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Nacido Para Reinar Destinado A Morir

Nacido Para Reinar Destinado A Morir

Status: Terminada
Genre:Completas / Batalla por el trono / Viaje a un mundo de fantasía / Reencarnación
Popularitas:3.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Gabrielcandelario

En un reino sumido en la incertidumbre, el inesperado fallecimiento del rey desata una sucesión al trono llena de intrigas y peligros. En medio de este caos, nace un príncipe, cuyo destino está marcado por la tragedia. Desde el momento de su nacimiento, el joven príncipe es reconocido como el legítimo heredero al trono. Criado en la sombra del poder, su vida transcurre entre los muros del palacio, donde aprende el arte de gobernar y se prepara para asumir el manto de la corona. Sin embargo, su destino está irremediablemente sellado. Una antigua profecía dicta que el nuevo rey deberá pagar un precio aún más alto: su propia vida. Cuando la amenaza se cierne sobre el reino, el príncipe se encuentra ante una disyuntiva inquietante: aceptar su inevitable muerte o luchar por la supervivencia de su pueblo. En una trama trepidante, que combina la alta fantasía con la intriga política, el príncipe se enfrenta a la encrucijada de su vida. Deberá tomar una decisión que determinará el futuro del reino y su propia existencia, enfrentándose a fuerzas oscuras, traidores y a su propio miedo a la muerte. "Nacido para Reinar, Destinado a Morir" es una épica historia de sacrificio, lealtad y el poder transformador del amor, que cautivará a los amantes de la ficción heroica y los relatos sobre el destino. ¿Qué le parece esta sinopsis? Espero haber capturado adecuadamente los elementos clave de la trama que ha planteado. Estoy abierto a cualquier comentario o sugerencia que quiera hacer.

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EL Hombre Detrás del Trono

Capítulo 16 - "El Hombre Detrás del Trono"

Damián sonrió y se puso de pie para recibir a su madre.

—Madre —respondió, con tono cálido—, me alegra verte. Acabo de revisar los últimos informes de nuestros consejeros, y debo decir que los avances en la reconstrucción y el desarrollo de nuestras provincias han sido muy alentadores.

Elisa se acercó a él y lo abrazó con ternura, sonriendo con orgullo.

—Me alegro mucho de escuchar eso, mi querido niño —dijo, con voz suave—. Sé lo mucho que te has esforzado por sanar las heridas de nuestro reino después de tantos años de conflicto.

Damián correspondió al abrazo de su madre, sintiéndose reconfortado por su presencia.

—Tienes razón, madre —respondió, con tono reflexivo—. Ha sido un camino largo y difícil, pero creo que finalmente estamos encaminados hacia una era de estabilidad y prosperidad para todo Aetheria.

Elisa se apartó un poco y lo miró con detenimiento, captando en su rostro una expresión de serenidad y confianza que rara vez había visto antes.

—Me alegra ver que has recuperado esa confianza en ti mismo, Damián —dijo, con una sonrisa—. Sé que ha sido un proceso arduo, pero creo que ahora, más que nunca, eres el rey que Aetheria necesita.

Damián asintió, sintiendo cómo el peso de la corona parecía haberse aligerado un poco sobre sus hombros.

—Gracias, madre —respondió, con tono sincero—. Tu apoyo y tu sabiduría han sido fundamentales a lo largo de todo este recorrido.

Elisa acarició su rostro con ternura, mirándolo con orgullo maternal.

—Eres un gran rey, Damián —dijo, con convicción—. Y sé que, con el tiempo, serás recordado como uno de los más grandes gobernantes que este reino haya tenido.

El joven monarca sonrió, visiblemente conmovido por las palabras de su madre.

—Espero estar a la altura de tus expectativas, madre —respondió, con humildad—. Aún queda mucho por hacer, pero estoy decidido a consolidar los cimientos de un gobierno justo y próspero para todo mi pueblo.

Elisa asintió, complacida de ver que su hijo había madurado y fortalecido su determinación.

—Lo sé, mi niño —dijo, con tono consolador—. Y confío plenamente en que lo lograrás.

En ese momento, la puerta del despacho se abrió y entró lord Víctor, con gesto serio.

—Majestad —dijo, inclinándose respetuosamente ante Damián—, disculpad mi interrupción, pero tengo noticias que creo que deberíais conocer de inmediato.

