Malih fue dado como tributo al harén del sultán, a cambio de recibir el perdón de su familia al ser nombrado su padre un traidor. El omega pensaba vivir los siguientes días de su vida tranquilamente en el harén sin que su presencia se notase. Sin embargo, todo se arruina para Malih cuando el sultán se enamora a primera vista de él.
⚠ Es omegaverse
⚠ Contiene embarazo masculino
—Inspirada en la historia del Imperio Otomano.
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Confesión bajo la nieve
Habían salido a dar un paseo por los jardines nevados. Aynur se veía adorable con sus ropitas de invierno, al igual que Malih y Nadir lucían un poco más elegantes con sus cuerpos cubiertos.
—¿No sientes frío? Podemos volver si tienes frío...—
—Gracias, mi sultán— Hizo una leve reverencia. —Aynur está muy divertida, no iba a dejar que se pierda este espectáculo— La bebé atrapó un copo de nieve, con la intención de meterlo en su boca. —Eso no se come...— Se lo comió, sin que ninguno de los dos pudiera hacer algo.
—¡Ahaja!— Se rió el sultán. —Cuando era niño solía abrir la boca hacia el cielo para comerme un copo también— Malih se rió al imaginar un pequeño sultán haciendo aquella gracia. —Mi madre siempre me criticaba, decía que el sultán jamás haría una estupidez como esa—
—¿Y le dijiste algo?—
—Le pregunté si el trabajo de un sultán era juguetear con omegas, y me pegó— Lanzó una carcajada.
—¿Valió la pena el golpe?—
—Totalmente— Sonrió.
Malih miró a Samir desde la distancia para que pudiera llevarse a Aynur, quien ya había caído dormida sobre los brazos de la sultana.
—Es una niña muy tranquila—
—Gracias a eso, no he tenido que preocuparme tanto—
—Si hubiera sido inquieta, significaría que cuando crezca será una persona muy sociable— Dedujo su majestad.
—¿Sí? Ahora tengo curiosidad, quizás deba enviarle una carta a mi madre preguntándole sobre ello—.
Los dos se detuvieron en frente de un gran árbol viejo. —Es gigantesco— Trató de ver sus ramas, pero quedaban demasiado altas.
—Sí, debe tener alrededor de 100 años— El sultán observó hacia otro lado. —Dicen que atrae la prosperidad confesarse bajo un árbol viejo— Comentó.
—No lo entiendo— Agitó su cabeza, Malih, pensando de manera escéptica. —¿Qué diferencia habría? Si incluso no te confiesas bajo un árbol, creo que podría ser próspero para cualquier pareja que tenga sentimientos mu...— Las palabras de Malih fueron envueltas por los labios del sultán.
—¿Malih, por qué no te casas conmigo?—
—Creo que es la primera vez que se verá a un sultán insistiendo en matar las tradiciones— Sonrió con ligera picardía. —¿Está seguro?— Le preguntó. —Todos saben que soy el hijo de un traidor, nadie me mirará con buenos ojos y flotarán aún peor los murmullos de que soy una sirena que ha encantado a su majestad—
—¿Dices que comprometernos te causará un sufrimiento mayor?— Malih le vió perplejo.
—Solo le advierto que no soy un omega libre, porque las cadenas de la ejecución de mi padre siempre me acompañarán— Tomó las manos de Nadir. —La libertad no solo se trata de vivir sin pertenecerle a nadie—
—Creo que es un pecado con el que debo vivir—
—Entonces, está bien— Aceptó Malih.
—¿Qué cosa?— El omega solo se rió de su despiste.
Malih iba a volver dentro del palacio, pero Nadir le tomó la muñeca.
—¿Vas a casarte conmigo?—
—Sí...— Habló Malih con voz tenue.
El sultán lo jaló de la cintura para besarlo bajo esa maravillosa nevada. —¿Algún día dirás que me amas?— Lo abrazó, no obstante Malih no respondió a su pregunta. Y nadir sintió que volvía a acercarse un paso, con Malih retrocediendo 10 que ya había caminado, por lo que tendría que devolverse. —¿De qué me sirve casarme contigo, entonces?—
Brutalmente dejó a Malih contra el tronco del gran árbol. —¿No fue usted quién me lo pidió desde el primer momento?— Nadir se alejó enojado.
—¿¡Por qué no me amas!?—
—Nadir, yo solo no respondí, ¿Por qué lo pongo tan ansioso?— El sultán trató de apaciguar su ira. En su vida diaria era normal que saltara de esa manera ante mínimas cosas, sin embargo no era buena idea enfurecerse contra Malih.
—Malih, no miento cuando digo que eres mi todo—
—Mi sultán, no tiene necesidad de exaltarse— Alzó su mano hacia el rostro de Nadir. —Siempre estaré ligado a usted—
—Malih...— Esquivó los brazos del alpha.
—Esta noche en el pueblo se verá un hermoso evento desde el mar, ¿Por qué no vamos?—
—¿Al pueblo?—
—¿No te agrada?—
—Vayamos, me prepararé— Malih se inclinó, yéndose.
