En las calles grises de Londres, Jannia, una joven y ambiciosa empresaria, se encuentra sumida en un abismo de dolor y odio después de ser víctima de un brutal abuso por parte de desconocidos. Con su mundo derrumbado, Jannia jura vengarse de aquellos que la han destruido. Sin embargo, a medida que se adentra en su búsqueda de justicia, se encuentra con un camino inesperado: el amor. ¿Podrá Jannia encontrar la paz y el amor en medio de su sed de venganza, o las sombras de su pasado la consumirán por completo?
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Capítulo 6: Desvelando la Verdad
La mañana en el hospital comenzó con una tensión palpable. La noticia de la trágica situación de Jannia había sido un golpe devastador, no solo para su familia y amigos, sino también para el equipo de investigadores que trabajaba en el caso. El doctor Collins, un hombre de mediana edad con una presencia tranquila y autoritaria, entró en la habitación con una carpeta de informes y una expresión grave. Había llegado el momento de revelar la verdad a Jannia, una verdad que probablemente la impactaría más de lo que había imaginado.
Hanna y Liam estaban a un lado de la cama de Jannia, tratando de ofrecerle consuelo. La habitación, aunque llena de luz natural, parecía estar envuelta en una atmósfera de inquietud y angustia. La preocupación y el temor de las personas que rodeaban a Jannia eran evidentes, y la tensión en el aire era casi tangible.
—Jannia, tenemos que hablar —dijo el doctor Collins con una voz calmada pero firme. —He revisado los resultados de las pruebas y necesito explicarte lo que hemos encontrado.
Jannia, a pesar de estar físicamente débil, estaba decidida a obtener respuestas. Sus ojos, aún hinchados por el dolor y el miedo, se clavaron en el doctor mientras él comenzaba a hablar.
—Lo que hemos encontrado en tus pruebas es bastante serio —continuó el doctor, ajustando sus gafas con una expresión de pesar. —Hay evidencias de agresión sexual, y el análisis de tu sangre y las muestras encontradas en tu cuerpo confirman que fuiste violada. Además, tenemos indicios de que te administraron una sustancia que te hizo perder el conocimiento, lo que indica que fuiste drogada.
El impacto de sus palabras fue como un golpe físico para Jannia. Su cuerpo tembló, y sus ojos se llenaron de lágrimas mientras intentaba procesar la información. El dolor emocional y la rabia se manifestaron en un grito desgarrador, una expresión de angustia que resonó en las paredes de la habitación. Hanna y Liam, asustados, intentaron calmarla, pero la intensidad de la reacción de Jannia era abrumadora.
—¡No, no puede ser! —gritó Jannia, sus palabras llenas de desesperación. —¡No puedo creerlo! ¡No, no, no!
El doctor Collins, reconociendo la gravedad del estado emocional de Jannia, se dirigió a las enfermeras presentes.
—Necesitamos sedarla —ordenó con una voz decidida. —Ella está en un estado de shock, y es necesario estabilizarla para evitar que se haga daño a sí misma o a otros.
Las enfermeras procedieron con rapidez, administrando un sedante que rápidamente comenzó a hacer efecto. Jannia luchó por mantenerse consciente, pero la sedación la envolvió en un sopor que la llevó de vuelta a un estado de calma involuntaria.
Mientras tanto, fuera de la habitación, el agente Ryan llegó con una expresión de concentración. La investigación había tomado un giro más oscuro y complicado, y él estaba allí para recoger las evidencias necesarias para llevarlas al laboratorio.
—Buenos días, doctora —dijo Ryan, dirigiéndose al personal médico. —Vengo a recoger las evidencias del caso de Jannia Sinclair. Necesitamos asegurar todas las pruebas para su análisis.
La doctora, reconociendo la importancia de su solicitud, entregó los paquetes de evidencia cuidadosamente recolectados. Ryan se llevó las muestras con una mezcla de profesionalismo y preocupación. Cada pieza de evidencia era un paso más hacia la resolución del caso, y él sabía que el trabajo que tenía por delante sería crucial para identificar a los responsables.
