La Vida de Aria no ha Sido facil, desde que recuerda ha recibido maltrato.
pero en su cumpleaños 18, su vida cambiará totalmente y dará inicio al destino que tiene escrito desde hace más de tres generaciones.
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Capítulo 22
Aria
El camino hasta el anfiteatro fue muy ameno, Aarón es muy ocurrente, después de algunos minutos llegamos, mi padre baja para abrirme la puerta y me ofrece su brazo para bajar e ingresamos, mientras que Aarón se encarga de estacionar el auto, apenas pongo un pie en el recibidor escucho murmullos, a estas alturas ya todos deben saber que soy la hija perdida de Albert White, mi padre me toma fuerte del brazo para darme seguridad y luego observó en sus ojos, una mirada de advertencia hacia los asistentes.
Al cabo de un momento llega Aarón y se nos acerca diciendo - Alexander me acaba de contactar por el link y quiere que nos sentemos en el mismo palco que él y Clarisa.
Aria- (sorprendida) ¿Por qué?, Que diga, tengo entendido que cada miembro de la confederación tiene su propio palco.
Aarón - No me dio el motivo en particular y como no vi inconveniente por el cual rechazar la invitación, acepté.
Albert - Me parece bien, entonces vayamos al palco del Rey Alfa.
Aria estaba muy nerviosa, no quería tener cerca a Alexander por las sensaciones que le causaba, pero no encontró ningún motivo válido para convencer a su padre de rechazar la invitación, así que no tuvo más remedio que ir.
Cuando llegaron, en el palco ya se encontraban Alexander y Clarisa ambos les dieron la bienvenida.
Alexander no le quitaba la vista de encima a Aria y esto la ponía muy nerviosa, de pronto se le acerca para susurrarle algo al oído.
Alexander - (seductor) Te queda muy bien ese vestido, resalta muy bien ese bello tatuaje que tienes en la espalda, pero pienso que se ve mejor a la luz de la Luna y sin el vestido.
Luego de decir esto, regresó a su asiento, con una sonrisa.
Aria había quedado en shock, en su mente retumbo el pensamiento - LO SABE!! Él ya sabe que soy su Mate.
Alexander la vio en cuanto llegó al anfiteatro, desde ese momento no despegó la mirada de ella,-se veía tan sexy con ese vestido - pensaba, de pronto ella giró junto a su Padre quien la tenía del brazo, lo cual le dió una visita perfecta de su espalda y fue ahí donde pudo divisar el tatuaje de la loba con las flores a su alrededor, el mismo de su Diosa del Lago.
Khan - (eufórico) Es ella, Alexander.
Alexander (sonriendo) - Si Khan, pero hay un detalle pese a que ya no oculta su apariencia, si lo hace con su Aroma, lo está haciendo a propósito, estoy seguro de que ella sabe de nuestro vínculo.
Khan - (Triste)Qué haremos, acaso será que nos quiere rechazar??
Alexander - (Tono travieso) Tranquilo, no permitiremos que eso pase, vamos a jugar un poco a ver cuánto más puede ocultarse de mí.
Aria estaba blanca como un papel, en su mente retumban una y otra vez - Él la había visto la anterior noche en el lago cuando se estaba bañando.
Aarón - (preocupado) Pequeña te encuentras bien, estás pálida.
Albert - Es cierto cariño, si quieres podemos regresar a casa, para que descanses.
Aria (nerviosa) - No tranquilos estoy bien, si me disculpan iré a refrescarme un poco.
Salió del palco y camino por los pasillos buscando algún lugar para poder calmarse, mientras caminaba, Serena le hablaba.
Serena - Te dije que él encontraría la forma en descubrir que eres su Mate, no por nada es el Rey Alfa.
Aria - Si me lo dijiste, pero no pensé que iba a ser tan pronto, y ahora que hago??
Serena - Pues darte una oportunidad de amar y ser amada.
Aria- ¿Y si no funciona? ¿Si me rechaza? Ya viste lo que sucedió con Kiran.
Serena - Alexander no es Kiran!!! Vamos Aria no puedes negarte a ser feliz solo por miedo.
Aria- No lo sé Serena no quiero volver a sufrir otra decepción, de esperar algo de alguien y luego me rechacen.
Estaba tan inmersa en mi conversación con Serena, que no sentí cuando alguien me tomo por la cintura y metió a una habitación la cual se ilumina cuando estábamos dentro, estaba a punto de golpearlo cuando siento ese exquisito aroma a Madera y Pino, entonces supe quién era - Alexander!!
Alexander - (coqueto) Si soy yo mi hermosa Diosa del lago.