—Khalil...— El nombrado se aproximó. —¿Crees que le guste?—
—¿Por qué otra razón aceptaría un matrimonio? Él no es ambicioso—
—Pienso que solo está cumpliendo mis caprichos— Miró a los copos de nieve caer lentamente, ya que se estaba aminorando el clima.
—La sultana Malih es muy curioso— Dijo Khalil. —Pero, sin duda será un gran aliado para usted— Opinó. —Tan solo sigale la corriente, también a muchos les parece aburrido un amor que no les hace enloquecer o desesperar—
—¿Te atreves a decir que él juega conmigo?—
—Solo digo que es una posibilidad... Quizás quiera vengarse o tal vez realmente siente amor y no está seguro de qué hacer con tales sentimientos— Habló Khalil, asustándose de la mirada del sultán.
—No... Ya intentó vengarse y no lo logró, creo que tienes razón... El problema es que me es difícil ser paciente—
—Es un problema del amor, por eso yo no me he casado—
—Si sigues siendo tan imprudente al hablar te mandaré a casarte con un concubino que no te agrade— Amenazó.
—Pero, su majestad...—
—¿Qué tal Ihan? Creo que esa rata iría bien con un perro como tú— Se rió de su guardia.
Khalil ya estaba acostumbrado al retorcido humor de Nadir, y era al que menos le importaba ser insultado. Si no, no podría mantenerse al lado del sultán.
Malih salió con ropas casuales, iguales a las que utilizaba antes de llegar al palacio. Además, de cubrirse bien el cabello y cara para ir fuera.
Nadir también se colocó un traje distinto para acompañar a Malih.
—¿Estás listo?— Preguntó para partir. —Caminaremos un largo recorrido—
—Quizás se haga más corto si conversamos— Los dos pisaron fuera de los terrenos del palacio.
El sultán aprovechó para tomar la mano de Malih. —¿Mi sultán?—
—No quiero que huyas—
—Se verá extraño en la calle—
—No hay excusa— Malih sintió un cosquilleo en su mano. Sonrió bajo el velo y su corazón latió por el tacto, sin querer dejó salir su esencia sobre el aire. —¿Malih... No me digas que estás en celo?—
—No lo estoy...— Habló nervioso. —Es porque un grandioso alpha como usted sostiene mi mano—
Nadir no lo soportó más tiempo. Se detuvieron en medio del sendero en el bosque. —¿Mi sultán?— Le quitó el velo para besarlo ardientemente.
El Sol aún no bajaba por completo, e iluminó ese instante fogoso. —Te deseo...— Le susurró en el oído.
Las manos del sultán recorrieron la parte trasera de Malih. Y lo dirigió entre los árboles, para levantar las telas de su amado y quitar las superficiales. Debía besar el cuello desnudo de Malih antes de ir a lo más importante.
—N-nadir....— Le dió la vuelta, por lo que Malih se afirmó al tronco en frente de él. En unos instantes sintió el miembro viril de su alteza explorar su interior con dureza. —¡Ah~! ¡M-más despacio!—
—Mira como estás de mojado...— Se escuchó el "Splash" al unirse sus partes intimas. —¿Así lo quieres más despacio?— Le susurró, abriendo la parte de arriba para jugar con lo pezones de Malih.
—¡Ahh! N-no...— Malih se mordió el labio, era imposible detenerle y no quería que nadie se interpusiera en esos preciados momentos. Porque a decir verdad, ser tomado por el sultán era lo que más deseaba, como lo que más temía. Su razón se hundía en la pasión por cada penetración.
La respiración de nadir la sentía en la nuca Malih, y le excitaba, enrojeció cada punto sensible, llevándolo a gemir sin contenerse.
Khalil tuvo que darse la vuelta ante una escena tan candente. —¿Por qué a mí, Alá...?— Suspiró, sin tener más opción que oír todo el espectáculo.
—¡Nadir...! ¡N-nadir!— Exclamó en cuanto el sultán aceleró, apretando sus muslos y así llegar más profundo.
—¡Ahg...! Malih, me estás apretando— Sonrió ante la delicia que devoraba.
—¡Mi sultán~!— Nadir no tuvo problemas en alzar a Malih por las rodillas. —¿¡Qué...!? ¡AH!— El golpe desde arriba fue aún más brutal.
Diez estocadas más, fueron suficientes para hacerlos venir. —N-no puedo creer que me lo hiciera en un lugar como este...—
Nadir lo bajó con cuidado y tuvo que ayudarle a ponerse la ropa, debido a que lo desordenó completamente.
Notita:
FELIZ NAVIDAD!! ✨
No olviden dejar su comentario y like como regalo ^^ 🎁 Yo aquí les traje el capitulo tan esperado...
Pasenla muy bien esta noche si es posible. Si no, pues, por eso les traigo capitulo en este tan esperado día con esta historia y con “El villano que se enamoró del héroe”.
¡Espero sigan disfrutando mis historias! ¡Y los vea en otras novelas más! ♡