MIO ANGELO (Omegaverse)

El fin de semana por la mañana, Gael recibió una llamada de la secretaria de su tía diciendo que fuera a su casa para hablar con él.

La casa en la que vivía junto a su tía y Jerson cuando era niño, se había vendido hace mucho tiempo, a Gael le gustaba mucho esa casa, pero su tía decía que le traía malos recuerdos y por eso la vendió.

Se mudaron a una casa más grande en uno de los barrios más caros de la ciudad, en esa época su tía no tenía mucho dinero como ahora y no sabía cómo había conseguido comprar esa casa.

Cuando Gael cumplió la mayoría de edad fue sacado de la casa, por suerte en ese momento tenía un poco de dinero ahorrado y pudo rentar un pequeño departamento. Ese mismo día Jerson recibió un Penthouse como regalo de su madre.

Llegó a la casa de su tía y era como lo recordaba, había un jardín hermoso y la casa era enorme.

Gael tocó el timbre de la entrada y una voz salió del comunicador.

"Buenos días"

"Buenos días, soy Gael Pierce, la señora Mitman me pidió que viniera"

"Un momento por favor"

La puerta principal se abrió de repente y una empleada salió.

"Por aquí por favor, la señora lo está esperando"

"Gracias"

Fue guiado hacia la puerta de la casa, cuando entró por la puerta, la empleada le dijo que se dirigiera a la sala de estar y luego se fue.

En la sala de estar se encontraba su tía, sentada elegantemente sobre el sofá con una taza de té.

"Acércate"

Gael se acercó cuidadosamente y esperó hasta que su tía le dijera que se sentara.

"Ya puedes sentarte"

"Gracias"

Tomó un sorbo de té y miró a Gael.

Siempre que se encontraba con su tía, ella lo miraba por mucho tiempo y Gael se sentía incómodo porque en su mirada podía sentir odio y resentimiento, era igual desde que era un niño.

"Repugnante"

Gael se estremeció al escucharla y bajó la cabeza.

Un cuaderno fue arrojado sobre la mesa con un fuerte golpe.

"Debes preparar los nuevos modelos rápidamente"

El cuaderno fue tomado por Jerson hace un tiempo y ahora su tía lo devolvía al dueño original, Gael tomó el cuaderno con cuidado y lo sostuvo entre sus brazos como un tesoro.

"Si, pronto estarán listos"

"Eso espero"

Tomando otro sorbo de té, la señora Mitman siguió hablando.

"Tengo entendido que estás trabajando con el secretario del Señor Marchetti"

"Si"

"Debes tener bien entendido lo que puedes y no puedes decir"

"Si"

"¿Te has encontrado con el Señor Marchetti en privado?"

Aunque había visto a Dante en varias ocasiones, siempre estaba ahí el secretario Ricci, así que no era en privado.

"No"

"Espero que sepas en qué posición te encuentras, un hombre como el Señor Marchetti no puede ser adecuado para ti"

"Lo sé"

"Es bueno que lo sepas"

Cuando terminó de hablar, le pidió a Gael que se fuera.

Fue una reunión rápida en la que solo recibió advertencias.

Gael tenía una reunión por la tarde con el Secretario Ricci y aún faltaban unas cuantas horas para la reunión, decidió hacer una caminata por el antiguo barrio donde solía vivir.

Las calles eran las mismas, pero las casas habían sido remodeladas, la escuela seguía siendo la misma solo que tenía una nueva capa de pintura. Los parques estaban llenos de niños jugando felizmente.

Gael siguió caminando hasta que llegó a una pequeña tienda que estaba cerrada, se quedó mirando la puerta y sostuvo el cuaderno con fuerza.

El dueño de la tienda ya no estaba más, pero las enseñanzas de esa persona seguían plasmadas en el cuaderno que sostenía.

La antigua casa donde solía vivir, se encontraba un poco más arriba de la tienda y para Gael era fácil de llegar cuando era un niño, incluso cuando se mudaron, Gael continuó viniendo hasta que el dueño abandonó esta vida.

Caminó un poco más hasta que llegó a la antigua casa, Gael no tenía recuerdos bonitos cuando vivía allí, pero le gustaba mucho, sentía una conexión especial con esa casa.

Ahora la casa estaba habitada por otras personas.

...****************...

Gael llegó al lugar de la reunión con el secretario Ricci un poco tarde, entró a la cafetería buscando al secretario, pero no lo veía por ningún lado.

Sacó su teléfono celular preguntándose si lo habría llamado, el teléfono tenía la pantalla oscura y no podía verse nada, preocupado por si el secretario Ricci se haya ido porque no pudo contactarlo, Gael estaba a punto de salir.

"Señor Pierce"

Una voz que conocía y que estaba grabada en su memoria vino desde atrás, Gael se dio la vuelta y ahí estaba Dante con una hermosa sonrisa.

"Buenas tardes"

"... Buenas tardes"

"Por favor, toma asiento"

Dante lo guio hacia la mesa, Gael dudó un momento, pero como la cafetería estaba un poco llena tomó valor y se dirigió a la mesa con Dante.

