tengo un espacio importante en su corazón, el cual se vuelve más grande con el pasar del tiempo.

Después de coordinar todo y debatirme si debo llevarla a su casa o la mía, elijo. Aunque me gustaría pasar 24/7 con ella, creía que esto solo ahogaría la relación. Al igual, que solo sería un estorbo más en sus deberes, Aurora es una mujer muy movida, no le gusta quedarse quieta y ahora que está aspirando a su futuro menos lo hará. Realmente es una mujer increíble y admirable.

Con recelo me estacionó frente a su casa, sé que esto es lo correcto, pero mi lado oscuro me grita que no lo haga, tengo pavor que mis temores se hagan realidad y yo no pueda hacer nada para ayudarla, por la maldita distancia. Tomando valor, la empiezo a despertar.

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**** Aurora ****

Creo que he renacido y que mi apetito sexual se ha despertado como nunca, jamás creí que deseara tener tanto sexo con alguien, cada vez que lo hacía con Julián, sentía que quería más. Él es como el agua del mar, entre más la bebo más quiero, solo espero no morir deshidratada.

Exhausta por tanto ejercicio, cierro los ojos. Cada centímetro de mi cuerpo duele, no es un dolor agonizante, pero si es inquietante, por más que trate de hacer que desaparezca no lo hace.

Sin percatarme, me quedo dormida y solo soy capaz de despertar cuando su dulce voz me llama, trayendo de nuevo a la realidad. De vuelta a mis sentidos, le sonrió.

Aunque nuestra relación ya está establecida, tengo un poco de nervios, siento que esta felicidad que me aborda podría desaparecer en cualquier momento. Así mismos, temo las reacciones de mis amistades, no quiero que me echen a la cara mi elección y me digan que debía esperar más, que primero debí sanar antes de entrar en otra relación.

Sin embargo, esta vez si voy a pelear. Siempre estoy confusa acerca de lo que quiero y siento, pero ahora lo tengo claro, voy a estar con Julián hasta que Dios lo permita, porque algo me dice que mi destino era encontrarme con el; siento que todo mi vida había divagado solo para hallarlo.

Determinada lo beso, no sé que me depara el futuro, solo tengo claro las ganas de aferrarme a él y disfrutar lo que la vida me ofrezca, voy a vivir el presente como si no hubiese mañana, por él y por mi.