Damián y Elisa intercambiaron una mirada de preocupación, intuyendo que se trataba de algo importante.

—Adelante, lord Víctor —respondió el rey, con tono grave—. ¿Qué ha sucedido?

El anciano consejero carraspeó levemente antes de continuar.

—Majestad, nuestros agentes han descubierto que algunos de los nobles que fueron despojados de sus títulos durante la última rebelión han estado tramando un nuevo complot en secreto.

Damián frunció el ceño, sintiendo cómo la frustración y la ira amenazaban con apoderarse de él nuevamente.

—¿Otro complot? —espetó, con tono airado—. ¿Acaso esos traidores no han aprendido la lección?

Lord Víctor asintió, con gesto grave.

—Me temo que no, majestad —respondió, con tono preocupado—. Al parecer, han estado reclutando a antiguos rebeldes y mercenarios con el objetivo de organizar una nueva insurrección en contra de vuestra corona.

Elisa miró a Damián con expresión de preocupación, consciente de que esa noticia podría poner en peligro todo el progreso que su hijo había logrado en los últimos meses.

—Esto es inaceptable —dijo Damián, con tono firme—. No puedo permitir que esos traidores vuelvan a poner en jaque la estabilidad de mi reino.

Lord Víctor asintió, con gesto resuelto.

—Entiendo vuestra inquietud, majestad —respondió—. Por eso he venido a informaros de inmediato, para que podamos tomar las medidas necesarias para sofocar esta amenaza antes de que se convierta en un problema mayor.

Damián se quedó en silencio por unos instantes, reflexionando sobre la mejor manera de proceder.

—Bien, lord Víctor —dijo, finalmente—. Quiero que envíes a tus mejores agentes a investigar a fondo esta nueva conspiración. Necesito saber quiénes son los cabecillas, dónde se esconden y cuáles son sus planes.

El anciano consejero asintió, con gesto solemne.

—Así se hará, majestad —respondió—. Me encargaré personalmente de que se lleve a cabo una exhaustiva investigación.

Damián lo miró con expresión decidida.

—Y una vez que tengáis esa información —continuó—, quiero que procedáis a desmantelar esa red de traidores, cueste lo que cueste.

Lord Víctor volvió a asentir, sin titubear.

—Entendido, majestad —dijo—. Me aseguraré de que esos nobles rebeldes paguen por su osadía.

Elisa, que había permanecido en silencio durante el intercambio, intervino con tono conciliador.

—Majestad —dijo, dirigiéndose a Damián—, entiendo vuestra preocupación y vuestra determinación por mantener la estabilidad de vuestro reino. Pero quizás sería prudente considerar una estrategia más equilibrada esta vez.

Damián la miró con gesto serio, sin estar seguro de comprender a qué se refería su madre.

—¿Qué sugieres, madre? —preguntó, con tono cauteloso.

Elisa se acercó a él y lo miró con expresión tranquila.

—Tal vez deberíamos intentar llegar a un acuerdo con esos nobles, en lugar de recurrir de inmediato a la represión —respondió, con tono reflexivo—. Podrías ofrecerles una oportunidad de reintegrarse a tu gobierno, a cambio de su lealtad y sumisión.

Damián frunció el ceño, visiblemente sorprendido por la propuesta de su madre.

—¿Perdonar a esos traidores? —espetó, con tono incrédulo—. ¿Después de todo lo que han hecho para desafiar mi autoridad?

Elisa lo miró con serenidad, sin dejarse intimidar por su reacción.

—Hijo mío —dijo, con suavidad—, sé que es tentador responder a la traición con más violencia. Pero debes entender que, si quieres consolidar tu reinado de manera duradera, necesitas ganarte el corazón y la lealtad de tu pueblo, incluyendo a esos nobles rebeldes.

Lord Víctor, que había permanecido en silencio, intervino con cautela.

—Disculpad, majestad —dijo, dirigiéndose a Damián—, pero debo estar de acuerdo con la reina. Si bien es cierto que esos nobles han demostrado ser traidores, quizás sería prudente considerar una estrategia más diplomática esta vez.

Damián los miró a ambos, visiblemente sorprendido de que sus más cercanos consejeros se opusieran a sus deseos de actuar con firmeza.

—¿Acaso no entendéis la gravedad de la situación? —espetó, con tono frustrado—. Esos hombres han conspirando para derrocarme, ¡ponen en riesgo la estabilidad de todo mi reino!

