El clan de brujas Lanira suele vivir en la clandestinidad, las reglas de su clan son claras, no busques más de lo que necesitas o puedes llamar la atención de un dragón.
Aisha miembro de este clan estaba por terminar su año en solitario y sus practicas profesionales cuando desapareció del radar, el clan ha implorado saber, pero hay un poder muy grande que la retiene y la oculta de su familia.
Dos años después ella regresa herida y sin memoria de lo que le ocurrió durante su ausencia y con la cría de un dragón creciendo dentro de ella...
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La confusión de Fafner
A medio día Lugus acompañado de Damara, Woden y Boreas se encontraban en una cómoda sala común, del hotel donde se hospedaban los Nithe, esperaban la llegada de Nidhogg y sus hijos, después de la conmoción de la noche anterior, las cosas se habían complicado tanto que las platicas entre ambas familias se habían suspendido. Al ver llegar a los dragones, los gemelos entendieron porqué su tío era tan peligroso; del imponente hombre que habían conocido tan sólo unos días atrás, no quedaba casi nada, Fafner era ayudado por su padre y hermano mientras el avanzaba lentamente, arrastrando los pies, lucia ansioso y necesitado, sin mencionar que no quedaba nada de su arrogancia, ya que en cuanto vio al demonio, su mirada se torno suplicante.
La razón de la reunión era simple, los Lanira que deseaban conocer su versión del ataque a su hogar, de su propia boca, para poder determinar si él era un riesgo o como afirmaba su padre, todo había sido parte de un gran mal entendido.
Sin embargo, antes de comenzar el interrogatorio necesitaban que Fafner recuperara la mayor parte de su elucides, así que Lugus les indico con un leve movimiento de cabeza a su padre y hermano que se alejaran un poco de él para que pudiera iniciar la desintoxicación temporal.
—Hola muchacho— saludó Lugus con una sonrisa, en el instante que Fafner escuchó su voz abrió sus ojos maravillado —¿Me dejarás acercarme para ayudarte?— le preguntó con una voz dulce, a lo que Fafner sólo movió su cabeza de arriba a abajo dócilmente, entonces en un sólo movimiento Lugus rodeo la cintura de Fafner con un brazo, pegándolo a su cuerpo, mientras con la otra mano lo tomaba de la mandíbula para levantar su rostro presionando un poco con su pulgar, indicándole así que debía abrir la boca, entonces el cuerpo de Fafner comenzó a temblar violentamente, mientras Lugus murmuraba un encantamiento en idioma demoníaco, tan cerca de su boca que parecía que en cualquier momento iba a besarlo, Fafner al instante sintió que le robaban el aire de sus pulmones, y trató, sin éxito, de liberarse, entonces Lugus levantó un poco más su rostro y una especie de humo negro, espeso, salió de la boca de Fafner para disolverse de inmediato, al terminar, Lugus lo abrazó frotándole la espalda, al tiempo que Fafner tosía sobre su hombro.
—Lo has hecho bien muchacho, lo has hecho bien— le consoló, hasta que Fafner fue capaz de respirar con normalidad, entonces Lugus lo liberó del abrazo.
Fafner se sentía confundido ya que después de la incursión fallida, todos sus recuerdos estaban envueltos en una desagradable penumbra, pero sobre todo, se sentía avergonzado por la forma tan patética en la que se había mostrado unos instantes atrás.
—Te ves muy tierno apenado— se burlo Lugus con una sonrisa coqueta.
—Taranis deja a mi hijo tranquilo por favor— advirtió Nidhogg.
—Lo haré si él me lo pide con esa expresión tan bonita— provocando una sensación de escalofríos en Fafner y viendo la expresión de disgusto en Nidhogg, agregó —Esta bien, te has vuelto muy aburrido viejo amigo.
—Es suficiente Lugus, podrás divertirte más tarde— intervino Damara —Ahora lo que necesitamos es escuchar la explicación de tu propia boca, del porqué intentaste irrumpir en nuestra casa— al escuchar la petición de Damara, Fafner sólo pudo suspirar, aunque su mente se sentía clara, en ese momento su cuerpo todavía se encontraba oprimido y con una sensación incomoda que le hacía saber que el dolor no se había ido por completo, sino que permanecía latente dentro de su cuerpo, esperando el momento oportuno par volver a doblegarlo. Por lo que con dificultad alcanzo un sofá para dejarse caer en él.
—Lo cierto es que no sé por donde empezar, o cuanto me corresponde decir sobre éste asunto, pero Zari o Aisha, no se cual es su nombre, abandonó a mi hermano hace más de 7 años, llevándose a su cría en su vientre y eso lo devastó... esa noche perdía a mi hermano... y cuando la vi con otro hombre, su traición me segó... yo sólo quiero recuperar a mi hermano— para todos los presentes era clara la ira y el dolor que había en las palabras de Fafner, y aunque ahora se encontraba algo más controlado, era evidente que sin la maldición de Lugus, ese joven dragón volvería a perder el control...
—Espera un momento ¿A qué traición te refieres?— inmediatamente preguntó Woden.
—Ella tiene otra pareja con la que está criando a la hija de mi hermano, ella junto a su amante le robaron su futuro a Ragnar— Dijo Fafner agitado, mientras señalaba a Boreas, lo que ofendió sobre manera a los gemelos.
—¿Qué estupidez acabas de decir?— preguntaron los gemelos al unísono, algo que solían evitar hacer porque les parecía un estereotipo que excluía a su trilliza, y para ellos, nada que la hiciera sentir fuera de su peculiar unidad, era aceptable.
—Lo que oyeron, o a caso, ¿ella también los engañó? ¿No me digas que no sabías que estabas criando a la hija de otro?— Respondió con ironía, en ese momento sin que nadie se lo esperara Boreas le conectó un puñetazo en la cara, que derribó a Fafner del sofá, de inmediato Nidhogg y Ejder se interpusieron para protegerlo.
—¡Cum gladiis, pax sit; fiat, sic est, sic erit!— Pronunció Damara con la determinación de un general y todos quedaron paralizados, sus respiraciones todavía estaban agitas, sin embargo el conjuro se encargaría de evitar que volvieran a levantar sus puños los unos contra los otros, ni continuar con las provocaciones por un buen rato —Es suficiente, para mí está claro que estas muy confundido— Fafner deseaba contradecirla, ya que para él todo era claro, sin embargo, por más que trataba, no salía ningún sonido de su garganta, entonces una risa estruendosa interrumpió todo.
—JAJAJAJA, perdón, pero aunque parezca algo muy serio o desagradable, es muy gracioso que confundan a dos de los trillizos con amantes— dijo Lugus con voz divertida, al tiempo que se veía claramente el esfuerzo que hacia por no volver a reír.