CHOQUE DE ORGULLOS.

Estaba en el cuarto de la abuela acostada en su cama mientras acariciaba mi cabello le había contado todo lo que paso entre Arturo y yo la vi derramando algunas lágrimas estaba triste y mi corazón muy lastimado por un tonto que no veía cuánto lo amaba.

Abuela: Y dime la verdad hija ¿ya no sientes nada por Manuel?

Elena: No abuela, no se como o cuando pasó pero me fui enamorando poco a poco de él pero ya termino todo después de lo que te conté Arturo terminó odiandome.

Abuela: No mi amor ese hombre siente adoración por ti ya te lo había dicho y rara vez me equivoco sé que el señor Durán puede ser algo temperamental pero te ama yo lo sé.

Elena: Me dejó una carta antes de irse.

Abuela: ¿Y que dice la carta?

Elena: No lo sé ni siquiera la abrí me la dejó dentro de un sobre.

Abuela: ¿Y por qué no la leiste? tal vez ahi puedas aclarar tus dudas hija.

Elena: Tengo miedo de ser débil frente a él.

Abuela: No mi niña eres igual de orgullosa que tu abuelo que honestamente no se si dios lo tenga en su santa gloria.

Elena: ¡Abuela!

Abuela: No es que tu no conociste a tu abuelo si era muy guapo pero muy sinvergüenza, no ya en serio ve y busca esa carta g leela sin miedo ¿sabes que pienso? que entre ustedes dos hay Choque de Orgullos.

Elena: Tal vez abuela, tal vez.

En las oficinas de Arturo estaba inmerso en papeles y pensando en su esposa hasta que llamó para saber si ya había leído la carta.

Cornelio: Casa de la familia Durán.

Arturo: Cornelio soy yo Arturo.

Cornelio: Dígame señor.

Arturo: ¿Sabe si la señora leyó la carta que le dejé?

Cornelio: Señor yo... la señora tiro la carta la vimos en el cesto de la basura.

Arturo: Gracias Cornelio y la señora ¿Dónde está?

Cornelio: Se fue temprano a la casa de su papá.

Arturo: Gracias Cornelio, por favor no le diga que llamé.

Cornelio: Si señor.

No leyó la carta y como lo iba hacer si se le hizo tarde para darle la noticia a Manuel bueno después de todo se amaban, y llegó Manuel a darme la noticia.

Carol: Señor el señor Montenegro lo busca.

Arturo: Sí hágalo pasar.

Carol: Señor Montenegro pase por favor.

Entro Manuel con aire de suficiencia y hasta burlándose.

Manuel: Señor Durán muy buenas tardes.

Arturo: Qué tal Manuel.

Manuel: Imagino que ya sabes que vengo de la casa donde está Elena, nos besamos, no abrazamos y ya comenzamos hacer planes para nuestro futuro juntos y por la casa donde viviremos la sacaré de la casa del lago ella me lo pidió y yo se lo concedi.

Arturo: Te felicitó.

Manuel: Te lo digo para qué no te hagas ilusiones de volver con ella.

Arturo: No te preocupes y no quiero ser grosero pero tengo mucho trabajo.

Manuel: Claro adiós.

Manuel sale de las oficinas con una gran sonrisa pero también con rabia escuchó detrás de la puerta cuándo Elena le decia a la abuela que amaba a Arturo que si bien han tenido problemas ella los quería solucionar pero Manuel no lo iba permitir... Arturo veía en el ventanal la caída de la tarde cuando su asistente vuelve a tocar .

Carol: Señor, una persona lo busca.

Arturo: No Carol por favor no quiero ver a nadie.

Carol: Dice que es su cuñada.

Arturo: Está bien Carol, hazle pasar por favor.

Carol: Pase señora Montenegro.

Patricia: Gracias señorita.

Arturo: Te ofrezco algo.

Patricia: No gracias trataré de ser breve.

Arturo: Ya puede irse Carol nos vemos mañana.

Carol: Gracias señor, hasta mañana entonces.

Arturo: Bueno Patricia te escucho.

Patricia: Estoy embarazada.

Así comenzó Patricia a decirle las cosas a Arturo y al acuerdo que había llegado con Manuel.

Arturo: No puedo creer todo lo que me cuentas y de verdad lo lamentó y si algo puedo hacer por ti no dudes en pedir lo que necesites.

Patricia: Gracias Arturo de hecho si me gustaría saber si puedes ayudarme.

Arturo: Claro en lo que necesites.

Patricia: Siempre me ha gustado el diseño de interiores y tengo una carrera trunca de Comercio Internacional, quiero comenzar una nueva vida lejos de Manuel y estaba pensando en irme a radicar a otro país.

Arturo: Cuenta con eso y ¿a dónde te quieres ir?

Patricia: Pensaba en Madrid, y poner mi empresa allá.

Arturo: Me parece bien que quieras salir adelante, desde mañana tendrás una cuenta abierta y te daré la manutención para tu hijo.

Patricia: No Arturo, aceptó la cuenta bancaria pero con la condición de devolver lo que me prestes.

Arturo Mejor te propongo algo mejor seré tu socio capitalista y solo cobraré el 10% de tus ganancias.

Patricia: Eso no es justo.

Arturo: Serás tú sola la que lleve a un niño.

Patricia: Gracias por todo Arturo eres un gran hombre que pena que Elena no se diera cuenta.

Arturo: No te preocupes.

Patricia: Adiós.

Arturo: Adiós.

Salió Patricia y Arturo se desplomó en el sillón y comenzó a llorar.