Sahara es una chica dulce y amable, que para salvar la vida de su hermana tuvo que entregarse a un mafioso; pero ella se equivocó, da todo por una familia egoísta y esa decisión cambia su vida, ahora ella tiene que empezar a vivir sola, a valerse por si sola, sus problemas empiezan con esa desicion.
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CAPITULO 17. FUI UN TONTO
Cuando estuvo parado a un lado de la cama, pudo ver a los dos pequeños y eso fue lo más increíble; será que la sangre llama o simplemente él ya sabía que eran sus hijos, pero la emoción que sintió al verlos fue demasiada, una felicidad que no entendía lo invadió, estaba sonriendo y no sabía por qué. Él miraba esos dos pequeños durmiendo y verlos era lo más hermoso del mundo, no entendía por qué, pero era una imagen increíblemente bella.
Paso una hora parado frente a esa cama mirando a los pequeños dormir, estaba tan emocionado, más con la pequeña que era una loca para dormir, más de una vez tuve que taparlos, más de una vez tuvo que mover a la pequeña, ya que ella subía sus pies en su hermano, una vez los puso en su abdomen, otra en los pies de su hermano y sus manitas, también que más de una vez golpeo el rostro de su hermano; Nil tenía una enorme sonrisa, su pequeñita era increíblemente divertida cuando dormía, hasta ver sus gestos era interesante, fruncía su ceño, arrugaba la nariz, su boquita pasaba de la sonrisa a estar molesta, se podía ver que su sueño era de lo bueno a algo que la molestaba.
Pero con su pequeño era diferente, él seguía en la misma posición, dormía boca arriba, con sus manos sobre su cabeza, su pie derecho un poco flexionado; pero lo más interesante era su rostro se miraba tan tranquilo, parecía un angelito, era un rostro pacífico, dulce, sus mejillas estaban rosadas, sus labios tenían un color rojo suave tan hermoso, eran unos labios perfectos, ese cabello negro, su piel blanca.
Para él eran unos pequeños perfectos, deseaba tanto poder conocerlos, poder escuchar sus pequeñas voces, de poder jugar con ellos, pero sobre todo de poder abrazarlos, poder sentir sus besos en sus mejillas; después de esa hora viéndolos, una hora que la sintió como unos minutos, en ese momento le llego un mensaje de Carlos, avisándole que ya iban de regreso.
Nil se sintió molesto, quería seguir viendo a los pequeños, tomo la navaja que traía en su bolsa del pantalón, se sentó en la orilla de la cama y tomo un poco del cabello de la pequeña, lo corto con la navaja, lo puso en una pequeña bolsa, lo guardo en la bolsa de su pantalón; estando ahí sentado a lado de los pequeños, no pudo evitar acariciar el rostro de la pequeña y al sentir su piel tan sube, su rostro tan pequeño, bajo su mano fue algo que nunca creyó sentir, un sentimiento que lo invadió, que hizo que su corazón se acelerara, que su sonrisa se hiciera mucho más grande, pero lo que más lo impacto, fue esa emoción tan embriagadora, tan hermosa, que sintió con solo tocar a esa pequeña.
No era un sentimiento malo, era un sentimiento puro, que lo hacía sentirse tranquilo, que lo hacía sentir amor una felicidad única, una felicidad que nunca creyó sentir; sin pensarlo, sin querer se agachó y dejo un beso en la frente de los pequeños, estaba feliz, en ese momento pensó “yo no tengo duda estos pequeños son míos, son mis hijos y no pienso dejarlos, tienen que venirse a vivir conmigo, al igual que tu mi hermosa Sahara; vas a tener que perdonarme, pero desde el momento que decidiste tener a mis hijos te convertiste en mía y eso me hace feliz, me hace ser el hombre más rico del mundo” suspiro profundamente, se paró de la cama, les tomo una foto y sin nada de ganas salió de la habitación.
