La vida de Enzo y Lori se cruzó con un lamentable accidente, sin saberlo una amistad cimentada en un secreto los lleva por caminos parecidos. Enzo es la estrella de baloncesto de la escuela, guapo y destinado a la grandeza. Lori, una artista apasionada, la sombra que siempre lo sostiene, la única que conoce la verdad detrás de su arrogancia. El mundo de Lori ha girado en torno a Enzo, alimentando un amor silencioso e incondicional.
Enzo y Lori es una historia sobre la redención, el verdadero significado del amor incondicional y la dolorosa verdad de que, a veces, la persona que más amas es la que más te ciega.
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La confrontación
Después de aquella conversación interceptada con Ron, Lori se había autoexiliado. El peso del secreto le robaba el sueño y le desgarraba la conciencia. Deseaba fervientemente no haber escuchado jamás aquella burla, aquella conspiración que ahora la ponía en una encrucijada moral.
El dilema de Lori llegó a su punto de inflexión una tarde en el parque. El encierro en su apartamento la asfixiaba, pero se negaba a salir para evitar las inevitables preguntas de sus amigos. Era como si el destino, en un acto cruel, la pusiera a prueba. Salió únicamente para intentar despejar su mente aturdida y, mientras caminaba por los senderos arbolados, se encontró con Enzo.
Para su sorpresa, él estaba solo, absorto en sus pensamientos, sentado en una vieja banca de hierro forjado. Al verla, la invitó a sentarse con una sonrisa tan genuina y radiante que desbarató de inmediato la armadura emocional que Lori había construido a su alrededor.
Lori tomó asiento, la punta de sus dedos hormigueaba por el nerviosismo. Enzo la miró extrañado por su rigidez, luego soltó una fuerte carcajada que resonó en el silencio de la tarde.
—Estás tan pálida que pareces un fantasma —dijo Enzo, secándose una lágrima de la risa.
Lori sintió el rubor subir a sus mejillas por la vergüenza, pero no pudo evitar sonreír ante su jovialidad. Cuando sus miradas se cruzaron, Enzo, con un gesto de familiaridad que la golpeó con nostalgia, apretó la punta de su nariz a modo de broma. Lori se llevó las manos a la cara, intentando cubrir su sonrojo.
Por un instante, las cosas se sintieron exactamente como antes, en aquellos días despreocupados donde su amistad era el único y más fuerte lazo que los unía. Se rieron, compartieron anécdotas triviales y recordaron viejos tiempos. El corazón de Lori se sintió un poco más ligero con la cercanía de él y, al mismo tiempo, más pesado por la carga emocional del secreto que guardaba. Jugueteaba con el borde de su falda, nerviosa, evitando su intensa mirada. Fue entonces cuando Enzo rompió la burbuja de la nostalgia.
—¿Puedes creerlo, Lori? —dijo él, su voz llena de una dicha contagiosa—. Finalmente tendré a la mejor mujer como mi esposa.
La sonrisa de Enzo era ancha, pero Lori percibió una extraña mezcla de dolor y alegría en sus ojos; quizá era solo su imaginación.
—Irina es perfecta —continuó Enzo, soñador—. Es todo lo que siempre quise.
Lori sintió una dolorosa punzada en su interior. Ya no podía seguir siendo una espectadora silenciosa de la catástrofe que se avecinaba. La felicidad de Enzo era palpable y sincera, pero la de Irina... esa era una farsa. Su amistad era demasiado profunda y verdadera para permitir que él se casara con una mentira tan vil.
—Enzo, hay algo que necesitas saber —dijo Lori, su voz apenas un hilo, un susurro roto.
Él frunció el ceño, su preocupación borró el brillo de su sonrisa.
—¿Estás bien, Lori? —preguntó, inclinándose hacia ella.
Lori apretó sus manos entrelazadas hasta que le dolieron. Enzo, dándose cuenta de su profundo nerviosismo, extendió su mano y acarició la de ella con ternura.
—Puedes decirme lo que sea —insistió, tomando la mano de Lori con firmeza.
Lori sintió una oleada de calor que nada tenía que ver con la tarde, y de inmediato, apartó su mano de la de él, incapaz de tolerar el contacto en ese momento.
—Lori, solo dilo, por favor —le urgió—. Hemos sido amigos por mucho tiempo, sabes que puedes confiar en mí.
Lori respiró hondo, tragándose el miedo. Enzo tenía razón; su lealtad debía ser para él, no para guardar un secreto dañino.
—No quiero arruinar tu felicidad, de verdad que no —confesó, obligándose a mirarlo a los ojos—, pero mi amistad contigo es más importante que cualquier secreto.
Él la miró, la confusión y la impaciencia luchando en su rostro.
—¿De qué estás hablando, Lori?
Lori sintió la furia crecer en su interior, un fuego alimentado por el recuerdo de las palabras despectivas y la risa cruel de Irina.
—Irina es una mentirosa —soltó, las palabras saliendo de su boca con una urgencia que no pudo controlar—. Ella no te quiere. Escuché lo que le dijo a Ron y a sus amigas; te está usando únicamente para conseguir la beca que te prometió tu padre. No deberías seguir cegado por ella.
El rostro de Enzo se transformó ante la acusación. La sonrisa desapareció por completo, y una mirada de incredulidad, dolor y profundo enojo tomó su lugar. Se levantó bruscamente de la banca, como si Lori lo hubiera quemado.
—¡No puedo creer que digas eso, Lori! —Gritó, su voz dura, cargada de decepción y frialdad—. Irina no es así. Ella es un ángel. ¡Estás celosa! No puedo creer que estés arruinando este momento para mí solo porque no puedes aceptar que he encontrado a alguien más en mi vida.
El corazón de Lori se hizo añicos.
—No es eso, Enzo —intentó explicar, sus ojos rápidamente llenándose de lágrimas—. Solo quiero protegerte. Por favor, escúchame.
Pero Enzo ya no la escuchaba. Estaba demasiado herido, demasiado ciego por el amor o la ilusión que sentía.
—No. No quiero escucharte —declaró con voz cortante—. Nunca pensé que serías capaz de algo así. No puedo soportar que ofendas a la mujer que se va a convertir en mi esposa.
Se dio media vuelta, y sin mediar una palabra más, se marchó a paso firme, dejándola completamente sola en el parque. Las lágrimas cayeron por el rostro de Lori, calientes y dolorosas. Había perdido la única cosa que le quedaba, la única amistad que la mantenía a flote. Había elegido la verdad, y la verdad la había dejado desamparada y sola.
ahora sí me quedé sorprendida el amor de Lory siempre fue Ron 👏👏👏👏👏
Lory merecía esa felicidad me encantó la novela 🥰
ese final está buenísimo es inesperado Ron siempre estuvo ahí
que viva el amor verdadero ☺️