Arderá Mi Alma

En los siguientes días, la Guardia Civil se encontraba de luto. No sólo por la masacre en el parque, sino que también por el repentino fallecimiento del Dr. Gabriel. Nadie supo explicar el motivo de su defunción. Aunque todo resulto muy extraño durante aquella prueba. La misteriosa aparición de esa bestia en el campo, el extremo y peligroso don de Lilit y el fallecimiento del Doctor. Sus fosas oculares cubiertas de un color negro que no diferenciaban el iris de sus pupilas. Y la tétrica sonrisa plasmada en su cara. En ese momento había caído como un enorme y viejo árbol de ciprés al piso. Fue como si el soplido de la muerte golpeara repentino su cuerpo y se llevase su último suspiro de logro. Los médicos intentaron traerlo de regreso pero fue imposible.

El resto de postulantes fue asignado al azar a los instructores. Mientras que Lilit se quedó conmigo. Todo fue decisión del Director Samuel una vez que se suspendió la actividad.

Puedo decir que corrí con la suerte de no ser expulsada del recinto. Pero mi peor castigo no había sido este. Si no que recién comenzaba. O eso pensé.

_ ¿A sí que lo llamas Baell? Que extraño nombre.

_ Solo se me cruzó por la mente ese día. Jamás lo había escuchado antes.

_ Mm... presiento haberlo visto antes. Pero no recuerdo donde.

_ Creo que le caes bien. El es muy reacio con todos.

_ Seguro soy de su confianza. Y me gustaría que tu confíes de la misma forma.

_ Y ¿Por qué confiaría en ti?

_ Bueno... tu me salvaste de esa bestia.

_ De hecho no fue porque fuiste tú... Fue tu miedo...

_ ¿Mi miedo?

_ Si. Lo pude oler.

_ Lo sentiste como aquella bestia.

_ ¿Eso me convierte en uno más de ellos?

_ No lo se. Tú dime... ¿Te gustaría hablar de lo que paso ayer?

_ ... No... Pero creo que si de ahora en adelante estaré obligada a vivir contigo deberías saber algo de mi pasado. Es solo por precaución. Uno nunca sabe.

_ ¿Entonces ya no sientes miedo de hablar?

_ Claro que sí. Pero no te diré acerca de eso...

_ Oh bien. Cuéntame lo que desees. Puedes confiar en mi.

_ Bien, empezaré con lo poco que recuerdo de ese momento, aunque será muy doloroso. Por favor ten cuidado si ves algún tipo de reacción en mi cuerpo. Trata de detenerme si lo notas...

Y así fue como pude descubrir el lado más débil de esta pobre niña. Su voz quebrada hacia su mayor esfuerzo por narrar aquel desgarrador suceso. El terrible abuso y tortura que tuvo que pasar por parte de aquellos inadaptados, la habían llevado a convertirse en lo que es hoy día. ¿Cómo podríamos juzgarla por sus actos cuando pasó por todo esto? Ella sólo cobró venganza. Pero su odio y desprecio la volvieron mentalmente inestable. A cada momento debía detener su discurso, ya que su narración poco a poco se convertía en rabia y sus ojos lentamente oscurecían. Era agotador detenerla en los momentos más claves para mí investigación. Pero algo me faltaba. El porqué obtuvo su don. Creo que la muerte del Doctor Gabriel está relacionado. Al fin y al cabo sus ojos se volvieron como los de Lilit en ese entonces. Él pudo al fin ver su interior ¿Verdad? Hay algo terrible en esta historia. Lo que la burbuja me demostró ese día es muy similar a su relato. Pero ese corte en su memoria. Su pasado y su presente. Hay un momento en aquel suceso que fue borrado. No pudo haber sido nunca uno de aquellos reveldes, ya que todos fueron asesinados. Y científicamente fue comprobado que la manipulación de un dotado acaba cuando pierde su vida. Hay algo más allá. Pero no la presionaré.

Pasado ya un tiempo, note que su dolor no se detenía al igual que su reacción de ira. Era cada vez más intenso. Temía que llegue un momento el que ya no seria posible controlarlo y que fuera al diablo toda esta situación. Debía parar esto de inmediato, pero tampoco quería que piense que soy indiferente a ella. Hace horas habla del odio que siente por las personas dotadas de un don y yo aquí como una idiota oyéndola y asentando mi cabeza como un perro.

_ Lilit... Ven aquí y siéntate a mi lado.

_ Snf... ¿Por qué haría eso? ¿Acaso tú no eres una más de ellos?

_ Has tenido la desgracia de toparte con todas personas malvadas en tu vida, siempre fuiste una incomprendida y olvidada de este maldito sistema que rige un mundo creado solo para los más poderosos. Pero que yo posea un don no me hace igual que a esos que te hirieron.

_ ¿Y cómo sabré tus verdaderas intenciones entonces?

La Directora Génesis la observo con ojos tristes. Entendía su soledad y desesperación de vengarse, pero haber cometido aquello no la alejaría de ella. Eso solo sería uno de los motivos que la atraían aún más.