El agente Erick, por otro lado, estaba en una misión diferente. Había recibido información crucial que apuntaba a Filip y Andrés como posibles involucrados en el caso. Su tarea era encontrarlos y entrevistarlos para determinar su implicación en el incidente.
Erick se dirigió a las últimas direcciones conocidas de Filip y Andrés, su mente centrada en obtener respuestas. Sabía que sus testimonios podrían proporcionar detalles esenciales sobre lo que había sucedido la noche anterior. La búsqueda no era sencilla, pero la urgencia del caso lo mantenía enfocado.
Mientras la investigación avanzaba, el silencio en la habitación de Jannia era un reflejo de la calma artificial inducida por el sedante. Hanna y Liam estaban junto a ella, sus rostros marcados por la preocupación y el dolor. La atmósfera era opresiva, cargada con la impotencia de no poder aliviar el sufrimiento de Jannia.
Cuando Jannia despertó, horas después, el sedante había dejado su cuerpo y mente en un estado de confusión. Sus ojos se abrieron lentamente, y aunque estaba más tranquila que antes, la tristeza y el odio comenzaban a tomar forma en su corazón. El dolor de la traición y el sufrimiento se convirtieron en una furia que ardía en su interior.
Hanna, que se había mantenido a su lado durante todo el tiempo, trató de ofrecer palabras de consuelo y apoyo. Sin embargo, al ver el cambio en la expresión de Jannia, supo que algo había cambiado en su hermana.
—Jannia, ¿cómo te sientes? —preguntó Hanna con voz temblorosa, intentando captar algún signo de la tranquilidad que solía caracterizar a su hermana.
Jannia, con una mirada fija y dura, se giró hacia Liam, que estaba sentado al borde de la cama. Su tono de voz estaba cargado de una furia reprimida.
—¡Liam, vete! —gritó Jannia, su voz llena de un odio que sorprendió a todos en la habitación. —¡No quiero verte aquí! ¡Lárgate!
Liam, atónito y con el corazón roto por las palabras de Jannia, se levantó lentamente, sin saber qué decir o hacer. La transformación en la actitud de Jannia era abrumadora, y el dolor que sentía era evidente en su rostro.
—Jannia, por favor… —dijo Liam con voz quebrada. —Estoy aquí para ti, para apoyarte.
—¡No! —gritó Jannia, su furia incontrolable. —¡Vete, por favor! No quiero verte ahora. ¡Déjame sola!
Liam, incapaz de soportar la dolorosa realidad, salió de la habitación, sus lágrimas corriendo por su rostro. Hanna se quedó con Jannia, tratando de entender el cambio repentino en su hermana. Aunque la calma había regresado a la habitación, el odio y el rencor que Jannia sentía estaban lejos de desvanecerse.
El dolor y la traición que Jannia experimentó se habían transformado en un odio ardiente hacia aquellos que le habían causado daño. La fuerza de sus sentimientos la consumía, y aunque estaba rodeada por personas que la amaban, el vacío de su sufrimiento era tan grande que ningún consuelo parecía suficiente.
La realidad de lo que le había sucedido había dejado una marca profunda en Jannia. Su corazón, una vez lleno de amor y ternura, ahora estaba plagado de rencor y dolor. La búsqueda de justicia y la necesidad de enfrentar a los responsables se convirtieron en una obsesión que la consumía. La sombra de la traición se extendía sobre su vida, y la furia que sentía era una manifestación del profundo dolor que había experimentado.
Mientras el hospital se llenaba de murmullos y la investigación seguía su curso, Jannia enfrentaba el desafío más grande de su vida. La búsqueda de respuestas y la lucha por superar el odio que ahora llenaba su corazón eran las nuevas batallas que debía librar. El camino hacia la justicia estaba lleno de obstáculos, pero Jannia estaba decidida a enfrentarlos, impulsada por la furia y el dolor que sentía.
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Dejarla sin concluir no tiene sentido
está buena. POR FAVOR SIGUE ESCRIBIENDOLA.
GRACIAS HOY DISFRUTE DE 2 CAPITULOS GENIALES. . GRACIAS, PERO QUIERO MÁS VENGANZA DE JANNIA. EXCELENTE.