El Destino De Aria

Prólogo

Desde que tengo memoria he sido tratada como una esclava, no se permite comer antes que los demás empleados, para bañarme lo tengo que hacer en el río.

No entiendo el porqué me tratan de esta manera, solo espero cumplir la mayoría de edad para poder irme de la manada, no me importa vivir como una Rogue, prefiero eso a qué seguir aguantando este tipo de trato.

Me presento, Mi nombre es Aria, no tengo apellido, mido 1.65, soy de tez blanca y cabello negro azabache, mis ojos son color Hazen, me dijeron que fui encontrada cuando tenía 3 años por el anterior Alfa Markus de la manada Sunshine, aunque él nunca me trató mal, pero tampoco hizo nada para que no me maltrataba sobre todo su Luna quien era muy cruel conmigo, su maltrato se debía a qué pensaba que yo era alguna hija bastarda del Alfa, pero a pesar que él le dijo en innumerables ocasiones que no era así, ella nunca le terminó de creerle, cuando ella me golpeaba siempre me decía que yo era el reflejo de su infelicidad.

El Alfa Markus y su Luna Solange (así se llamaba esa bruja) tuvieron tres hijos, el Mayor y actual Alfa de manada Kiran y los Mellizos Caleb y Cala.

Cuando tenía de 6 años, mi vida cambio drásticamente, si bien es cierto era una empleada en la casa del Alfa Markus y era maltratada por la Luna, pero por lo menos tenía una habitación y podía ir a la escuela, un día cuando me estaba alistando para ir a la escuela, se escuchaba una revolución en toda la casa, misteriosamente el Alfa Markus fue encontrado muerto en su propia cama, según dijeron los doctores murió de un paró cardíaco, lo cual fue muy raro porque él siempre fue muy sano, quisieron hacer una autopsia,,, pero la Luna Solange no lo permitió, alegando que eso sería una deshonra al cuerpo del Alfa.

Dos días después de la ceremonia fúnebre, la Luna Solange entro a mi habitación y me tomo del brazo me saco a rastras y me lanzó en una habitación muy pequeña que servía para guardar las cosas de la limpieza, luego me dijo que a partir de ese día esa sería mi nueva habitación y que me olvidé de ir a la escuela, a pesar de que le suplique que por favor me deje asistir a escuela, ella solo me pateó y burló de mí diciendo que una bastarda huérfana no merecía ser educada.