Emma y Ethan han sido inseparables desde que tienen memoria. Sus padres, amigos íntimos, los han visto crecer juntos, compartiendo risas, juegos y sueños. Sin embargo, al finalizar la secundaria, ambos sienten que la amistad ha evolucionado en algo más profundo, una atracción que ninguno se atreve a confesar por miedo a las posibles reacciones de sus familias.
Durante su segundo año de universidad, Emma, cansada de ocultar sus sentimientos, decide confesarle a Ethan lo que realmente siente. Con el corazón acelerado, se dirige al departamento de Ethan, solo para encontrarlo en compañía de una de las chicas más populares de su clase. Desconcertada y herida, Emma toma una decisión drástica: pide a sus padres que la envíen a estudiar al extranjero, con la esperanza de dejar atrás sus sentimientos no correspondidos.
Años después, Emma regresa y los sentimientos que creía olvidados también lo harán.
NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Amigos que apoyan y acompañan siempre
Esa noche, tanto Emma como Ethan no podían dejar de pensar el uno en el otro. A pesar de estar separados, se sintieron profundamente conectados, sabiendo que finalmente habían dado un paso importante en su relación. Las dudas y miedos que alguna vez los habían frenado parecían disiparse, dejando espacio para la esperanza y la felicidad. Cada uno, en su propio espacio, sonrió antes de dormir, con la certeza de que estaban construyendo algo especial juntos.
Al día siguiente, el amanecer trajo consigo una sensación renovada de emoción y anticipación. En el departamento de Ethan, la luz del sol entraba suavemente por las ventanas, despertándolo lentamente. Abrió los ojos con una sonrisa, recordando la conversación de la noche anterior con Emma. Sabía que ese día en la oficina sería diferente, porque aunque no anunciarían su relación a todos, ambos sabían lo que sentían, y eso les daba una fuerza especial. Mientras tanto, en el departamento de Alex, Emma despertó con una sensación similar. Aunque la conversación con Alex había sido intensa, se sentía aliviada y agradecida por su apoyo. Sabía que él solo quería lo mejor para ella, y eso la tranquilizaba, mientras estiraba su cuerpo y se levantaba de la cama, su mente estaba en Ethan. Quería verlo, hablar con él, compartir más momentos juntos, la idea de llegar a la oficina y verlo le hizo sonreír.
Ambos se prepararon para el día con una energía nueva, Ethan se duchó rápidamente, eligiendo una camisa azul y unos jeans de color negro, se sirvió un café mientras revisaba algunas notas para una reunión, pero su mente no podía apartarse de la idea de verla. En el departamento de Alex, Emma también estaba terminando de alistarse. Optó por un vestido elegante pero cómodo, que complementó con unos pendientes que le había regalado su madre. Cuando salió de su habitación, Alex ya estaba en la cocina preparando el desayuno.
-Buenos días, dormilona- la saludó Alex con una sonrisa- Espero que estés lista para un día lleno de trabajo.
Emma rio suavemente y se acercó a la mesa. -Buenos días. Sí, estoy lista. ¿Y tú?- Alex asintió mientras servía café en las tazas- Más que listo. Aunque creo que tú estás más emocionada por ver a tu novio que por el trabajo.
Emma le devolvió la sonrisa, sin poder ocultar su emoción.
-Bueno, tal vez un poco. Pero tenemos muchas cosas que hacer hoy, así que trataré de concentrarme- respondió ella.
Alex la miró con una mezcla de cariño y preocupación.
-Recuerda lo que hablamos anoche. Cualquier cosa, me lo dices, ¿vale?- Emma asintió mientras tomaba un sorbo de café.
-Lo haré, Alex. Gracias por estar siempre ahí.
Después de un desayuno rápido, pero reconfortante, ambos se despidieron y Emma salió hacia la oficina. Durante el trayecto, sentía mariposas en el estómago, ansiosa por ver a Ethan. Al mismo tiempo, él estaba en su coche, conduciendo hacia el trabajo con una sonrisa en el rostro, pensando en cómo sería su reencuentro. Al llegar a la oficina, Ethan entró primero, saludando a los empleados con su habitual cordialidad, sin embargo, quienes lo conocían bien notaron que había algo diferente en él; estaba más relajado, casi radiante. Se dirigió a su oficina, dejando su maletín sobre el escritorio y revisando algunos correos mientras esperaba la llegada de Emma. Minutos después, Emma entró al edificio, su presencia siempre traía una energía positiva, y esa mañana no fue la excepción. Saludó a sus compañeros con una sonrisa, notando las miradas curiosas que algunos le lanzaban. Sabía que su relación con Ethan eventualmente sería un tema de conversación en la oficina, pero por ahora, estaba feliz de mantenerlo solo entre ellos y sus seres más cercanos. Caminó hacia la oficina de Ethan, y al llegar, golpeó suavemente la puerta antes de entrar. Cuando lo vio, sentado detrás de su escritorio, sus ojos se encontraron y ambos compartieron una sonrisa que decía más de lo que cualquier palabra podría expresar.
-Buenos días- dijo Emma, con una voz que apenas podía contener su felicidad.
-Buenos días- respondió Ethan, levantándose para acercarse a ella-¿Cómo estás?