_ Bien... acompáñame. Te mostraré algo de la burbuja.

Disimuladamente, fueron recorriendo aquel extenso pasillo. Simulando ir a otro destino para no ser detenidas por otros instructores. Una vez allí, la Directora Génesis le dio órdenes expresas de no alejarse de aquel monitor oscuro en el que aquella vez vieron con el rehabilitado. Lilit no entendía que sucedía mientras veía al otro lado del vidrio, en el interior de la burbuja a Génesis, sola e inmutable. Aquel monitor se activó. El sonido a campanas sumado al débil silbido llamaban su atención. Así fue como se centró única y exclusivamente en esa máquina. Era ella, pero diferente a como se veía. Estaba rodeada de mucha luz, una luz tan blanca que podía cegar a cualquiera. Podía sentir paz y calma. No era nada comparado con lo que Lilit sentía cuando era llamada por su padre. Allí únicamente sentía dolor y desesperación. Pudo sentir una conexión en ese instante.

La puerta de repente comenzó a sonar. Alguien intentaba ingresar. Fue buena idea la de la Directora Génesis haberla cerrado bajo llave. Pero de inmediato noto aquel sonido. Era cuestión de tiempo de que aquella persona diera con la llave correcta y viera lo que sucedía al otro lado. Sin dudarlo, Lilit apago el monitor y rompiendo con todo el protocolo de seguridad irrumpió en la burbuja ya a oscuras. Tanteando llegó hasta Génesis y la guió hasta un lugar alejado de la vista de esa ventana. Adormecida estaba entre sus brazos recuperando el conocimiento.

_ ¿Qué haces aquí Lilit? Es peligroso

_ Shh. Alguien intenta ingresar.

Al otro lado uno de sus asistentes noto la puerta de la burbuja entreabierta.

_ Oye apresúrate. El Director Samuel nos espera.

_ Si. Ya ya...

El sonido de la puerta cerrándose nuevamente alivio el estrés que se sentía en la burbuja.

_ Ingresar aquí en mi estado pudo haberte lastimado. ¡¿Eres consciente de lo que acabas de hacer?!

_ Sí lo sé. Pero no me harás daño. Vi en tu interior. Eres pura y no encuentre maldad en ti. Desconfíe pensando que ocultabas algo. Me equivoqué.

_ Bien. si ya confías en mi, entonces desahoga tu rabia. Aquí y ahora.

_ ... Bien. Pero sal de aquí.

_ Claro que no. Estaré a tu lado. No te dejaré sola.

_ ¡No, es peligroso! No se si podré controlarme. Aún no domino mi don.

_ No temas. Estaré aquí contigo todo el momento. No te soltare.

_ ¿Acaso eres suicida?

_ Jaja... tal vez.

Todo aquello me resultó tan extraño. La Directora Génesis se colocó en mi espalda mientras me rodeaba con sus brazos. Me pidió que repitiera unas oraciones mientras cerraba los ojos.

..._ Dirige semitam meam in lucem. Et me ab hoc dolore libera...

...(Guia mi camino hacia la luz. Y líbrame de este dolor)...

..._ Quia commendo tibi animam meam...

...(Porque a ti encomiendo mi alma)...

..._ Libera me ab omni malo et derelinquas animam meam de his tenebris...

...(Librame de todo mal y deja mi alma sobria de esta oscuridad)...

Cada vez que terminaba esas frases, podía sentir como mis pies ardían. Como si el suelo se convirtiera en brasas viciosas de carne. Mi pecho dolía tanto que no me dejaba respirar con normalidad. Esto me asustaba un poco. Temía regresar a aquel lugar. Pero en mi espalda podía sentir la suavidad de su pecho dándome calor y como sus manos entrelazada mis dedos temblorosos. Su respiración a mi derecha me guiaba a cada palabra y me volvían en sí. Una sensación tan ambigua como dolorosa.

_ Déjame ingresar. Libera tu dolor. Comparte tu peso conmigo. No cargues sola con todo ello.

Trate y trate pero no lograba seguir sus pasos. Algo mucho más poderoso se aferraba a mi. Pude sentir aquel jalón en mis piernas y lo vi. Tan aterrador y desesperante. Una enorme sombra se aferraba a mí. Aquello no pertenecía a mi cuerpo. Más bien era la sombra de mi padre, quien luchaba por tocar la luz de Génesis. Vaya a saber sus intenciones. Pero no permitiría que lo haga. En aquel más allá. Detrás de esa sombra supe que se encontraba oculta la mía. Aquella que me arrebato al igual que mi alma... Eso era... lo recordaba con claridad. Ese fue mi trato con él. Mi alma por un don. Y mi castigo fue este. Volverme un ser vacío si alma ni sombra. Pero ahora con la luz de la Directora Génesis supe que podría recuperarla. No intentaba alcanzar a Génesis, más bien quería alejarla. Ahora lo sé. Entendí cual era mi salvación. No ganare esto yo sola...