Su hermano comete un gran error al robarle a un mafioso, y solo ella puede salvarlo de la cárcel. Solo que no espera lo que un malvado mafioso tiene pensado para ella y termina cayendo en un laberinto sin salida.
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Capitulo 24
En la mañana se levantó como siempre para intentar preparar el desayuno de sus hermanos, pero algo había cambiado en ella, esa felicidad que la caracterizaba en las mañanas no se reflejaba en su rostro, al contrario, se veía apagada y desganada. Lo peor es que aún debía mirar a la cara a Lucas sabiendo lo que había sucedido la noche anterior, no estaba preparada para tal descaro por lo que evito enviarle mensajes a Lucas, pero para su sorpresa este tampoco escribió nada para ella en todo el día.
Al principio solo pensó que el estaría descansando, pero las horas pasaban y no había señal de él, esto la preocupó un poco, por lo que decidió llamarlo solo para saber si se encontraba bien. De momento Lucas atendió el teléfono, pero en su voz se podía notar frialdad.
-Hola...
-Hola cariño... Quería saber como estabas.
-Estoy bien...-Contestó sin más.
-Ahh bueno.-Titubeo. ¿Estás cansado?
-Si, lo estoy. -Contestó sin darle posibilidad de preguntar más.
-Bueno, te dejaré descansar...-Alcanzo a decir antes de que el cortara el teléfono, esto le extraño demasiado y comenzó a pensar lo peor, pero no quería llenarse la cabeza con pensamientos malos, prefería creer que solo tenía un mal día o que talvez se había enojado porque ella lo dejó solo en su gran noche, todo era mejor a que el supiera la verdad.
En la noche fue a trabajar, todo se veía muy normal, sus compañeros se mostraron contentos ante la noticia de su noviazgo y eso la tranquilizaba un poco, pero Lucas no apareció por allí inclusive dejo a alguien encargado de que cerrara el restaurante.
Julieta al caminar hacia la parada del bus esperaba verlo llegar, pero nada, el nunca apareció. Volvió a su casa desganada y por momentos observaba su celular esperando un mensaje de él, pero nada.
A la mañana siguiente tomo la iniciativa y le envió un mensaje, y finalmente le contesto avisándole que durante estos días estaría muy ocupado y que por esa razón no había ido al restaurante, eso la tranquilizó aunque era un poco extraña su actitud.
Los días continuaron pasando y no había muchas noticias sobre Lucas, hasta que después de una semana el apareció, los ojos de Julieta se iluminaron e inclusive todo lo hacía con más entusiasmo, lo observaba desde lejos como coordinaba todo en el salón principal mientras ella estaba en la cocina y mandó a llamar a la encargada de cocina para que le cuente como iba todo por ahí.
En un momento paso tras ella yendo hacia la bodega para hacer el inventario, Julieta en cuanto tuvo un momento fue tras el y pidió de hablar con él.
-¿Estás ocupado? -Se le apareció en la bodega.
-Un poco... ¿Qué necesitas Julieta?
-¿Qué sucede? ¿Por qué me evitas?
-Es que estamos trabajando aquí, tú sabes que dentro del trabajo no me gusta llamar la atención.
-Si, pero ya ni siquiera buscas de verme fuera del trabajo además todos aquí saben de nuestra relación.
-Prefiero que todo sea bajo perfil, no me agrada que opinen sobre lo nuestro.-Contestaba sin mirarla a la cara.
-Mmm está bien.-Dijo Julieta dándose cuenta de que en realidad el no quería hablar con ella. -Continuaré con mis labores.-Concluyó.
-Está bien, hay mucho trabajo.-Contestó fríamente.
Julieta volvió a su puesto de trabajo entendiendo que ya no debía estar tras el, y que talvez un día le diría la verdad sobre su enojo. Al terminar el horario laboral Lucas cerró el restaurante, pero Julieta no quiso esperar a saber si el la llevaría o no, por lo que decidió irse sola de una vez y esperar el bus como siempre.
Mientras esperaba el bus en la madrugada un auto estacionó frente a ella, contenta giró esperando que sea Lucas quien se había arrepentido y la había vuelto a buscar, pero no, este auto era diferente, este auto era de Bruno.
-¡Sube!-Le ordenó.
-Mm no, yo espero el bus.
-Yo no te pregunte, ahora Sube al auto de una vez. -Le Exigió bajando del auto haciendo que ella se asuste, con temor subió sin saber siquiera donde la llevaría.
-¿Tú me ves cara de idiota?-Pregunto enojado.
-¿Qué?¿Por qué? -Se asustó.
-¿Creías que me engañarías? Tú no eras virgen, si eras estrecha, pero no virgen. ¿Con quién has estado?
-Yo con nadie. -Contestó nerviosa.
-¡Eres una maldita perra!- Le grito tomándola del brazo mientras ella sollozaba. -Ahora como te crees tan inteligente deberás hacer lo que yo te digo.
-¡No! Yo ya me entregué a ti, ya pagué y no debes exigirme nada más.
-Claro que exigiré porque me estafaste.
-No volveré a estar contigo.-Le grito poniéndose firme.
-A mí no me interesa lo que quieras o no, cuando yo venga a buscarte siempre debes estar lista para mí.
-¡No! -Volvió a gritarle saltándose de su mano, rápido intento bajar del auto y salió corriendo mientras que el intento atraparla, pero la suerte estaba de su lado y el autobús justo paro dándole la oportunidad de escapar por lo que Bruno quedó allí parado, con ira golpeo su auto y volvió a subirse para irse a su casa.
Con enojo envío un mensaje a Julieta. "Maldita perra me la pagarás, no podrás escaparte de mi." Julieta leyó el mensaje y comenzó a llorar, todos en el autobús la observaban con pena, pero nadie podía entender ni sentir el dolor que llevaba dentro, se arrepentía de haberse entregado a Lucas tan precipitadamente para que ahora la ignore totalmente.