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Por Siempre Mío.

Por Siempre Mío.

Status: Terminada
Genre:Yaoi / Completas / Malentendidos / Dejar escapar al amor / Amor-odio / Triángulo amoroso / Tú no me amas
Popularitas:72.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Wang Chao

Después de casi cinco años de una relación donde Adrien Gautier amaba de manera incondicional, decide liberar al aparentemente indiferente periodista de nota roja, Carlo Mancini, convencido de que sus sentimientos no son correspondidos. Sin embargo, conforme Adrien avanza en su nueva vida, surge la pregunta intrigante: ¿Carlo experimenta celos hacia su mejor amigo?

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📌Tercer novela de la trilogía: Hermanos Mancini
📌 Relación gay
📌 M-preg

(No pregunten si habrá alguna pareja heterosexual, porque no hay)

NovelToon tiene autorización de Wang Chao para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 23. Cadenas de un amor destructivo.

El tan anhelado domingo había llegado; sin embargo, la emoción, el deseo y la ilusión se habían roto el día anterior. Esas imágenes habían marcado a Adrien con una profunda herida en el pecho. No había dormido, no había comido, y su cuerpo apestaba a alcohol de tanto que había bebido.

Carlo era un imbécil de mierda que no merecía sus lágrimas, pero, aun así, Adrien no podía olvidarse de las caricias, los besos y las palabras dulces tan fácilmente como le gustaría.

Carlo Mancini había sido alguien a quien persiguió por años. A quien amó incondicionalmente, incluso después de todos sus desplantes. Alguien a quien estaba dispuesto a entregarle su vida sin dudarlo. Y él estaba seguro de que lo merecía. Para Adrien Gautier, deidad era una palabra y Carlo Mancini su significado.

¿Pero qué había ganado él siendo tan devoto? ¿Qué de todo lo que ofreció recibió a cambio?

Nada. Absolutamente nada.

Él estaba ahí, ahogándose en la última botella de ron que quedaba, mientras su supuesta pareja... Bueno, ¿quién sabe si estaba en su casa o en la cama de esa zorra barata?

Pero él ya debía saberlo. Carlo era así, siempre fue así. Carlo siempre había elegido a otras personas antes que a él. Pero, aun así, no estaba dispuesto a soportarlo. Había tolerado sus coqueteos cuando aún los ataba ese estúpido contrato; no obstante, no podía tolerar que se revolcara con Paola horas después de pedirle perdón. Después de que le había prometido intentarlo juntos.

Eso ya se consideraba infidelidad. Él, bajo ningún motivo o excusa, perdonaría algo así.

Una carcajada dolorosa hizo eco en la solitaria sala de estar. Adrien estaba tirado sobre la alfombra blanca y miraba el techo. Lágrimas escurrían por la comisura de sus ojos y se deslizaban por sus sienes. Sus ojos vidriosos y aspecto desarreglado dejaban ver cuánto dolor estaba sintiendo en ese momento.

Había sido un estúpido por creer en palabras lindas, pero todo parecía tan real, tan sincero, que se permitió hundirse al fondo de ese mar de muestras de amor. Al final, no era más que un mar lleno de mentiras podridas y amor engañoso.

Pero él ya no podía salir de ahí. Amaba a Carlo con cada célula de su cuerpo; era como una droga de la cual estuvo dispuesto a alejarse, pero recayó y se hundió por completo en sus besos y labia sin igual.

La rabia lo consumía, la frustración lo cegaba, y la tristeza lo ahogaba en un mar de desesperación. Cada recuerdo, cada promesa rota, era una puñalada que se clavaba más hondo en su corazón. ¿Cómo pudo ser tan ciego? ¿Cómo pudo permitir que un hombre tan vil y despiadado tuviera tanto poder sobre él?

La desilusión era un peso insoportable. Adrien se sentía traicionado, humillado y destruido. Su amor propio estaba hecho trizas, esparcido por el suelo de su propio sufrimiento. ¿Qué sentido tenía seguir adelante cuando el amor en el que había depositado todas sus esperanzas resultó ser una farsa?

Adrien se dejó llevar por una ola de emociones encontradas. El odio hacia Carlo se mezclaba con el amor enfermizo que aún sentía por él. Quería arrancarlo de su vida, pero la adicción a su presencia, a su tacto, a su voz, lo mantenía encadenado a un pasado lleno de ilusiones rotas.

El tiempo se detuvo mientras Adrien seguía tendido, con el alma hecha pedazos y el corazón gritando en silencio. Las lágrimas continuaban cayendo, formando un río de dolor que parecía no tener fin. Y en ese abismo de tristeza, la única certeza era que nunca volvería a ser el mismo.

El amanecer encontró a Adrien en el mismo lugar, envuelto en su propio caos emocional. Los primeros rayos de sol se filtraban por las cortinas, iluminando la escena de devastación. Los ojos de Adrien, hinchados y rojos, apenas registraban la luz del nuevo día. Sentía un vacío aplastante en el pecho, una ausencia que lo desgarraba desde adentro.

Con un esfuerzo titánico, se incorporó, tambaleándose hacia el baño. El reflejo en el espejo era el de un hombre destruido, un espectro de lo que una vez fue. Las ojeras profundas y la barba descuidada eran testigos mudos de una noche de tormento. Adrien se llevó las manos al rostro, intentando lavar no solo la suciedad física, sino también la mancha indeleble de su humillación.