Elisa se acercó a él y lo miró con expresión serena.

—Lo entendemos, Damián —dijo, con suavidad—. Pero debes recordar que tu objetivo no es simplemente castigar a los traidores, sino consolidar tu reinado de una manera duradera.

Lord Víctor asintió, con gesto reflexivo.

—Precisamente, majestad —intervino—. Si bien es cierto que debemos actuar con firmeza ante la amenaza de una rebelión, también creo que sería prudente considerar una vía más conciliadora en esta ocasión.

Damián los miró a ambos, sin saber muy bien cómo responder. Por un lado, entendía la lógica de sus argumentos; pero por otro, se resistía a la idea de perdonar a aquellos que habían intentado desestabilizar su gobierno.

—¿Qué sugerís, entonces? —preguntó, con tono resignado—. ¿Qué debo hacer con esos nobles rebeldes?

Elisa y lord Víctor intercambiaron una mirada, antes de que la reina tomara la palabra.

—Proponemos que les ofrezcas una oportunidad de redimirse, Damián —dijo, con tono conciliador—. Diles que si se someten a tu autoridad de manera incondicional y jurán lealtad a la corona, les perdonarás la vida y les restituirás parte de sus propiedades y privilegios.

Damián la miró con escepticismo, sin estar convencido de que esa fuera la mejor estrategia.

—¿Y qué garantía tenemos de que cumplirán su palabra? —preguntó, con tono dubitativo—. Después de todo, ya han traicionado mi confianza en el pasado.

Lord Víctor intervino, con gesto resuelto.

—Majestad, creo que la reina tiene razón —dijo, con firmeza—. Debemos darles una oportunidad de demostrar su lealtad. Y si llegaran a traicionarnos de nuevo, entonces podremos proceder a castigarlos sin contemplaciones.

Damián los miró a ambos, sintiéndose abrumado por la decisión que debía tomar. Por un lado, entendía los argumentos de su madre y su consejero; pero por otro, le costaba trabajo perdonar a quienes habían puesto en peligro todo lo que él había construido.

Finalmente, después de unos instantes de reflexión, asintió con gesto cansado.

—Muy bien —dijo, con tono grave—. Preparen la oferta de paz y haced llegar el mensaje a esos nobles rebeldes. Pero adviértanles que si llegan a traicionarnos de nuevo, no habrá clemencia.

Elisa y lord Víctor asintieron, visiblemente complacidos de que Damián hubiera accedido a su propuesta.

—Así se hará, majestad —respondió el anciano consejero, inclinándose respetuosamente—. Me encargaré personalmente de que esos nobles reciban el mensaje y de que cumplan con sus promesas de lealtad.

Damián los observó alejarse, sintiéndose inusualmente inquieto. Sabía que su madre y lord Víctor tenían razón en cuanto a la necesidad de consolidar su gobierno de una manera más duradera, pero aún le costaba aceptar la idea de perdonar a quienes habían intentado derrocarlo.

"Espero no estar cometiendo un error", pensó, con un suspiro. Confiaba en el criterio de sus consejeros, pero no podía evitar sentir cierta aprensión ante la idea de otorgar una segunda oportunidad a esos nobles traidores.

En los días siguientes, lord Víctor y sus agentes más leales se encargaron de transmitir la oferta de paz a los nobles rebeldes. Algunos de ellos, conscientes de que no tendrían otra oportunidad de salvarse, aceptaron someterse a la autoridad de Damián y juraron lealtad a la corona.

Otros, sin embargo, se mostraron más recalcitrantes y se negaron a doblegarse ante el rey. Esos fueron rápidamente apresados y juzgados por traición, recibiendo un castigo ejemplar.

Damián observaba todo el proceso con una mezcla de alivio y preocupación. Si bien se sentía satisfecho de haber logrado sofocar la rebelión sin tener que recurrir a una represión masiva, no podía evitar sentir cierta inquietud ante la idea de tener que confiar de nuevo en aquellos que ya lo habían traicionado en el pasado.

Una noche, mientras revisaba los últimos informes sobre la situación en las provincias, Elisa entró en su despacho con gesto sereno.

—Damián, mi querido hijo —dijo, con tono cálido—, veo que sigues trabajando incansablemente.

El joven rey esbozó una leve sonrisa y se puso de pie para recibirla.

