El Prometido De La Amante De Mi Esposo

Aldana

Llego otro día y debía ponerme de pie. Si quería tomar las riendas de mi vida no sería en la cama, ya había llorado suficiente

Luego de una ducha me senté a desayunar, mientras preparaba mi curriculum, en la sala con mi laptop sobre la mesa. Tenía que buscar trabajo y aunque eran pocas las probabilidades de conseguir algo con la amenaza de mi padre, lo intentaría.

Planeaba empezar por las pequeñas clínicas de la ciudad, seguramente necesitan un pediatra. El sueldo no era igual, aunque sería suficiente para subsistir. Romina ya me ofreció vivir con ella, tenía garantizado un techo, debía aportar para la comida y los elementos básicos.

Ella también era multimillonaria, a diferencia mía, sus padres nunca se metían en su vida, es más, nunca estuvieron en su vida.

Estaban fuera del país todo el tiempo, la veían solo dos veces al año. Estuve con ella en sus peores momentos y ella en los míos. Quizás por eso está más obsesiona que yo, con la idea de que Matías desee algo más de mí.

Por un momento mi mente me trajo sus recuerdos. No pude evitar morderme el labio inferior y gemir ante la escena que se reproducía en mi mente. Él, detrás de mí, aferrándose a mis caderas. La forma en la que me tomo el cabello, crudo, feroz y dominante. También sus atenciones y su respeto al preguntarme lo que quería y lo que no, me gustaría saber que más sería capaz de hacerme

De forma inconsciente mis dedos fueron a mis pezones, crucé mis piernas, pensando en sus manos, y sus mágicos labios, en toda mi piel. Estaba en la cúspide como esa noche, cuando mi celular sonó.

Agitada, espere unos segundos antes de tomar la llamada de Romina

- hola

- hola preciosa, ¡tengo buenas noticias! ¡Tu orgásmico hombre! - me rio ante sus ocurrencias - te espera mañana a las diez de la mañana te entrevistará para comenzar otra vez. Lo hizo con todos no es una excepción ¡antes de que pongas una excusa!- el impacto de la noticia me impide hablar, ¿sería capaz de gastar tanto por la mujer con la que se acostó una noche? - ¿Estás ahí?

- si estoy.. Romina, creo que quizás, lo mejor sería empezar en otro lugar _ respondo dudosa

- Si vas a rechazar su oferta, ¡hazlo en persona! ¡Adiós!

Corto la llamada sin dejarme hablar con mil preguntas en mi cabeza, amaba mi trabajo, me gustaría volver. Después divagué en mi realidad, si volvía le crearían problemas a él por contratarme… Mi padre era poderoso y todos se humillaba ante él.

Pensé en rechazarlo, debía darle la cara, y hacerlo personalmente. Pensándolo bien, no sé nada de él, más que su nombre y que era excelente en la cama. ¡Demonios! Ni siquiera sabía qué edad tiene.

Escribí su nombre completo en el buscador y apareció su fotografía junto a su hijo con el rostro borroso y también imágenes de sus padres y hermana. Mientras las dos mujeres eran escritoras reconocidas de novelas románticas, los dos eran famosos chefs. Matías es idéntico a su padre, para tener treinta y ocho años, estaba precioso, era..

Dios Aldana, ¿qué locuras estás pensando? Ya me lo imaginé envejeciendo conmigo. La facilidad con la que este hombre me enamoro me avergüenza. Mi conciencia vino a golpearme de nuevo diciéndome que fui solo una más. Agrande su imagen en la pantalla, ¡es perfecto, seguro tiene a muchas mujeres porque se fijaría solo en mí!

Debía cambiar y dejar de ser tan negativa y lo primero era divorciarme y buscar trabajo. Me coloqué un atuendo formal, una pollera tubo negra y una camisa del mismo color para luego dirigirme al juzgado civil.

Conseguí el turno para la audiencia, debía concurrir con un abogado, aunque fuese de mutuo acuerdo. Sería en tres semanas.

Tome mi teléfono y marque el número de Sergio, para mi sorpresa contesto su amante..

- Que necesitas del padre de mi hijo

- Dile a tu amante, que el martes 27 lo espero con su abogado para firmar el divorcio, le enviaré la dirección _ Corte la llamada y le envié la información por mensaje. Insinuó que quería seguir conmigo y no espero ni un día para ir junto a ella.