-Estoy bien, mejor ahora que te veo- confesó Emma, mientras él la abrazaba suavemente, cuidando de no ser demasiado evidente en la oficina.Se separaron rápidamente, conscientes del entorno profesional, pero el momento fue suficiente para reconectar después de la noche anterior. Pasaron el día trabajando juntos en varios proyectos, compartiendo ideas y risas cuando podían, sin dejar que sus sentimientos interfirieran en sus responsabilidades, pero ambos sabían que algo especial estaba floreciendo entre ellos.
-Hoy será un día largo en la oficina- dijo Ethan, mirando su agenda- Tenemos varias reuniones y una presentación importante en la tarde.
Emma asintió.
-Lo sé, pero estoy lista. Siento que después de todo lo que ha pasado, nada puede ser tan complicado.
Ethan sonrió y se inclinó para darle un beso en la frente.
-Eso es lo que me gusta de ti, siempre optimista.
Luego de charlar, cada uno se mantuvo en su oficina, y aunque trataron de mantener su relación profesional, las miradas cómplices y los pequeños gestos de cariño eran difíciles de esconder cada vez que se encontraban. Sin embargo, sabían que era importante mantener un equilibrio entre su vida personal y laboral, especialmente en un entorno tan exigente como el suyo.
La mañana transcurrió rápidamente. Emma se sumergió en su trabajo, revisando proyectos y coordinando con su equipo. De vez en cuando, sus pensamientos vagaban hacia la noche anterior, hacia su relación con Ethan y cómo todo había salido mejor de lo que esperaba.
Al mediodía, la muchacha decidió tomar un respiro y caminó hacia la oficina de Ethan. Lo encontró concentrado en su escritorio, con la mirada fija en la pantalla de su computadora. Ella sonrió y tocó suavemente la puerta.
-¿Interrumpo?- preguntó, con una sonrisa traviesa.
Ethan levantó la vista y sonrió al verla.
-Nunca- respondió, apartándose de la pantalla- ¿Cómo va tu día?
-Bien, aunque pensé que podríamos almorzar juntos, ¿Qué dices?- preguntó ella.
Ethan asintió, agradecido por la pausa.
-Me parece una excelente idea.
Fueron al comedor de la empresa, donde compartieron una comida ligera. La conversación fluyó naturalmente, enfocada en el trabajo, pero también en pequeños detalles personales que solo compartían entre ellos.
-¿Estás nerviosa por la presentación de la tarde?- preguntó Ethan, viendo cómo Emma jugaba con su ensalada.
-Un poco- admitió ella- Pero sé que hemos trabajado bien en esto. Solo quiero que todo salga perfecto.
-Lo será- dijo Ethan, dándole un apretón de manos. -Confío en ti.
La tarde pasó en un suspiro, y la presentación resultó ser un éxito. Cuando todo terminó, Emma sintió un gran alivio, se dirigió a la oficina de Ethan y allí se encontró con Xavier, quien estaba también esperando a Ethan.
-Hola, Emma- la saludó Xavier con una sonrisa. -¿Ethan está por aquí?- preguntó.
-Debería estarlo- respondió ella- Pero puedes esperarlo aquí.
Xavier asintió y se acomodó en una de las sillas. Mientras esperaba, observó a Emma, notando una nueva luz en su mirada.
-Te ves diferente- comentó, sin rodeos.
Emma levantó una ceja, intrigada.
-¿En qué sentido?
-No lo sé, pareces. .. más feliz, supongo- respondió Xavier, encogiéndose de hombros- Aunque ahora que lo pienso, Ethan también ha estado distinto últimamente. Más tranquilo, más centrado.
Emma sonrió suavemente.
-Supongo que ambos hemos encontrado algo que nos hace felices.
Xavier la observó por un momento, y luego, como si hubiera conectado las piezas, sonrió.
-Así que finalmente lo lograron, ¿eh? Ustedes dos.
Emma no pudo evitar sonrojarse un poco.
-Sí, lo hicimos. Y estamos bien.
Xavier asintió, genuinamente feliz por ellos.
-Me alegro por ambos. Siempre supe que algo así pasaría, tarde o temprano.
En ese momento, Ethan entró en la oficina, y al ver a Xavier y Emma conversando, sonrió.
-¿De qué hablan?
-De que por fin voy a dejar de perseguirte para evitar que te emborraches- bromeó Xavier, levantándose para saludar a su amigo-, Ya que por lo visto te has robado el corazón de Emma.
Ethan se rió y le dio una palmada en la espalda.
-No lo llamaría robo. Fue más bien un rescate mutuo."
-Como sea, me alegra que estén juntos- dijo Xavier. -Siempre creí que eran perfectos el uno para el otro.
Emma miró a Ethan con una sonrisa, y él le devolvió la mirada con la misma intensidad.
-Gracias, Xavier- dijo Emma- Eso significa mucho para nosotros.
Después de un rato, Xavier se despidió, dejando a la pareja sola en la oficina. Ethan se acercó a Emma, rodeándola con sus brazos.
-¿Estás lista para ir a casa?-preguntó él.
-Sí- respondió Emma, descansando su cabeza en su pecho- Pero primero, tengo que hacer una parada.
-¿Adónde?- -preguntó él con la curiosidad reflejada en su rostro.
-Alex nos invitó a cenar- respondió Emma, él asintió y salieron juntos tomados de las manos.
Que Dios te siga bendiciendo, para disfrutar de los frutos de tu enorme talento. Sinceramente :Felicitaciones y muchas muchas gracias!!!