—Madre —respondió, con tono suave—, perdona si te he hecho esperar. Estaba revisando los últimos informes sobre la situación en las provincias.

Elisa se acercó a él y lo abrazó con ternura, mirándolo con expresión orgullosa.

—No te disculpes, Damián —dijo, con suavidad—. Sé lo mucho que te esfuerzas por mantener la estabilidad y la prosperidad de nuestro reino.

El joven rey correspondió al abrazo de su madre, sintiéndose reconfortado por su presencia.

—Tienes razón, madre —respondió, con tono reflexivo—. Pero a veces siento que la carga es demasiado pesada.

Elisa se apartó un poco y lo miró con detenimiento, captando en su rostro una expresión de preocupación que rara vez había visto antes.

—Entiendo que te sientas abrumado, mi niño —dijo, con tono comprensivo—. Ser rey no es una tarea sencilla, y has tenido que enfrentar numerosos desafíos a lo largo de tu reinado.

Damián asintió, con gesto cansado.

—Así es, madre —respondió, con tono apesadumbrado—. A veces me pregunto si realmente estoy a la altura de las circunstancias.

Elisa lo miró con expresión serena, acariciando su rostro con ternura maternal.

—Damián, mírame —dijo, con firmeza—. Eres un gran rey, y lo has demostrado una y otra vez a lo largo de estos años. Has luchado con determinación y sabiduría para sanar las heridas de nuestro reino y asegurar su prosperidad.

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Lía Thiago
Ay no, esto me recuerda ciertas negociaciones políticas donde las partes toman ventaja para traicionar.
Gabriel: ¡Me voy a reír!. Gracias por leer mi historia. Si hay faltas autografica me disculpo y también me disculpo por los párrafos repetidos.
total 1 replies
Lía Thiago
🤣🤣🤣 Pensé igual🤣🤣
Lía Thiago
Ese es el precio de la guerra, al menos es un rey valiente.
Milcaris
Difícil y muchas muertes pero se ganó y ahora debería reinar la paz..
Milcaris
Que lastima, cuántas muertes por no llegar a acuerdos.
Lía Thiago
Ya salió el peine.
Lía Thiago
¿Será qué Victor no es lo que parece?
Lía Thiago: estamos igual 🤣🤣🤣
Milcaris: Estoy confundida, primero dude de él y lo creí en contra del rey. Ahora estoy pensando que si está ayudando.
total 2 replies
Lía Thiago
Este bicho como que está alborotando a los señores feudales.😡
Lía Thiago
Victor es un rastrero 😡
Lía Thiago
No soy yo y ya estoy molesta🤣🤣🤣
Lía Thiago
Eso es de sabios.
Lía Thiago
Estaría alejado de las cuestiones políticas, pero tiene mucha agudeza al observar, eso le será beneficioso.
Lía Thiago
Excelente, atrapa desde un inicio, además del uso de un lenguaje culto y redacción impecable, Seguido a partir de este momento. Exitos 🌹
Milcaris: Pocas veces encontramos historia de hombres en esta app. Es una novela muy buena y como dices vale la pena seguir y apoyar, más cuando son escritores que están comenzando y su trabajo es bueno.
total 1 replies
Lacarvel
Mano dura y con eso aprenden las minorías 👌🏼
Lacarvel
ellos merman pero los rebeldes también
Lacarvel
eso pasó esta vez perooo en las demás provincias no será así por qué ya vieron hasta donde llegas.
Lacarvel
Ya era hora que pusiera mano dura
Lía Thiago: siiii una mezcla del tuyo con el de la uruguaya 🤣🤣🤣🤣
Milcaris: 🤣🤣🤣solo un poco 🤏🏻🤏🏻🤏🏻
total 3 replies
Milcaris
Damian con punto a favor. La guerra no se gana en una sola batalla.
Milcaris
Damian debería hablar con uno de ellos, quizás las órdenes del Rey para su pueblo no fueron llevadas a cabo y ahora la rebeldía.
Milcaris: Vale la pena apoyar a quien hace un buen trabajo.
Gabriel: Gracias por leer mi historia. “Si encuentras capitulo repetidos, me disculpo de ante mano”. Te quiero mucho
total 2 replies
Milcaris
Victor es definitivamente la piedra de tranca. Sabía que algo así iba a ocurrir.
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