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Mi Esposo Es Un Títere De Su Madre

Mi Esposo Es Un Títere De Su Madre

Status: En proceso
Genre:Elección equivocada / Traiciones y engaños / Amante arrepentido / Mujer despreciada
Popularitas:3.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Maria Esther

María Elena Collazo trata de hacer hasta lo imposible por libararse de las garras de su suegra y de su alcohólico esposo. ¿Hasta qué punto podrá soportar ese infierno? Esta historia es totalmente ficticia. Todos los personajes y vivencias fueron creados por la mente de su servidora. Cualquier semejanza con la vida real es mera coincidencia.

NovelToon tiene autorización de Maria Esther para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Cuentas congeladas

¿Ves lo que nos pasa por tus estupideces?, dijo Aranza muy molesta. Por poco nos atrapa la policía. Y todo por hablarle a esa vecina chismosa. Pero me las va a pagar, como que me llamo Aranza de la Vega (ella había adoptado el apellido de su esposo, aunque él ya estaba muerto).

Fue tu idea venirnos para acá, no me culpes a mí.

En cuanto se calmaron las aguas, Aranza y Moisés regresaron a su casa y entraron por la puerta trasera.

De hoy en adelante no habrá tele ni música, nadie debe saber que estamos aquí.

Me voy a aburrir mucho, madre, dijo Moisés.

La casa era amplia y tenía un sótano que servía como bodega donde guardaban todos los cachivaches. Las cosas que no ocupaban de momento.

Pues te aguantas, y más te vale obedecer si no quieres que te encierre en el sótano.

Esa misma noche, Aranza se salió por la puerta de atrás cuidando de no ser vista.

Llegó a la casa de la señora que la había delatado.

Tocó la puerta suavemente.

La señora abrió la puerta y, al verla casi pega un grito. Aranza la empujó hacia adentro y cerró la puerta.

Con el martillo que tenía en su mano la golpeó hasta dejarla sin sentido.

Esto te pasa por chismosa.

Salió por la puerta trasera y regresó a su casa. El martillo lo escondió en un recoveco que había en la pared de atrás.

Se lavó muy bien procurando no dejar huellas de sangre.

La noche pasó tranquila.

La señora se movió, estaba al borde de la muerte. Como pudo se arrastró hasta un pequeño mueble y tomó una hoja y un lápiz.

Fue la señora de en... No acabó de escribir porque la muerte le ganó la partida.

Y ahí quedó la pobre señora, tirada sin que nadie se diera cuenta de nada.

Al día siguiente, Aranza despertó a su hijo.

Moisés, levántate.

Debemos irnos de aquí, no vaya a venir la policía y nos encuentre.

¿Y a dónde nos vamos a ir, madre?

A donde yo diga, sacaremos todo el dinero del banco.

En su huida, Aranza se olvidó del martillo.

¿Ya no vamos a regresar?, preguntó Moisés.

Por el momento, no.

Anda apúrate.

Cuando llegaron al banco se toparon con la novedad de que su cuenta estaba congelada.

No hizo problema y se fue antes de que fuera avisada la policía.

Exacto la policía llegó justo cuando ella ya se había ido.

¡Maldición!, y ahora, ¿qué vamos a hacer?

Aranza y su hijo se fueron muy rápido, ya ni siquiera podían regresar a su casa porque a raíz de la muerte de su vecina, el lugar estaba abarrotado de policías.

En la mente de Aranza se iba maquinando una idea, solo que era muy arriesgado.

Hijo, necesito que distraigas a los policías, necesitamos entrar a la casa y sacar el poco dinero que nos queda en la gaveta.

No puedo, mamá, la policía anda tras nosotros.

Ya lo sé, pero necesitamos dinero.

No me digas, pues entonces entra tú.

Yo soy la que manda, y tú obedeces, para eso eres mi achichincle, qué bueno que no te parí.

Mamá, no digas eso.

Es la verdad, no te soporto.

Y ¿por qué aceptaste cuidarme, entonces?

Porque tu padre llegó aquí contigo, no pude negarme.

Claro, yo venía con una fuerte suma de dinero, mismo que ya te has gastado hasta el último centavo.

Era lo justo después de haber batallado contigo y con tu alcoholismo.

Tú me indugiste a eso, madre.

Estás loco, ya lo llevabas en la sangre, tu padre también era un alcohólico.

A la mente de Moisés llegaron recuerdos de su niñez...

*Flashback*

Ándale, hijo, dale un trago, decía su papá.

