Amor en Éxtasis

Roger. – ¿Qué crees que va a decir la gente? si te ven en algún bar justo cuando hace unas horas apenas sepultamos a mamá…

Cristina. – ¡Me vale madre lo que digan o piensen, nadie sabe lo que estoy sintiendo nadie sabe que me duele hasta los huesos, necesito salir, desahogarme!

Roger. - ¡Soy tu hermano mayor y te prohíbo que salgas ve a dormir…!

Cristina. –¡Sabes que eso no va a detenerme así que me largo…!

Roger. – ¡Entonces espera a que llegue nuestro padre…!

Cristina. – ¡Seguramente esta con la zorra de Jessica!

Roger. – ¡Por favor Cristina, no te vayas…!

Cristina. – Nos vemos al rato. Braulio me está esperando… todo va a estar bien…

El dolor puede hacer estragos en las personas, sobre todo en aquellos que en apariencia lo tuvieron todo, nunca tuvieron que pasar hambre, cuando solo tenían que tronar los dedos para tenerlo todo, a vivir en un mundo de cristal, un cristal frágil que en cualquier momento puede fracturarse y darnos donde más nos duele, darse cuenta que lo material, que el dinero no es capaz de comprar la vida, no es capaz de retroceder el tiempo, que el dolor es ese golpe en seco que no te deja reaccionar, aquel que te hace sentir todo y a la vez no sabes que sientes, no sabes cómo describirlo, no sabes cómo gritarlo.

Braulio. – ¡Ya es algo Tarde deberíamos irnos, estas muy tomada…!

Cristina. – Yo me siento muy bien cariño… vete tu si quieres, porque no pienso irme de aquí

Braulio. – Tenemos que irnos en una hora más cierran el bar.

Clara. – ¡Hola Braulio! ¿cómo has estado…?

Braulio. - ¡hola Clara! bien y tu hace rato que no te veía…

Cristina. – ¿Y esta pinche vieja que quiere contigo? ¡nunca la he soportado es…!

Braulio. – ¡Cálmate quieres! Clara es solo una amiga de la universidad, Clara mil disculpas está muy tomada, hoy sepultamos a su madre…

Clara. – ¡Entiendo, bonita forma de llorarle a su madre…!

Cristina. – ¿Qué te pasa a ti…? ¡qué te valga madre como le lloro a mi madre!

Clara. – ¡Dios cálmate no es para tanto…!

Cristina. – ¡Y si no quiero calmarme! ¿qué pedo contigo…?

Braulio. – ¡Con un carajo cálmate, mejor vamos deja de hacer escenas de este tipo…!

Cristina. – ¡Lárgate entonces, déjame sola, deja le parto…!

. – Por favor les voy a pedir que paguen su cuenta y se retiren…

Cristina. – ¡Haber estúpido! ¿si sabes quién soy…? ¡tengo para comprarte hasta la sonrisa…!

. – Por favor señorita paguen y váyanse….

Braulio. – Perdón amigo tráeme la cuenta y nos vamos…

Cristina. – ¿Este gato es tu amigo? qué clase de amigos tienes, ¡haber gato infeliz tráeme otra botella…!

. – Por favor señorita contrólese o tendré que llamar una patrulla.

Braulio. – ¡Por favor Cristina vámonos…!

Cristina. – ¡Este gato me está amenazando oyeron todos me está amenazando! este gato muerto de hambre, que no sabes quién soy, ¿he? ¡soy Cristina Sanmillán, hija del próximo gobernador de Zacatecas, Rogelio Sanmillán, te queda claro gato igualado…!

. – Omar háblale a la patrulla…

Cristina. – ¡Jajaja este gato cree que me asusta, llámale estúpido quiero ver, hazlo y vas a saber quién soy ándale gato que esperas…!

Samuel. – ¿Pensé que ibas a dejarme plantado…?

Fernando. – No te miento estuve a punto, es algo tarde…

Samuel. – Lo sé y te pido disculpas solo que se complicaron un poco las cosas en el hospital…

Fernando. – Y supongo que por eso compraste la cena, esta rica

Samuel. – Sabes que no soy bueno para cocinar, y la verdad me da flojera

Fernando. - Esta bonito tu departamento, ¿y tú mamá…?