Los recuerdos seguían acechándolo, cada vez más nítidos y crueles. Carlo y Paola, riendo, besándose, sin el más mínimo remordimiento. La imagen era insoportable. Adrien apretó los dientes, sintiendo cómo la rabia se mezclaba con la desesperación. Cada pensamiento era un recordatorio de su propia vulnerabilidad, de cómo había permitido que alguien lo redujera a esta sombra quebrantada.

Desesperado por encontrar un resquicio de consuelo, Adrien se dejó caer sobre el sofá, tomando su teléfono con manos temblorosas. Abrió la galería de fotos, cada imagen una punzada más en su ya dolorido corazón. Las sonrisas compartidas, los abrazos cálidos, los momentos de aparente felicidad, todo se había convertido en una cruel burla.

No pudo evitar abrir el chat con Carlo. Los mensajes recientes, llenos de promesas vacías y disculpas huecas, ahora le parecían grotescos. Quiso borrar todo, arrancar de raíz cada vestigio de esa relación, pero su dedo se quedó suspendido sobre la pantalla. No era capaz de hacerlo. No todavía.

Un grito ahogado salió de su garganta, un sonido lleno de frustración y tristeza. ¿Cómo se atrevía Carlo a hacerle esto? ¿Cómo pudo traicionar su confianza de una manera tan vil? Adrien deseaba con todas sus fuerzas arrancar ese amor tóxico de su corazón, pero cada intento solo lo hundía más en el abismo de su propia dependencia.

La rabia seguía bullendo en su interior. Se levantó de un salto, lanzando el teléfono contra la pared con una fuerza que no sabía que tenía. El dispositivo se estrelló, desintegrándose en pedazos. Era un pequeño acto de rebelión, una manera de liberar, aunque fuera mínimamente, el torrente de emociones que lo ahogaba.

Pero la liberación fue efímera. El eco de sus acciones resonaba en la habitación vacía, recordándole la soledad que ahora lo envolvía. Adrien se desplomó de nuevo en el sofá, hundiendo el rostro entre las manos. Los sollozos comenzaron de nuevo, incontrolables, desgarradores. Se sentía atrapado en un ciclo interminable de dolor.

La tarde llegó sin que él lo notara. Las horas pasaban lentamente, cada minuto una eternidad de sufrimiento. Adrien sabía que debía levantarse, que debía encontrar la fuerza para seguir adelante, pero cada intento era sofocado por la abrumadora realidad de su pérdida.

En algún lugar de su mente, una pequeña chispa de determinación comenzó a encenderse. Era tenue, casi imperceptible, pero estaba ahí. Adrien sabía que no podía seguir así para siempre. Tenía que encontrar una manera de reconstruir su vida, de levantarse de las cenizas de su propio dolor.

Con un último suspiro, se prometió a sí mismo que encontraría la manera de sanar. No sería fácil, y el camino estaría lleno de obstáculos, pero tenía que intentarlo. No por Carlo, ni por nadie más, sino por él mismo. Porque merecía algo mejor. Porque, a pesar de todo, aún había esperanza de un futuro sin las cadenas de un amor destructivo.

1
Julissa Jimenez
me da como coraje de ver lo humillante de Carlo hacia Adrien, de verdad debería darle una gran lección para que aprenda hacer serio,
Neida Ladera
Carlo es un estúpido, Adrien tienes que quererte más a ti que a él.
Laura Graciela Lorca Pavez
Excelente
Jacquie Viteri
es la tercera vez que eso está novela y es muy buena la trama o el argumento de esta historia de amor
SANDRA ZAMBRANO
Excelente
Gloria Moreno
obra realista, excelente narrativa.
Erica Godoy
Excelente
Paulina Gabriela Pérez Castillo
Mmm 😔🤧 hermosas historias y si por favor sigue con las historias y con el mpreg, también amo que los hombres puedan tener hijos, gracias estuvieron maravillosas las tres 💞
Alberta Roman
cuando saldrá la novela de Alonzo
Wang Chao: No sé hsjsj me quedé escribiendo el capítulo 2 y se me fueron las ideas /Sob//Sob//Sob//Sob/
total 1 replies
CZuMo
Excelente
Cha GyeonJu
Tanto esperar el capítulo en dónde se supone íbamos a saber que le pidió la enfermera y lo que tuvimos fue un cap del sufrimiento de Adrien
Bells 💜✨️
Excelente
yenny Andrade
un historia muy bonita
yenny Andrade
por favor sigue la historia de Alonzo
Kenia Sanchez
Bien dicho, esta bueno que le diga sus verdades al hermano
Kenia Sanchez
En este primer capítulo Carlos me pareció un completo idiota, por lo menos hubiera mostrado un poco de aprecio a las rosas y no ser tan insensible
Daliana Mendoza
Excelente
Nataly Pinto
me encantó.
Maru Sevilla
Bueno
Esperanza Zapata
autora me hubiera gustado que contaras un poco sobre la condicion de adrien asi como contaste la de elio en su historia 🫣 😄 buen capitulo ✌️
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