Después de vivir en un orfanato, tras la muerte de su madre, tiene que vivir el día a día. En búsqueda de un modo de pagar todo lo que necesita, pasa la noche con un hombre el cual desde hace mucho la deseaba; sin embargo, por artimañas de su hermana, se verá obligada a sustituirla en un acuerdo matrimonial.
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Capítulo 24
Hoy posiblemente den de alta a Carlitos, estoy muy contenta de que por fin pueda salir del hospital aunque aún tiene que estar en reposo un tiempo más hasta que le retiren el yeso,
En estos días aquí tuve tiempo de tratar más a la doctora Lía y no hemos vuelto buenas amigas, me siento contenta, ya que realmente yo no tengo una amiga como tal ella es una excelente persona somos compatibles creo que por eso nos hicimos amigas en tan poco tiempo y no sé, pero creo que entre David y ella hay cierta atracción, aunque Lía se muere por David no lo acepta claramente, pero me ha dicho que le parece muy atractivo.
Y aunque David trata de disimular también sé nota que se interesa por Lía.
A mí nada me daría más gusto que verlos juntos, creo que hacen una bonita pareja.
Todos estamos aquí reunidos esperando, por Carlitos.
- Sol, me dijo la doctora Lía qué hoy me da de alta.
Me dijo muy entusiasmado Carlitos.
- Así es pequeñín hoy por fin te podrás ir de este hospital, noto su carita triste.
- Que te pasa acaso no estás contento, no quieres irte de aquí.
- No es eso, solo que los días que estuve aquí te veía a diario y ahora ya no sé cuando te vaya a ver.
- No tienes por qué estar triste, Sol y yo pensamos que si tú quieres puedes venir a casa con nosotros, estarás más cómodo y tu recuperación será mejor.
En la cara de Carlitos se dibujó una amplia sonrisa.
- Es verdad eso Sol?, - me pregunto emocionado.
- Claro que es cierto, siempre y cuando tú aceptes la invitación de Ariel.
- Si, si acepto señor Ariel, muchas gracias.
Ariel se acercó y agarrándole la cabeza le dijo.
- No tienes que agradecer nada, yo soy el que está en deuda contigo por salvar a Sol, sabes ella es el amor de mi vida y tú fuiste un niño muy valiente por haberla salvado.
- Yo también la quiero mucho, es por eso que ni siquiera lo pensé para salvarla.
- Gracias, Carlitos sabes yo también te quiero mucho.
Le doy un abrazo.
En ese momento entra la Doctora Lía.
- lamento mucho interrumpir, pero es momento de que este pequeño se vaya a casa, aquí está la receta y las indicaciones en el momento que decidan pueden irse.
- Adiós Carlitos, a seguir las indicaciones y cuidarse mucho.
- Si doctora, gracias.
- Sol recuerda traerlo ala cita para retirarle el yeso.
- Lo tendré en cuenta, doctora Lía. Le guiño el ojo y le digo, no sé te olvidé visitarme, cuando quieras podemos tomar un café y charlar un poco.
- Estamos en contacto, tengo que ver otro paciente, - qué pasen buena tarde, hasta luego.
Me despido de Carlitos de Sol y de todos los presentes, me da gusto ver que él niño está mejor y ya se va a casa, pero en el fondo sé que tal vez no vuelva a ver a David y eso me pone un poco triste, aun recuerdo la madrugada qué me trajo un café y charlamos, aunque me hubiera gustado repetir lo de ese día ya no fue posible, apenas si hemos logrado cruzar palabra, parece que el destino juega en contra.
Casualmente, cuando él se encontraba aquí yo tenía un sin fin de pacientes, y cuando por fin lograba tener un descanso él ya se había marchado.
Voy sumida en mis pensamientos, cuando escucho esa voz qué hace que todo mi cuerpo reaccioné.
- Doctora Lía, gracias por estar tan al pendiente del niño.
- No tienes que agradecer, es mi deber y además qué lo hago con mucho gusto, me gusta mucho mi trabajo fue la mejor elección al elegir mi profesión.
Le digo sonriendo, en verdad me hace muy feliz el ser cirujana pediatra.
- En este tiempo me he podido dar cuenta que eres una gran doctora. Y una mujer excepcional y me preguntaba si es que aceptarías tomar un café conmigo, no tiene qué ser ahora, será cuando tú lo decidas yo estaré esperando.
- Yo encantada de ir contigo por ese café, puede ser el día de mi descanso, si me das tu número yo me pongo en contacto contigo.
De inmediato sacó una tarjeta y se la entrego, ella la toma y sonríe.
- Voy a estar esperando tu llamada, le digo, mientras nos despedimos.
- Ariel el chófer ya espera ala salida del hospital necesitas ayuda en algo más o de lo contrario me retiro.
- Gracias David, ya puedes retirarte nos vemos más tarde en la empresa.
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- María puedes, instalar a Carlitos en su habitación, ponlo cómodo, quiero que sea atendido de la mejor manera posible.
- Si señor Ariel, como usted lo mande.
María se encarga de que todo esté perfecto en la habitación de Carlitos.
Ariel se acerca y doblando un pie queda ala altura de Carlitos, me conmueve verlo así, como lo trata con tanto cariño.
A pesar de que él no es de las personas que muestran fácilmente sus sentimientos veo como lo trata con tanta dedicación, eso me hace pensar que será un gran padre.
Y siento como mi corazón se estruja, pues realmente no sé si algún día yo podré darle un hijo.
A pesar de llevar una relación sexualmente activa, yo nunca me he cuidado y no he salido embarazada, no es que esté buscando un embarazo solo que después de algunos meses, entro en mí la inquietud, de porque no me había embarazado.
En una ocasión el mismo Ariel me pregunto si es que me estaba cuidando, y también sé sorprendió al saber que no. Yo le pregunté si es que él quería que me cuidara, pero él se negó rotundamente.
Él no quiere que dañe mi cuerpo con medicamento y dijo que si llegaba a quedar embarazada él sería el más feliz del mundo, hace poco fui al médico y me mando hacer estudios de rutina, pero no encontró nada extraño me dijo que cuando menos lo esperará quedaría embarazada.
Yo no quiero tener un hijo ahora, mi situación con Ariel no está definida no sé realmente en que posición me encuentro no soy su esposa vivimos juntos pero solamente eso.
Pero he notado que él si desea hijos, y aunque no lo diga siempre me ha comentado lo feliz que sería de tener un hijo.
Y eso en el fondo me causa un poco de temor, él pensar que si hasta ahora no me he embarazado quien me asegura qué un día si lo lograré.
Escuchó a Carlitos qué me llama.
-Sol dice el señor Ariel qué él me pagará mis estudios para yo poder estudiar y ser un gran ingeniero.
Me dice Carlitos entusiasmado.
- Me da mucho gusto Carlitos, y has pensado donde te gustaría estudiar.
- No yo la verdad, no lo sé, pero el señor Ariel me propuso entrar al internado donde el estudio dice que si quiero puedo entrar ya, que allí hay muchos laboratorios donde puedo aprender muchísimo.
- Así es Carlitos, y dime a ti te gustaría, aunque eso significa que deberás dejar el orfanato, no verás muy seguido a la madre Ángela y que viviras en el internado, eventualmente podrías salir, para visitarnos y visitar el orfanato.
- Si el señor Ariel ya me explico, y yo estoy dispuesto a irme al internado, porque en el orfanato por más que las madres quieran darnos buena educación es imposible allí hay muchos niños y por eso es muy difícil.
- Es cierto Carlitos, y creo que has tomado la mejor decisión.
Que horror y las enfermedades!!!!!