La mesa estaba junto a la ventana, el paisaje afuera era muy bonito, lleno de flores y árboles, Dante apartó el asiento para Gael y se sentó.

"Gracias"

Gael miró alrededor buscando al Secretario Ricci, pero no lo veía por ningún lado.

"El Secretario Ricci no pudo venir hoy, espero que no te moleste que haya venido en su lugar"

Gael negó rápidamente con la cabeza.

"No, está bien", de todos modos trabajaba para él.

Una hermosa sonrisa apareció en los labios de Dante que deslumbró hasta a las personas que se encontraban en la cafetería, algunos sentían envidia de la persona sentada junto al Alfa.

Avergonzado por la sonrisa de Dante, Gael volteó la cabeza mirando hacia otro lado y se encontró con la mirada de las otras personas, posó su mirada sobre sus manos sintiéndose un poco mal y preguntándose si estaba mal vestido y no encajaba con el aura brillante de Dante.

Le vino a la mente las palabras que su tía le dijo hace unas horas, si, no era adecuado.

"Qué le gustaría ordenar"

Dante le pasó la carta amablemente.

"Un café está bien"

"¿Algún postre en especial?"

"No, solo un café"

Mirando al hermoso Gael, Dante quería comprarle todos los postres de la cafetería, pensó que un tiramisú vendría bien con el café y ordenó dos, antes de que Gael se negara, Dante habló primero.

"Pruébelo por favor, los postres aquí son muy deliciosos y no me gustaría comer solo"

Con sus palabras, Gael asintió, de todas formas quería comer el tiramisú.

El café y los postres llegaron y se veía delicioso, Gael tragó un poco de saliva mirando el delicioso postre.

"Adelante, por favor"

"Gracias"

Cuando tomó el primer bocado, era simplemente delicioso, Dante lo miró feliz al ver que Gael disfrutaba del postre.

"Es delicioso, ¿verdad?"

Con un poco de vergüenza, Gael levantó la mirada y se encontró con sus ojos.

"Lo siento, creo que fui muy apresurado"

"Está bien, la comida es para disfrutarla, por eso es uno de los placeres de la vida"

Sus palabras sonaban sinceras sin avergonzarlo, Gael sonrió y asintió, estaba de acuerdo, hay que disfrutar de la comida.

Viendo su sonrisa, Dante estaba muy feliz y pidió dos tartas de fresa, si los postres hacían feliz a Gael, él iba a comprarlo todo.

La tarta de fresa era uno de los postres favoritos de Gael y no pudo negarse, luego llegó un pastel de chocolate, una tartaleta de durazno, cheesecake, flan y así iban llegando más y más postres.

Hasta que Gael tuvo que decir que era suficiente, solo entonces Dante se detuvo de pedir postres. Gael estaba preocupado porque no sería capaz de terminar todo.

"Señor Marchetti, gracias por los postres, pero no creo poder acabar con todo"

"No se preocupe, podemos hacer que los pongan para llevar"

La mesa estaba llena de varios postres, Gael no quería llevárselos y pensó en dárselos a Dante, ya que él los había comprado.

Distraído por los postres, Gael había olvidado el motivo por el que vino.

"Disculpe Señor Marchetti, pero cuál es el trabajo que debería hacer ahora"

El Secretario Ricci le pidió que revisara los papeles del inventario de la tienda de Jerson, pero Gael no estaba seguro si Dante sabía lo que el secretario planeaba hacer, así que no lo mencionó.

"Por hoy no nos preocupemos por eso"

Dante dijo tranquilamente, para Gael que lo habían contratado para un trabajo, era inaceptable.

"Usted me contrató para trabajar"

Dante lo miró, le gustaba que fuera responsable, pero sabía que si le pedía salir a Gael, no lo aceptaría y tuvo que recurrir a este truco a pesar de la molestia del Secretario Ricci, sobre todo quería que Gael perdiera ese miedo que a veces mostraba cuando se encontraba con él y decidió ser sincero y no perder más tiempo.

"Quería reunirme con usted e invitarlo a comer, pero sabía que si se lo pedía directamente, no lo aceptaría"

Gael se sorprendió por su sinceridad, lo había notado cuando Dante lo miraba, pero no lo entendía, ahora era el momento de preguntarle.

"¿Por qué? ¿Por qué yo?"

"Puede que suene absurdo, pero desde el momento en que lo vi por primera vez, quise acercarme a usted, y en el poco tiempo que lo conocí se volvió en una persona especial para mí"

Había visto muchas veces en la escuela como los Alfas decían haberse sentido atraídos por algunos omegas y que eran especiales, los llenaban de regalos, los enamoraban y luego de jugar con ellos hasta estar satisfechos, simplemente los votaban, dejándolos con el corazón roto.

Liam y Gael siempre tenían cuidado de no acercarse a esos tipos y se cuidaban el uno al otro, así que para Gael era difícil de creer en las palabras de Dante aunque parecieran sinceras.

"Pero ni siquiera me conoce y no puedo creer en sus palabras"

Dante esperaba esa reacción, sabía que no sería fácil.

"Entonces permíteme conocerte y conóceme también, hasta que puedas creer en mis palabras"