Todo tiene su final hasta los sentimientos.
Los hermanos Hayes eran demasiados diferentes, el uno era como un volcán a punto de erupcionar mientras que el otro era tan frío como el hielo.
Emily había estado enamorada toda su vida de Iason Hayes, el chico soleado, un rompecorazones total. Ella creyó que era especial para él, por lo que, cuando le dicen que se debe casar con uno de los dos hermanos ella lo elige a él. Sin embargo, luego de tres años de matrimonio llenos de amargura y malentendidos, Emily se da cuenta de que quizás había tomado la decisión equivocada y solo tal vez había elegido al hermano equivocado.
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Capítulo 24
El reencuentro entre Emily y su hermano salió como ella había planeado. David se veía gratamente sorprendido por su presencia, incluso ella pudo notar como sus ojos se pusieron un poco acuosos debido a su felicidad.
— ¡Aún no puedo creer que estés aquí! ¿Por qué no me dijiste nada?
David se quejó como lo haría un niño haciendo que sus amigos que había estado observando todo su intercambio no pudieran cerrar la boca.
— ¿Quién es esa mujer? ¿Cómo pudo hacer que David, que siempre tiene una cara de enojo se vea tan pegajoso?
El otro muchacho suspiró mientras agarraba el hombro de su amigo.
— Olvídate de los planes que teníamos hoy, David estará ocupado charlando con su hermana, así que es mejor que nos vayamos porque creo que incluso se ha de haber olvidado de nuestra existencia.
Al escuchar sus palabras, el otro muchacho chasqueó la lengua antes de caminar.
— David es un rey infausto que se deja seducir por la belleza, ¿cómo pudo olvidarás de sus camaradas?
David, que ahora se encontraba en el mar de la felicidad, no sabía que se había convertido en el tipo de escoria que abandona a sus amigos, sin embargo, aunque lo hubiese sabido, tampoco le hubiese importado.
En este momento todo lo que le importaba era su hermana, la cual era la única persona que lo apreciaba por quién era, que no ponía demasiadas expectativas en él e incluso que lo escuchaba realmente.
David quería a Emily incluso más que a sus padres, que lo único que amaban era el dinero y el poder.
Si David se ponía a pensar las veces que su madre le preguntó sobre su bienestar, ciertamente podía no le faltarían dedos para contar e incluso le sobrarían demasiados. En cambio, si recordaba todas las veces que Emily preguntó por él, sería todo lo contrario, es decir, no le alcanzarían los dedos de los pies o de la mano.
Por esta razón, hacia esta hermana suya David sentía un gran cariño.
— Vamos a una cafetería y hablemos — comentó mientras tomaba la mano de su hermana.
Emily sonrió mientras lo seguía.
— ¿Cómo fue que creciste tanto e incluso eres más alto que yo? ¿Cuánto mides?
David sonrió de una manera encantadora como si tuviera alguna especie de secreto.
— Bueno, ya sabes tu hermano hace demasiado ejercicio, siempre está peleando con muchos tipos malos, siendo amado por los débiles y odiado por los villanos, si no creciera sería mi pérdida.
Emily negó con la cabeza mientras le daba un coscorrón.
— ¿Acaso no tienes vergüenza? Claramente, estás tan flaco y ojeroso por solo estar jugando con tus videojuegos — lo regañó haciendo que David riera a carcajadas.
Liam, que había venido a recoger a su prima al ver esta escena, no pudo evitar detener sus pasos, sin querer soltó una carcajada al recordar el rostro iracundo de Iason al ver que ella había escapado.
Así que sin tener control de su cuerpo se acercó hacia ella.
— Nos volvemos a encontrar — comentó con una sonrisa en los labios que parecía calentar los corazones de las personas que la veían.
Emily, al notar la intromisión de este hombre al que había abandonado luego de que él la había defendido, no pudo evitar sentirse un poco avergonzada.
Aunque sabía que Liam, que parecía tener una profunda enemistad con Iason, solamente la había usado como excusa para enfrentarlo, de igual manera, ella se sintió agradecida debido a que era la primera vez que se sintió protegida en mucho tiempo.
Por lo que ella, que sabía ser una persona agradecida, no podía simplemente cortar el puente luego de cruzar el río. Además de que entre ella y el hombre que estaba enfrente de ella no había ningún problema.
— ¡Muchas gracias por lo de anoche! — le dijo sonriendo.
Liam, que había visto la sonrisa de Emily sin querer, pensó que aquella mujer se veía muy dulce como un pastelito cuando lo hacía.
— No hay de que — le dijo — Es lo que debía hacer, además de que entre esa basura y yo hay demasiadas cuentas que saldar.
Luego, sin pensarlo mucho, tomó una de las rosas que había preparado para su prima y se la dio a Emily, la cual aceptó por inercia con algo de confusión.
Después de todo, ¿por qué le estaba dando flores? Se vería demasiado maleducada al devolverla. Pero, al final, se sintió algo reacia a hacerlo debido a que esta era la primera vez que alguien le regalaba una rosa sin que ella lo pidiera.
La última vez que le pidió flores a Iason no había sido nada bonito.
Sin embargo, Emily no debía pensar demasiado porque Liam le dio aquella rosa sin ningún significado en especial, él lo hizo debido a que su prima le había dicho que hoy era un día especial para todas las mujeres, por lo que debían recibir flores, aunque ni siquiera era el día de la mujer.
Lo que no sabía Liam era que había sido completamente engañado por su prima debido a que está lo único que quería era presumir con sus amigas.
— Espero que nos volvamos a encontrar, señorita Emily.
David que había visto y oído todo su intercambio, no pudo soportarlo más y carraspeó con fuerza, haciendo que el ambiente extraño que se había creado entre su hermana y aquel sujeto se disipe por completo.
En realidad, David no quería que su hermana hablé con aquel tipo, después de todo, se veía guapo, adinerado y parecía tener una buena personalidad. No quería que su hermana terminé de nuevo en una relación tóxica.
— Hermana, es tarde, si no nos apuramos la cafetería estará llena — comentó tratando de no sonar como alguien agraviado, sin embargo, había fallado en el proceso.
Emily sonrió ante la voz aniñada de su hermano.
— ¡Adiós! — se despidió rápidamente ante el apremio de su hermano.
David, que sintió que había ganado, no pudo evitar sonreír mientras iba de la mano de su hermana.
Emily, al notar las acciones de su hermano soltó una carcajada. Bueno, este era el tipo de vida despreocupada que deseaba.