Nil se dejó caer en el sofá de la sala, empezó a ver las fotos que les tomo a sus pequeños, no quería dejar de verlos, quería llevárselos con él, no quería separarse de esos dos pequeños que lo hacían sentir tan feliz; pero para su mala suerte tenía que esperar un poco, primero tenía que saber qué había pasado en esos 7 años, tenía que saber cómo estaba ella, saber cómo la abordaría, como haría que ella se fuera con él, porque a pesar de todo no quería hacerle daño, no quería sentir su rechazo, aunque él si deseaba volver a estar con ella.
Después de 10 minutos que él salió de la habitación, Carlos y Mariela llegaron, en cuanto entraron al departamento, él se paró y sin decir nada camino a la salida; Carlos se despidió de Mariela y siguió a Nil. Cuando los dos estuvieron en el carro le ordeno ir al hospital, iban en camino cuando Nil, con voz seria, le dice.
• Quiero que vayas al laboratorio y si ahí no está el laboratorista, lo buscas, lo sacas de donde este, lo llevas al laboratorio, para que haga una prueba de paternidad.
Nil le entrega la bolsa con los cabellos de la pequeña, después corta un poco de su cabello y lo pone en otra bolsa, se las entrega; Carlos puso cara de sorpresa, no podía creer lo que le decía, rápido supo que ese cabello era de los pequeños. No se dijo nada más, llegaron al hospital, Nil se bajó de la camioneta y le ordeno ir a donde lo mando; Carlos pronto se puso en marchas, estaba emocionado con esa idea, si esos pequeños resultaban ser hijos de su jefe, iba a ser increíble, porque esos pequeños iban a estar con ellos y eso era algo padrísimo.
Nil entro al hospital cuidando de que ella no lo mirara, fue directamente al área de seguridad, le ordeno al vigilante que pusiera la cámara donde estaba ella, esa noche se pasó viéndola por las cámaras de seguridad de todo el hospital; él estaba impresionado con ella, la miraba trabajar, atender a las personas mayores que estaban internados, era atenta, cuidadosa, hasta llegaba ser dulce con ellos, cuidándolos como si fueran su familia.
Ella se movía del área de adultos mayores, al área general, después regresaba a su consultorio, donde atendía a las personas que llegaban de emergencia; pero hubo momento donde miro que más de una enfermera la trato mal, que el medido de guardia, que en ese momento era su jefe la trataba despectivamente, se podía ver su altanería, su arrogancia cuando se dirigía a ella, no podía escuchar lo que le decía, pero se podían ver sus gestos, sus alemanes al momento de dirigirse a ella, eso le molesto a Nil.
Nil no le gustó nada en la forma en que la trataban algunos médicos, enfermeras y trabajadores del hospital, se molestó mucho porque, para él nadie tenía derecho a tratar a su mujer así, nadie podía menospreciar a su mujer y menos en el hospital que era de él, que ahora era de ella; estuvo a punto de levantarse e ir ahí, para poner a todos esos trabajadores tontos en su lugar, tuvo que usar todo su autocontrol para poder controlarse.
Nil cerro sus ojos, se sentía molesto, no le gustó nada ver como la trataban y si lo que miraba lo molesto, pero se puso cuando escucho lo que el trabajador de seguridad le dijo.
• Es molesto ver como la tratan verdad, yo también siento ese coraje cada noche y todo por ser madre soltera, como si no hubiera tantas mujeres así, no entiendo por qué tenemos que juzgar, sin conocer la historia de las personas; sabe señor, alguien esparció un rumor de ella, cuando se supo que estaba embarazada, se empezó a decir, que ella era una mujer fácil, que ha estado con tantos hombres que no supo de quién eran sus hijos y solo por ese rumor, algunos empezaron a tratarla mal, hablar detrás de ellas, a criticarlo.