Aria- (nerviosa) ¿cómo me llamaste? ¿Creo que me estás confundiendo con alguien más?
Alexander (molesto y mirándola a los ojos) - Porque insistes en negar en que eras tú la mujer que estaba en el lago anoche y porque sigues escondiendo tu aroma.
Aria - (esquivando la mirada) No sé dé que estás hablando.
Alexander se acerca hasta estar a escasos centímetros de su rostro y le dice - Sé que eras tú la mujer del lago, recuerdo muy bien ese tatuaje que llevas en tu espalda.
Se acerca cada vez más a Aria y le susurra al oído de manera seductora déjame sentir tu exquisito Aroma.
En ese momento Aria se da por vencida, toma el medallón de su cuello, se lo quita, lo coloca sobre la mesa que tiene a un lado y deja salir su Aroma.
Alexander, al sentir su Aroma sonríe y le dice al oído- Al fin te encontré mi hermosa Luna- sin poder aguantar más toma los labios de Aria y la besa apasionadamente.
Aria - (pensando) Este es mi primer beso, al principio trato de resistirme, pero por la Diosa! El sabor de sus labios son tan dulces y su aroma inunda mis sentidos, no quiero que pare, quiero perderme en su boca.
Alexander por su parte se da cuenta de que ella no tiene experiencia en besar, lo cual le gusta porque quería decir que solo sus labios habían tocado los de su Luna, utiliza todo su autocontrol para no asustarla y ser gentil, ya que su entrepierna ha comenzado a apretar en su pantalón.
El beso se intensifica cada vez más, una corriente eléctrica recorre todo el cuerpo Aria, es la primera vez que tiene está sensación, siente como su zona íntima comienza a humedecerse, su mente se encuentra nublada por el placer de las caricias de Alexander, no puede evitar que se le escape un gemido - Ahhh Alexander, yo.. yo..
Alexander (excitado) - Dime mi Luna, que deseas…
Aria- (excitada) Yo ... Yo ... Deseo... Más... De ti.
Estas palabras fueron más que suficiente para que el autocontrol de Alexander desaparezca, la carga y la sube a la altura de su cintura, Aria enrolla sus piernas alrededor, él baja por su cuello besandolo, la lleva hasta un escritorio que está a unos pasos, la coloca suavemente sobre este, mientras con una mano lentamente va bajando el cierre que tiene el vestido dejando al descubierto el tatuaje que tanto le gusta comienza el recorrido de su espalda dejando un camino de besos a su paso.
La excitación de Aria estaba en aumento, su cuerpo reaccionaba con cada toque de Alexander.
Alexander - Estaba a punto de quitarle el vestido a Aria, cuando golpean en la puerta.
Guardia - Su Majestad Alexander se encuentra aquí? La Ceremonia ya va a empezar y requieren su presencia.
En ese precisó momento, la razón volvió a Aria, estaba avergonzada por la situación en la que se encontraba con Alexander, lo empujo con toda su fuerza, logrando quitárselo de encima para luego acomodarse el vestido.
Mientras Alexander con una voz gélida respondió al guardia que estaba detrás de la puerta - Diles que voy enseguida.
Cuando volteo a ver a Aria, ella ya se encontraba con el vestido en su lugar y tratando de salir de esa habitación, pero antes de poner una mano sobre la manija de la puerta, atrajo a su cuerpo y le dijo - a dónde crees que vas?
Aria- (avergonzada y desviando la mirada) Que no escuchaste que ya va a comenzar la ceremonia, además mi padre y Aarón, deben estar preocupados por mí.
Alexander - (Tono travieso) Mi hermosa Luna, estás segura de que no quieres terminar lo que estábamos haciendo.
Aria- (Avergonzada y desviando la mirada)
Alexander por favor no es el momento para juegos.
Alexander (seductor) - Mi hermosa Luna, no estoy jugando.
Pero Aria evitaba míralo a toda costa, entonces Alexander tomo su mentón delicadamente- Aria mírame por favor.
Aria, fijo su mirada en Alexander y por un momento se perdió en el azul de sus ojos, para decirle- Alexander hablemos después sobre nosotros, ahora es mejor que salgamos de aquí, te están esperando para iniciar la ceremonia.
Alexander aflojo el agarre que tenía sobre la cintura de Aria.
Aria aprovechó para liberarse por completo y salió de aquella habitación, camino lo más rápido que pudo, con su corazón agitado por todo lo acababa de suceder, se reprochaba a sí misma por haber perdido en control, pero a la vez una sonrisa de satisfacción se asomaba en su rostro al recordar las caricias de Alexander.