Moisés tomó la botella que le daba su padre y le dio un trago, ahogándose en el intento.

Eres un bruto, ni para eso sirves.

Aranza los vio, pero en vez de apoyar a Moisés lo regañó.

¡¿Qué haces?!, ¿acaso quieres ser alcohólico como tu padre?

El me dio, yo solo obedezco, ¿no es eso lo que siempre me dices?

¡Cállate!, y tú, no quiero ver que le des más vino a Moisés, con un alcohólico basta, dijo Aranza volteando a ver a Moisés de la Vega, padre.

Ay, no seas maricona, dijo Moisés, padre. Déjalo que se haga hombre.

Pero no así, no seas idiota.

¿A quién le dices idiota?

Moisés padre se levantó muy enojado y la golpeó tanto que la dejó tirada en el suelo. Después salió sin ningún remordimiento.

Moisés hijo trató de ayudarla a levantarse.

Déjame, todo esto es por tu culpa.

Vamos, dame la mano.

¡Qué me dejes, te digo!, Aranza se soltó con fuerza de la mano de su hijo.

Se levantó como pudo y se fue a su cuarto dando un portazo.

Más tarde cuando regresó su esposo, salió del cuarto y le dio de cenar.

Pero tal vez el destino ya estaba jugando su papel.

Moisés hijo, terminó de comer y se fue a su cuarto.

En cambio, Moisés padre estaba comiendo, pero como estaba borracho se atragantó y no podía pasar la comida.

Aranza se dio cuenta de eso y no hizo nada por ayudarlo, dejó que las cosas fluyeran y poco después, Moisés partía al más allá.

En ese entonces Moisés hijo tenía seis años y no se dio cuenta de nada hasta que Aranza lo había puesto al día.

Él lloró porque no comprendía que su papá ya no se moviera y estuviera metido en esa caja con un cristal a la altura de la cara.

Aranza le explicó todo con lujo de detalles y sin paños calientes.

Moisés sintió miedo y se acurrucó en un sillón de la funeraria.

Una señora que había asistido al velorio lo acurrucó en su regazo, haciendo que el niño se calmara.

Aranza se molestó por eso y le arrebató al niño con lujo de violencia. Déjelo, necesita hacerse hombre.

Es solo un niño, le reclamó la mujer.

No es su problema, dijo. Luego, agregó: Mi hijo tiene que aceptar que nunca más volverá a ver a su padre.

Señora, hay maneras de decir las cosas sin lastimar a su hijo.

¡Bah!, mejor que sepa la verdad de una vez, y por mí, antes de que se dé cuenta por otras personas malintencionadas, ¿no cree?

La señora solo se encogió de hombros y fue a sentarse.

1
Elizabeth Yepez
tiene que denunciar también a la bruja
Elizabeth Yepez
Elena no aguanto dos pedidas
Elizabeth Yepez
que mujer mas perra ni siquiera le importa su hijo
Elizabeth Yepez
Elena es idiota o que se dejó joder de una vieja, que tonta
Elizabeth Yepez
lo mejor que tiene que hacer es separarse de el lo hizo la primera vez y lo vuelve hacer al menos que busque ayuda y ese no quiere,y la primera esposa donde está
mariela
María Elena alejate de esas personas son un par de lobos disfrazados de oveja Aranza es la mente maquiavélica de despojar el dinero para seguir viviendo a sus anchas y el otro andar de borracho que asco de personas.
Elizabeth Yepez
alejate de ese imbécil
mariela
Fue lo mejor que pudistes hacer Leticia irte lejos de ese alcohólico que te quiere tener como pera de boxeo y de esa suegra manipuladora.
mariela
Lo que no le puede hacer a la madre se lo desquita con Leticia ese Moisés es una basura todo por hacerle caso a esa toxica de Arantza una madre que siembra cizaña y lo manipula por medio del alcohol.
mariela
Leticia debe ser la primera esposa de Moisés y no se aguantó a la suegra Arantza entrometida que utiliza su alcoholismo para manejarlo a su antojo es una suegra tóxica que quiere una sirvienta sin pago.
mariela
comenzando esta novela tiene buena trama veremos qué irá pasando en el transcurso de ella mucha suerte.
Elizabeth Yepez
bien echo Leticia vete lejos de ese perro sarnoso
Elizabeth Yepez
es Leticia o María Elena o son dos parejas diferentes pero con el mismo problema
Yandisita Perea Maturana
ahí vamos
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