El Italiano Y Yo

(Karlo)

Haber escuchado a Elieth decir que quiere estar conmigo y hacerlo por primera vez, me hace sentir muy afortunado, esta mujercita realmente es una joya preciosa y muy valiosa.

Pero yo quiero estar seguro y que ella lo esté también.

porque no voy a lastimarla, es cierto yo no he sido un santo, he tenido varias mujeres de una noche, y al siguiente día no las conozco, ni me acuerdo de ellas.

Aparte de eso es sido déspota, cínico, la verdad he sido un verdadero desgraciado.

Pero con ella no lo seré, Ella es diferente, ella no es como... No, no, no, no hay comparación.

Elieth merece ser adorada. Y yo debo estar seguro, de no dañarla.

Me dirijo a mi Princesa y le digo.

—Elieth se que debes estar cansada, y si no tratamos de descansar vamos a amanecer conversando.

Quieres que te lleve a la cama?.

—Si por favor.

—Será un verdadero honor.

Levanto en mis brazos, una vez más a La mujercita más preciosa que mis ojos han visto jamás, y camino hasta la recámara de la habitación, la siento en el borde de la cama con suma suavidad y me pongo como de rodillas para quedar al nivel de su cara y estar frente a ella.

Estamos frente el uno al otro, disfrutandonos acariciándonos, ella me acaricia el cabello, yo su mejilla con el dorso de mi mano, hasta que recordar sus medicamentos me saca de mi ensueño, rompo el silencio placentero que tenemos y le digo .

—Elieth, parece que olvidamos todo, he sido un tanto irresponsable contigo.

El médico dio varias recomendaciones, que por mi culpa no hemos seguido.

La herida aunque es pequeña és profunda corto una vaso sanguineo, fue por lo que perdiste mucha sangre, debido a eso tenías que estar en reposo, aparte tomar los medicamentos a la hora, para el dolor y para prevenir cualquier infección.

El doc. dijo que podías pararte y caminar muy despacito, sin movimientos bruscos por 3 días mientras la herida cierra un poco para que no vuelva a sangrar, después puedes hacer un poco más de movimiento.

—Yo, te fui a sacar de tu casa y te llevé conmigo, me he comportado como un verdadero irresponsable, egoísta, no he sido cuidadoso, perdóname por eso.

—Karlo, No te preocupes, no pasa nada, tú me has cuidado muy bien, me has cargado y no es que no pueda caminar, puedo hacerlo despacio.

pero tu has cargado conmigo.

Mañana que me lleves de regreso tomaré los medicamentos.

—No princesa, tienes que tomarlos a la hora.

Llamaré al servicio del hotel, yo tomé unas fotografías a las recetas, voy a pedirlas que las traigan.

Ahora si quieres te ayudo a ponerte cómoda,

no quiero que tengas vergüenza conmigo, Tú eres mi Princesa y soy tu Príncipe, recuerdas.

—Si, lo recuerdo muy bien, Italiano Guapo.

Sabes qué, préstame una camisa tuya para dormir.

—Eso me parece una buenísima idea.

Camino al closet y saco una camisa mía blanca manga larga y solo de pensar en como se verá la Mujercita en ella, me palpita el corazón y algo más abajo.

Mira esta te quedará perfecta.

—creo que me quedará enorme, soy pequeña, tú eres grande muy grande.

—Um si soy grande, pero tu Mujercita eres hermosa, preciosa y muy pequeña por eso es que me vez más grande de lo que realmente soy.

—No soy tan pequeña, mido 163 centímetros a mucha honra.—La forma en la que me dice su estatura con las manos en su diminuta cintura y moviendose como niña pequeña me hace reírme a carcajadas.

Y no te burles, porque aquí en mi país, hay gente mucho más pequeña que yo.

Así que considerame alta.

—Mi Princesa, no me estoy burlando, solo me da un poco de risa.

—Bueno por ser la primera vez que te escucho reír de esa forma, te perdono la burla.

—Ya te dije que no es burla, mejor toma la camisa, estoy seguro de que te verás muy linda con ella puesta.

¿Quieres que te ayude?.

—Quiero que me lleves al baño, y me dejes sola un momento.

—Bueno princesa tus deseos son ordenes.

Llevo a la mujercita al baño, ella lleva mi camisa en sus manos, le muestro donde hay productos de aseo personal por si quiere usar algunos, y la dejo sola para que este cómoda.

Aprovecho para pedir los medicamentos, pues no quiero que se vaya a complicar la herida.

Por un momento me desconozco, es como que Elieth me transformó en menos de 24 horas, Estoy tranquilo, sin angustia, sin ansiedad, sin ataques de pánico.

Puede decirse que estoy feliz.

Escucho la ducha, parece que decidió darse un baño, tengo un poco de tiempo para hablar a Italia. Mi Madre debe saber que no voy a regresar por ahora.

Y También debo hablar con Bruno.

Decido, hablar a mi Madre para hablar con los niños.

Saludo a mis hijos y les digo que los extraño y cuanto los amo, después de hablar por algunos minutos con ellos y con mi Madre.

Tocan la puerta de la habitación...

es el servicio que solicite.

Ya no se oye la ducha, pero como Elieth no sale llamaré a Bruno.

Lo hago en mi idioma natal, ya que no quiero que Bruno salga con alguna de sus idioteces y La Mujercita hermosa lo escuche.

—Bruno, que tal todo.

Mi amigo me pone al tanto de todo en la empresa, parece que todo está bien y en marcha.

Pero al Idiota se le ocurre preguntar, como voy yo, con Elieth.

Mira, tú me conoces Bruno, sabes que he pasado muchas cosas y una de ellas es que no podía tener ningún tipo de acercamiento, cin ninguna mujer, pero con ella es diferente, mi cuerpo no la rechaza, y sé que es por ella, pues transparente, es pura, es dulce, es tierna, y no sé que voy a hacer, pero Elieth es como medicina para mí.

Sabes que desde anoche a las 10 pm no sufro ningún ataque de pánico, ni un episodio de ansiedad, y sabes que presiento que hoy será la primera vez que dormiré acompañado, en 5 años.

Y tengo un poco de miedo Bruno lo reconozco, tengo miedo que sea solo un espejismo, que esto no sea real, tengo miedo de pensar que derrepente sentiré de nuevo rechazo y hacerle daño, no quiero lastimarla, a ella no.

A ella la quiero proteger hasta de mi mismo, y sabes por qué ? porque ella es como un Angel, con ella estoy bien, con ella siento tranquilidad, y algo que no había tenido desde hace mucho tiempo tengo paz, en mi corazón...