Samuel. – Hace unos días se fue, pero lo más seguro es que este aquí dentro de dos meses.

Fernando. – Que bien me alegro por ti…

Samuel. – ¿En verdad no hay nada entre tú y él… es mucho más joven verdad?

Fernando. - Poco más de 10 años, y no tendría por qué responder esa pregunta, eso es asunto mío nada más, pero, aunque me encantaría decirte que sí, no hay nada entre nosotros…

Samuel. - ¿Estás enamorado?

Fernando. – No estoy aquí para hablar de Alejandro, ¿qué quieres Samuel.?

Samuel. – Es importante para mi saber si lo estas, yo quiero que arreglemos las cosas entre nosotros.

Fernando. – ¿Nosotros? No hay un nosotros Samuel y si estoy aquí tu sabes porque, de lo contrario no habría aceptado venir… lo nuestro por llamarlo así es pasado.

Samuel. – Nunca has estado en mi pasado, no he dejado de pensarte de extrañarte aún estamos a tiempo…

Fernando. – Lo siento por ti, tu solo eres parte de mi pasado, alguien que cambio mi vida y me hizo ver y vivir muchas cosas, cosas que son parte importante de quien soy ahora, pero nada más…

Samuel. – ¡Te amo Fernando! no hay día que no me arrepienta de no haberme dado cuenta que siempre desde el primer día que se cruzaron nuestras miradas te amé.

Fernando. – No sé cómo es que me dices eso, ¿ya se te olvido como me trataste? ya se te olvido aquella vez que me pegaste, y yo de pen_dejo no metí las manos, estaba tan ciego tan enamorado… tu mejor que nadie sabe cuánto te aguanté…

Samuel. – Lo sé y no me estoy justificando, sé que fui una mierda de persona contigo, pero dime que tengo que hacer para recuperarte….

Fernando. – No tienes nada que hacer, porque ya no hay nada que hacer Samuel, lo nuestro si es que podemos nombrarle así, porque ni siquiera tuvimos intimidad, ya paso…

Samuel. – ¡Ven y déjame hacerte el amor, déjame demostrarte cuanto te amo…!

Fernando. – No tienes idea de cuantas veces en medio de una jalada imagine que hacíamos el amor, cuantas veces desee que me abrazaras, que me besaras…

Samuel. – ¡Ven vamos a mi recamara…!

Fernando. – Lo siento, pero no puedo, y no sé si quiero esto, jamás imagine, que volveríamos a vernos, sabes estúpidamente llegue a creer que terminaríamos juntos, eras el aire que respiraba, eras todo para mí, y no sabes lo que dolió dejarte atrás, aun cuando no respetaste mi casa, mi persona, y mucho menos mi cama algún tiempo creí que estaba curado de espantos.

Samuel. – ¿Entonces si es por él verdad…?

Fernando. – Alejandro es una luz en mi camino, más que yo haberlo ayudado el me ayudó mucho a mi sin darse cuenta, Alejandro llego a mi vida como un cachorro miedoso acorralado, pidiendo a gritos ayuda, y mi única intención era ayudarlo sin imaginar que él me ayudaba a mí, y si en el proceso de su transformación me enamore.

Samuel. – ¡Ya no sigas, que estás haciendo que lo odie…!

Fernando. – Creo que es hora de irme, lo mejor para ti es que no nos veamos más, puedes estas seguro que hace mucho que te perdone, no te guardo rencor, al contrario, a gradezco que la vida te haya puesto en mi camino, porque eso me llevo a quien soy hoy y de alguna manera a conocerlo a él… te deseo lo mejor Que Dios….

Samuel. – ¡No pienses que voy a quitar el dedo del renglón, así que ni te despidas porque no voy a rendirme…!

Rogelio. – Bueno… ¿Braulio? ¿cómo? ¡Voy para allá…!

Jessica. – ¿Qué ocurre que quiere Braulio a estas horas…?