PRISIONERA DEL DOLOR.

El día siguiente no se hizo esperar y todo estaba listo para la boda del año, la recepción seria en el mismo hotel donde estaba hospedado Thomas y Luisa, la boda se realizará en una de las iglesias más bellas de New York la catedral de San Patricio.

Karen lucia un hermoso vestido blanco estilo princesa con un escote en la espalda se podía notar el vientre un tanto abultado, le estaban haciendo los últimos retoques antes de que llegara la limusina en busca de ella.

Por otra parte, Agustín daba pena verlo pues los golpes que le propinó Thomas le hincharon el rostro que parecía peleador de boxeo pero el que había perdido hasta sonreír le dolía pero Ricardo prefirió eso en vez de su muerte.

- En que cabeza pensaste ir a ver a Luisa estando su esposo allí.-. Le recriminaba Ricardo mientras Daniela la recepcionista le curaba las heridas.-. Y a ti debería despedirte por darle esa información.

- Lo siento señor solo cumplía órdenes del señor Agustín.-. Se defendió Daniela.

- Como si no supiera cuáles son tus intenciones.-. Dijo molesto Ricardo.

- Basta, papá Daniela no tiene la culpa de nada así que Déjala en paz.-. La defendió Agustín.

Agustín y Daniela mantenían una relación clandestina pues Karen con su embarazo no la soportaba y cuando quería desahogar sus deseos siempre estaba ella dispuesta a satisfacerlo, únicamente eran encuentros sexuales nada de amor.

- Claro defiende a tu zorrita de turno.-. Hablo Ricardo tajante.-. Me retiro te espero en la iglesia y pobre de ti donde cometas otra locura porque juro que esta vez quien te meterá un tiro seré yo.-. Lo amenazó y se fue a la iglesia para recibir a los invitados.

Daniela terminó de curarlo luego le puso la corbata.

- Gracias.-. Le dijo Agustín acariciándole la mejilla.

- No hay de que es obligación de la" zorrita" de turno ayudarte.-. Le recordó lo que su padre le había dicho unos minutos antes.

- Sabes que no tienes derecho a nada Daniela confórmate con eso.-. Salió de la habitación sin pedirle disculpas ni nada dejando a Daniela con los ojos cristalizado producto del llanto que quería salir pero no lo hizo, respiro profundo y salió también de la habitación.

Thomas desde muy temprano había mandado a llamar un arsenal de personas que se ocupará de Luisa quería que todos vieran la hermosa esposa que tenía.

Le compro un hermoso vestido color azul con pedrería en la parte de arriba y una abertura en la parte posterior del vestido se veía realmente hermosa.

Thomas llevaba un esmoquin color negro que lo hacía ver sexy y apuesto, después de terminar de arreglarse se fueron a la iglesia donde se llevaría a cabo la boda.

En el auto Thomas se le acercó a Luisa para susurrarle algo al oído.

- Te juro que si veo que alguien te mira de más le saco los ojos.

- Por Dios Thomas compórtate y no seas tan primitivo.

- No soy primitivo solo cuido lo mio y tu eres mía.-. Le hablo cerca de los labios.

- Ah sí.-. Luisa le sonrió de lado, esto hizo que Thomas cortara la distancia que tenían y la besó.

Las manos de Thomas no sé quedaban quietas y su boca tampoco, Luisa tuvo que controlar todas las emociones que el le causaba para poder llegar presentables a la boda porque si fuera por su esposo nunca llegarían.

- No sé porque quieres ir a esa boda de alacranes.-. Le reprocho Thomas cuando puso el auto en marcha después de casi veinte minutos de caricias.

- Thomas ya lo hablamos voy porque quiero que mi padre vea que soy feliz a tu lado.-. Le dijo Luisa limpiándole la boca que estaba sucia de su labial.

- Mi idea de quedarnos en la suite dándonos cariños era más interesante.-. Le tocó el muslo.-. Además tu no tienes porque demostrarle a nadie que eres feliz.

- No voy a discutir contigo Thomas.-. Le dijo cruzándose de brazos sacándole la mano del muslo de mala manera.

- Alguna vez te he dicho que me pones duro cuando te enojas.-. Thomas le dio una mirada perversa.

Luisa se sonrojó por mucho que compartieran cama y mantuvieran una relación íntima le daba vergüenza que Thomas dijera cosas tan descaradamente.

Cuando llegaron a la iglesia aun la novia no había llegado pero los recibió Ricardo y Priscila esta al ver a Luisa feliz a lado de Thomas sintió celos y envidia porque su hija no era feliz y deseaba la felicidad de Luisa a como de lugar.

- Thomas un gusto volver a verlo.-. Le dio una sonrisa.-. Hija te ves realmente hermosa.-. Por casi se infarta de la presión que hizo a decir esas palabras que iban cargadas de envidia.

- Dejémonos de hipocresía además tú no eres mi madre así que si nos disculpa vamos a entrar.-. Priscila se hizo a un lado para qué pasarán pero le dio a Luisa una mirada llena de odio.

Al entrar Luisa vio de lejos a su hermano, a su padre y a una chica rubia que no reconoció porque estaba de espalda así que se dirigió hasta allá sin soltarse de Thomas.

- Querido suegro como has estado.-. La voz de Thomas hizo voltear a Santiago que lo miró con sorpresa jamás pensó que él viniera con Luisa.

- Thomas que milagro verte por aquí no me lo espere.

- No tenía intenciones de venir pero con tal de complacer a mi esposa aquí me ves.-. Santiago dirigió la mirada a Luisa que se veía radiante.

- Luisa.-. Dijo frío.

Luisa solo le dio un asentamiento de cabeza como respuesta y esto disgusto a Santiago que no dudo en querer verla triste así que puso el supuesto amor de Thomas a prueba.

- Pero que descortés querido yerno te presento a Melanie la mejor amiga de Karen.-. Cuando Luisa escucho el nombre de la mujer se puso tensa.

- Un gusto Thomas soy Melanie Smith.-. Le dio una sonrisa que a Thomas le pareció hermosa pero no le llegaba ni a los talones a su esposa.

- Un gusto Thomas Moretti.-. Thomas le extendió la mano como presentación y esta se la acaricio.

Luisa veía como Melanie se comía con la mirada a su esposo y sintió celos pero no dijo nada se mantuvo al margen.

Después Luisa saludo a su hermano pero Matías estaba distante con ella y casi no le dirigió la palabra este hecho hizo entristecer a Luisa que se fue a sentar con Thomas porque la novia estaba por llegar.

Pasaron cinco minutos y Karen entró junto a Santiago, Luisa a ver esa escena se sintió más triste pues su padre a ella solo la dejó a su suerte en ese aeropuerto.

VESTIDO DE LUISA.

MELANIE SMITH.