El Viudo

Ya estoy lista y Carlos aún no llega, han pasado dos días ya y ni señales de Gabriel, espero con ansias verlo mañana. Mi teléfono suena, es Carlos, bajo a su encuentro, abro la puerta del auto y lo saludo con un beso en la cara, intercambiemos saludos y conduce hasta el cine. Llegamos al parque y vamos juntos a la entrada, en eso veo un auto que pasa por nuestro lado muy despacio, creo que es el auto de Gabriel, ojalá y esté equivocada no sé que podrá pensar si me ve aquí con él.

Compramos las entradas antes de entrar me preguntó si quería ver una peli de acción o una romántica, obvio que elegí acción no quería un ambiente romántico en el cine con el que llevara alguna declaración amorosa, así lo hicimos y fuimos a por la de acción, entramos y tomamos rumbo a nuestros asientos, pase todo el tiempo centrada en la película, él de vez en cuando intentaba hacer el movimiento del bostezo para colocar su brazo sobre mis hombros, pero yo cambiaba de postura en cada ocasión.

Luego de la película me llevó a casa, aunque me insistió mucho para ir a comer juntos antes de regresar a casa, pero lo esquive con el pretexto de que debía terminar un trabajo pendiente para entregar al día siguiente en la oficina, de mi viaje a Corea, lo comprendió y me llevó a casa. Al llegar me acompañó hasta mi puerta, al parecer no estaba dispuesto a marchar aún, lo invité a pasar dentro por un café rápido y luego se marchara, así lo hizo y fuimos juntos a la cocina, el eligió mi apartamento, dijo que era acogedor, cuando estábamos en la cocina comenzó a hablar nuevamente.

- Jimena, creo que sabes que me gustas, verdad. Dijo así sin anestesia.

Hasta derrame café fuera cuando lo escuché de lo directo que es, nunca creí que fuera tan directo, tan rápido. Aproveché la ocasión para aclarar todo.

- La verdad lo había notado, mira me caes bien, te tengo aprecio, la paso muy bien contigo, pero te quiero como amigo solamente entiendes, lo siento de verdad no corresponder lo que sientes.

- Entiendo tranquila, que me quieras cómo amigo es algo, estaré para ti cuando lo necesites. Dijo con su autoestima intacta.

Y hace muy bien, no le faltará candidatas.

- Gracias por entender. Le dije.

Luego del café se marchó, su ánimo no cambió en lo absoluto así que no me sentí tan mal al respecto. Cerré la puerta y fui a descansar, pensando en Gabriel, mañana lo vería nuevamente, deseaba que amaneciera ya y despertar, estar en la oficina.

Gabriel

Al otro día a pesar de ser fin de semana fui con mi psicóloga, ella me recibió encantada, hacía mucho que no iba por allá y me tenía gran estima aparte de ser su paciente era muy amiga de mi madre, pude desahogarme con ella y me alivió mucho, había olvidado lo bien que se sentía desahogarse con alguien. Al decir en voz alta lo que ocurriría en mi cabeza, me dio otra perspectiva del problema que tenía, era la primera vez que quería intentarlo con alguien, que alguien llamará mi atención sentimentalmente hablando era un gran avance para mí.

La psicóloga me recomendó un ejercicio para comenzar a cerrar el ciclo y dejar ir a Rachel. Cuando llegara a casa debía deshacerme de todo lo que le pertenecía a Rachel, esto ella ya lo había sugerido, pero no fui capaz de hacerlo, pero en esta ocasión lo intentaría. Llegué a la casa ese día y comencé el proceso, busqué varias cajas y fuí clasificando por pertenencias, ropas, blusas, sayas, vestidos había demasiada ropa como para deshacerme así sin más o quemarla, la dominaría, al igual que las demás pertenecías, por lo menos para ser feliz a alguien necesitado, darle un mejor uso a algo tan preciado para mi.

De vez en cuando olía sus prendas en busca de su aroma pero ya no quedaba rastro de el. Aún guardaba sus colonias, cremas maquillaje todo, también lo empaque, solo queme su ropa interior que no me pareció adecuado donar, mientras recogía todo sentía la necesidad de admirar cada pieza como despidiéndome de cada una de ellas, luego de varias horas al fin lo conseguí, al otro día iría a la iglesia más cercana para entregar las cajas, a su familia no la llamé para ver si querían algo ya que cuando ella falleció ellos tomaron de recuerdo lo que consideraron pertinentes y no les iba a causar nuevamente un dolor por mi actuar.

Ya había terminado con toda las prendas entonces me dediqué a las fotografías, esas no tuve el valor de hacerlas desaparecer, sino que las guardé en el ático, en un baúl bajo llave.También voy a cambiar algunos objetos tienen valor sentimental para mí con relación a ella, los donaré también y compraré otros nuevos. Al día siguiente fui rumbo a la iglesia con todas las cajas para donar, fui en la tarde, ya que pasé la mañana con lo de los muebles, entonces fue que la vi, vi a Jimena con Carlos, en plan cita en el cine sabía que él iría tras ella.

Quise detener el auto e ir tras ella, aunque disminuí la velocidad por instinto me contuve y seguí mi camino,no me corresponde a mí hacer tal cosa y más luego de lo que hice. La psicóloga me recomendó que fuera despacio para no volver a sufrir ese incidente y que fuera sincero con ella así no había nada que ocultar y mi mente estaría tranquila.