Pero yo no lo creo, esa jovencita solo viene a trabajar, antes trabajaba hasta dobles turnos para poder ganar dinero, trabaja sin meterse con nadie, ni siquiera coquetea con los médicos y tiene para coquetear con ellos, es hermosísima, tiene un cuerpo que cualquier hombre quisiera, pero ella sabe darse su lugar, se dedica completamente a sus pequeños; yo creo que una mujer así, es incapaz de hacer lo que dicen, porque si ella fuera una mujer fácil desde cuando se le hubiera entregado a ese médico que no deja de acosarla.
Nil al escuchar eso último se alteró, molesto y demándate le dice.
• ¿Qué dijiste?, como que un médico la acosa, explícame.
El guardia de seguridad no puso atención en su enojo, él hablaba sin parar, le gustaba el chisme,
• El médico Alonso, el mejor amigo del director general, ese hombre no deja de acosarla, desde que lo rechazo, empezó dándole trabajos que no eran parte de lo que le tocaba hacer a ella, hasta una vez la puso a lavar un baño y eso si es exagerado, porque es parte de los trabajadores de limpieza, no de los pasantes de medicina.
A ese médico realmente le dolió su rechazo, ha querido que la despidan desde el día que se negó hacer su novia y como el director general le dijo que no la iba a despedir, porque es una excelente trabajadora, no hay motivo para despedirla, entonces él decidió hacerle la vida imposible, para que renunciara.
Yo siento lástima por ella, porque ese médico tarde o temprano la va a echar de aquí; yo no sé qué paso, pero hace unos días la mire salir de su consultorio, ella salió corriendo, creo que hasta iba llorando, solo que ya no supe, porque salió del hospital, pero estoy seguro de que algo trato de hacerle, lástima que ella no habla, aunque de que le sirve hablar, quien le va a creer, si el director general protege al médico Alonso.
Nil endureció su rostro al escuchar lo que le decía, se sintió molesto, furioso, pensando en lo peor, pensando que ese hombre la había hecho algo imperdonable y eso no pensaba perdonarlo; no dijo nada, solo se levantó y fue directamente a la oficina del director general, aunque era de noche, en ese momento no se encontraba en el hospital.
Nil tomo el teléfono que estaba sobre el escritorio, marco el número del celular del médico general y en el momento que lo escucho, con una voz endurecida, amenazante, le dijo.
• Ven al hospital en este momento, te estoy esperando, será mejor que no tarde y no me hagas enfadar más, porque no solo voy a quitarte el trabajo.
Al terminar de decir eso corto la llamada, se quedó sentado en la silla detrás el escritorio, para esperar al director general; estaba molesto, furioso y no pensaba dejar pasar lo que escucho, tenía que saber si era verdad, hacer pagar a todos los que la lastimaron.
Nil cerro sus ojos, estaba tratando de controlar su ira, en ese momento pensó “espero que ese maldito no te haya hecho nada y que no haya tocado tu cuerpo, porque me pertenece, Sahara tú me perteneces, no voy a perdonar a los que te lastimaron; Sahara, hermosa mujer, fui un tonto al dejarte sola, debí vigilarte, tomar en cuenta las consecuencias de lo que hicimos, maldito Karma, como dejaste que dañara a tan hermosa mujer, nunca debí acostarme contigo, ese día debí dar media vuelta, alejarme de ti” en ese momento su conciencia, su remordimiento lo estaban torturando, le estaba causando un dolor muy grande y sentía que de lo que se enteró no era todo, algo le decía que había más cosas que seguro no le iban a gustar.
Pasaron casi dos horas cuando el director general llego, entro a su oficina y en el mismo momento que cerró la puerta escucho decir.
• Siéntate enfrente de mí y en este momento me vas a explicar, ¿Por qué existe el acoso laborar, en mi hospital? ¿Por qué has dejado que se trate mal a Sahara, por rumores mal intencionados? Y me vas a explicar, ¿Por qué ese médico de nombre Alonso puede dar órdenes en mi hospital como si fuera el dueño?, habla sin mentiras, porque, si me mientas, vas a perder más que tu trabajo.