Casada Con Un Desconocido

Capítulo 23 : Apertura de Grace. 

Casada con un desconocido. 

Elsa Isasa 

La recepción de la apertura de la sede de la empresa textil Grace en Calafate, fue un evento memorable. 

Empresarios de la zona, modelos aclamados de la capital, periodistas y autoridades de la localidad se hicieron presente con sus mejores galas en este renacimiento de los tejidos rústicos de la helada patagonia argentina, puestos en valor por una firma que los promociona internacionalmente. 

El local era una mezcla de historia, rusticidad, estilo minimalista y elegancia. 

Tenía una zona de fábrica, propiamente dicha y un salón de exposición donde se exponían en esta presentación telas y diseños diversos. 

Apenas llegabas la foto de la madre de Fernando acapara la atención de los invitados, una mujer muy bella cuyos ojos grises eran idénticos a los de su hijo. 

La dueña María Cristina Alcántara entró al evento cuando el local estaba repleto de gente. Acompañada por su esposo y su hijo Lucas, con un infartante vestido negro de escote en v, hasta la cintura y cubierta con una especie de manta rústica que hacía las veces de tapado abrigado y original. 

Maria Cristina estaba muy bella y feliz. 

Su esposo casi no la dejó salir con el vestido negro, seleccionado por su mejor amiga. 

En realidad era muy escotado. Pero las bubis enhiestas de la dueña, daban todo el glamour a la prenda, permaneciendo increíblemente tapadas por una porción pequeña de tela. 

Su presencia, aclamada por la gerente de Diseño que ya estaba en el local, hizo que todo el público presente brindará a la familia que entraba un sonoro aplauso. 

Mezclas de tejidos y posters de creaciones junto a ellos más la inigualable presencia del gerente Juan Oliva, encantador y carismático, saludando aquí y allá, recibiendo al público y explicando todos los trabajos creativos. 

Fernando Espinosa de riguroso esmoquin junto a Lucas estaba asombrado y gratamente impactado. Su mujer le había prohibido ir a ver el lugar cuando el trabajo de remodelación y acabado estaban concluidos. 

Ahora, apretaba su mano y la de su hijo y sentía una sensación de orgullo por lo que María Cristina había logrado. 

Juan Oliva, la adorable y talentosa Juani , se acercó a ellos, con una amplia sonrisa adorable en su rostro y los brazos abiertos. 

El abrazo y los besos de ese personaje, ya no le molestaron ni importunaron a Fernando. 

Estaba feliz. 

– ¡Amores míos! Ya están aquí - dijo Juani besandolos. 

Entre los foráneos, Fernando Espinosa vió a Roque Alcántara y su suegra María Luz, que estaban muy serios acompañados por Borges. Ver a sus nuevos parientes, lo dejó, un poco nervioso. La relación con sus suegros no había quedado muy bien en la capital, y lo que menos quería es que en ese día especial para su mujer, las actitudes de ambos podrían enturbiar el momento. 

Borges se acercó con una sonrisa. 

– Señora María Cristina. Le felicito. Ha realizado un maravilloso trabajo aquí.  He acompañado a sus padres. - dijo respetuoso y con cara de disculpas. 

Entonces los vieron venir.  

– ¿Puedes decirme hija de dónde has sacado los fondos para esta sede?-- dijo su padre como primer saludo. 

– Exactamente - dijo su madre. – especialmente porque nuestra mesada es insignificante. Hacerle esto a tus padres te traerá consecuencias María Cristina –

– ¿Cuáles madre? ¿Qué consecuencias tiene? Si no están de acuerdo con el límite de su tarjeta pueden renunciar a ella - respondió Cristina –¿ saludaran a mí esposo y mí hijo? - completó. 

Ambos se quedaron tiesos a su lado. Pasaron la mano sin sonrisa alguna a Fernando y Lucas. 

Juani se apresuró a romper ese momento de frialdad. 

— Vamos amores. La prensa los espera. – dijo llevando a los tres ante los periodistas. 

– Señora Alcántara, señor Espinosa. Estamos realmente maravillados por esta nueva Sede de la famosa firma Vela en nuestra ciudad. Queremos felicitarlos. - dijo una reportera.

– Gracias. Todo es gracias a mí familia y mí Gerente Juan Oliva. 

– Realmente fue una novedad increíble su casamiento y la fusión de sus empresas señor Espinosa. ¿Puede contarnos cómo se conocieron? –

Roque y Luz con una sonrisa sarcástica los observaban. 

– Veremos qué dicen – dijo la madre– mira Roque. No le perdonaré a nuestra hija que haya puesto la foto de la madre de Fernando en la entrada. Debió poner la mía. -

– Es porque la madre de Fernando era Grace Mac Donalds, figura importante en este lugar. El le habrá obligado a nuestra hija para darle apoyo económico. - respondió Roque. 

Escucharon la voz de Fernando con una sonrisa en el rostro. 

– Fuimos presentados en Las Vegas. Por dos amigos en común. Luana y Braian. Y allí nos casamos. Fue un impulso inexplicable – dijo mirando a su esposa con amor. 

– Es verdad – completó María Cristina. Pero pasado el impulso mí esposo viajó a Lago Azul. Entonces tuve que venir aquí a rescatarlo definitivamente. Me enamoré de este lugar. De mí hijo Lucas. De su gente y sus historias. 

– Entonces. Señora. Está empresa que hoy nace llegó para quedarse. -

– Así es. La empresa Grace y mí persona, llegaron aquí para quedarse. No puedo separarme ni un minuto de los seres que amo. - dijo. 

Luz Alcántara estaba molesta. Su hija ni siquiera los había nombrado. Y allí estaba posando con ese hombre, el niño y el gay para que toda Argentina la viera en las revistas. 

– Ven querida. No te preocupes. Ya verás que en su escritorio tendrá una foto nuestra. Somos su verdadera familia. – le dijo Roque Alcántara. 

Pero para su sorpresa cuando recorrieron el lugar , en el hermoso escritorio de la nueva empresa, en las paredes de ladrillo rústico, la única gran foto que había era de una gorda vaca.