En un reino medieval fantástico sumido en la desestabilización mágica, un joven llamado Daniel se reencarna en el cuerpo de un humilde campesino en un mundo lleno de magia y aventura. Dotado con un sistema mágico que le permite avanzar rápidamente, Daniel se une al ejército del reino con el objetivo de convertirse en caballero y proteger el reino de las crecientes amenazas.
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El Susurro del Desierto
Capítulo 23: El Susurro del Desierto
Con el conocimiento obtenido en el Nexo de los Ecos, el grupo de Lyra, Daniel, Thoren y Elara estaba listo para avanzar en su misión. La información reveló que el siguiente fragmento, el Cáliz del Viento, estaba escondido en el Desierto de Eryth, una región árida y misteriosa conocida por sus tormentas de arena y sus ruinas antiguas.
El Desierto de Eryth era un lugar peligroso y poco explorado, lleno de trampas naturales y criaturas hostiles. La búsqueda del cáliz requeriría habilidades de navegación y sobrevivencia, además de una buena preparación para las difíciles condiciones del desierto.
—El Cáliz del Viento es esencial para controlar las energías del aire y las tormentas —dijo Elara, mientras estudiaban un antiguo pergamino que había sido parte de la información revelada en el Nexo—. Se cree que está oculto en una antigua ciudad en ruinas conocida como Aeloria, que está enterrada bajo las arenas del desierto.
El grupo se preparó para su viaje. Equiparon ropas y suministros adecuados para el desierto, incluyendo pociones de agua, encantamientos de protección contra el calor y herramientas para navegar en las tormentas de arena. Partieron al amanecer, abordando una caravana mágica especialmente preparada para resistir las duras condiciones del desierto.
El viaje a través del Desierto de Eryth fue arduo. La caravana avanzaba lentamente debido a las tormentas de arena que azotaban la región, y el calor era sofocante durante el día. La navegación en el desierto era complicada, ya que las tormentas podían borrar las huellas y alterar el paisaje.
A medida que avanzaban, Elara usó sus habilidades mágicas para detectar señales de la antigua ciudad de Aeloria. Su magia le permitió rastrear vibraciones y energías antiguas que indicaban la presencia de la ciudad perdida bajo las arenas.
—Estamos cerca —dijo Elara, mientras observaba una anomalía en el suelo—. Los indicios apuntan a una entrada oculta que podría llevarnos a las ruinas.
Después de un intenso trabajo de excavación, el grupo descubrió una entrada sellada en el desierto, parcialmente enterrada por las arenas. La entrada estaba adornada con símbolos mágicos y runas que indicaban que la ciudad era un lugar de gran significado y protección.
—Debemos entrar con cuidado —dijo Daniel, mientras activaba un hechizo de protección—. La ciudad podría estar llena de trampas y guardianes.
El grupo descendió a través de la entrada y se encontró en una vasta ciudad subterránea. Las ruinas eran impresionantes, con grandes columnas y edificios parcialmente intactos. La atmósfera estaba cargada de magia antigua y misterio.
—El Cáliz del Viento debería estar en el centro de la ciudad —dijo Lyra, mientras estudiaba un antiguo mapa que había sido parte de las revelaciones del Nexo—. Debemos buscar el templo central, donde el cáliz podría estar guardado.
A medida que exploraban la ciudad, el grupo encontró varias pruebas y desafíos. Las ruinas estaban protegidas por trampas mágicas y físicas, que requerían habilidad y astucia para superar. Las pruebas también incluían acertijos y desafíos que ponían a prueba el conocimiento y la cooperación del grupo.
—Estos acertijos parecen estar relacionados con los elementos del aire —dijo Elara, mientras resolvía un rompecabezas mágico—. Debemos usar nuestro conocimiento sobre los elementos y el equilibrio para avanzar.
Con habilidad y determinación, el grupo superó las pruebas y llegó al templo central. El templo estaba adornado con intrincados detalles y símbolos relacionados con el viento y el aire. En el centro del templo, sobre un pedestal, descansaba el Cáliz del Viento, un artefacto de apariencia elegante y luminosa.
—El cáliz está allí —dijo Lyra, mientras observaba el artefacto—. Pero debemos estar atentos a cualquier protección mágica que pueda estar guardando el cáliz.
A medida que se acercaban al pedestal, una serie de guardianes mágicos y trampas comenzaron a activarse. Los guardianes eran figuras etéreas y rápidas, y las trampas eran corrientes de aire cortantes y tormentas mágicas que desafiaban al grupo.
La batalla fue intensa, con el grupo usando sus habilidades y magia para enfrentar los desafíos. Lyra y Daniel luchaban juntos contra los guardianes, mientras Thoren y Elara desactivaban las trampas y protecciones mágicas.
Finalmente, con un esfuerzo coordinado, el grupo logró superar las defensas y tomar el Cáliz del Viento. El cáliz estaba resplandeciente con una energía pura y vibrante, y el grupo sintió una oleada de poder y realización al asegurar otro fragmento.
—Hemos conseguido el cáliz —dijo Lyra, mientras examinaba el artefacto—. Ahora debemos regresar al castillo y integrarlo con los otros fragmentos.
Con el cáliz asegurado, el grupo comenzó su viaje de regreso.
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