Con mi esquema hecho luego de almorzar en un pequeño restaurante, fui a dejar mi hoja de trabajo, en algunas clínicas. Seis en total. Mañana era sábado, ya tenía el mapa de otras clínicas a las que iría.

Regrese al departamento de Romina como a las seis de la tarde y me encontré con alguien que no veía hace meses. Darío, mi hermano mayor

Vestía un traje azul marino y una camisa blanca. Es un hombre alto en comparación a mí, de tez blanca y ojos marrones, ahora tiene el caballo rapado, a diferencia de la última vez que lo vi hace ocho meses por su boda, cuando dejó a mi amiga luego de años de relación por obedecer a mi padre

_ al fin apareces _ exclamó con bastante furia reflejada en su voz.

_ ¿qué haces aquí?_ no quería que se encontrará con Romina más después de lo que le hizo.

Hasta ahora sigo sin entender, cómo ella me sigue cuidando y queriendo después de como mi hermano jugo con ella. Necesitaba que se fuera rápido. Más bien no entendía ¿qué hacía aquí?

_ ¿te divorciarás?

_ si

_ ¿estás segura? O volverás a él, como tu madre hace siempre.

_ no, además, ¡no te incumbe lo que haga o no!

_ me incumbe, ¡por qué quiero a ese imbécil lejos de nuestra herencia! ¡Te dije que solo estaba contigo por tu dinero!

_ ¡ya lo sé! No quiero problemas con mi amiga por tu culpa. Si ya terminaste con tu sermón, ¡es mejor que te vayas!

_ ¿necesitas dinero?

_ no gracias, no quiero nada que venga de papá

_ no puedes huir de él, ¡y lo sabes!

_ ¡nos trata como basura! Más a ti que a mí y aun así sigues con él, sirviéndole y obedeciéndolo como su perro

_ yo soy un huérfano, que paso hambre, antes de ser adoptado, ¡no soy como tú no nací con lujos y sé valorar lo que me dan!

_ por eso eres capaz de sacrificar hasta el amor por dinero

_ del amor no se come. Yo lo sé. Lo viví Aldana

En ese momento llega Romina, aún llevaba su uniforme blanco y se topan de frente. Se miran por segundos que me parecieron eternos antes de que ella me mire, sonría y entre a su departamento. Darío mira la puerta con nostalgia, nunca dejó de amarla, pero se casó con otra por órdenes de papá

_ buenas noches _ dije y seguí a Romina.

Se estaba colocando el delantal de cocina, luego comenzó a picar cebollas. Siempre lo hacía para ocultar su llanto. Le di su espacio, le molestaban las preguntas cuando estaba mal y yo lo respetaba, la tabla se llenó, lo arrojaba a la basura, y comenzó de nuevo. Cuando salió de su trance, me miró y le ofrecí más cebollas

_ Ya terminé por hoy _ dijo y fue hasta el baño. Comencé a limpiar el desastre. Minutos más tarde salió con su sonrisa falsa.

_ ¡Aldana te tengo excelentes noticias!_ gritó exaltada. Estaba devuelta su ser despreocupado y feliz _ mañana a las diez de la mañana te espera nuestro jefe

_ ¿Es en serio?

_ ¡si _ se acercó a mi _ le pregunté si compro el hospital por ti y dijo que sí!_ me senté en el taburete

_ ¡es imposible!

_ ¡no lo es! ¡Te dije que le gustabas! ¡Ese hombre está enamorado de ti!_ agaché la cabeza tomando mi falda. Es posible que un hombre como él se interese en mí?_ No! ¡No! ¡No!_ gritó y la miré _ vas a meter tus inseguridades en una bolsa, las arrojarás a la basura e iras mañana o no me vuelvas a hablar _ gruñó caminando a su habitación.

Maldición estaba enojada

_ ¡no es necesario que exageres! _ rogué desde la puerta, sé que me usó como excusa para encerrarse y volver a llorar

Mi celular comenzó a sonar. Lo tomé y eran mensajes de Matías, me había enviado las pruebas de la infidelidad de mi esposo. Por eso lo reconocí y más después del único mensaje escrito

-Buenas tardes, Aldana. Te espero mañana a las diez- Ahora que lo pienso, yo nunca le di mi número.

Es cierto, está en mi legajo.

No sabía si era mi oportunidad de cambiar mi destino por algo mejor o quizás peor, el miedo a lo nuevo y desconocido siempre fue mi enemigo. Matías fue mi primera vez rompiendo mis exigentes esquemas.