( libro 3 saga los Mondragon) - te amo
- niña no digas eso en voz alta, si alguien te escucha se formaran malos entendidos y yo soy el consejero real no puedo, tener problemas con sua majestades por una niña que no sabe lo que dice
- ya no soy una niña tengo 15 años y te amo
hola amigos gracias por estar presente en esta nueva historia, espero les guste ya saben que mi recompensa es saber que ustedes me apoyan, Gracias
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veneno
...John:...
Cuando Atena se fue al instituto me senti ansioso
Se que esto no está bien, le doblo la edad, ella es una niña debería estar con un chico de su edad, por dios, yo cuide tantas veces de esa pequeña revoltosa, le cubrí muchas veces sus travesuras y ahora será mi esposa
Faltan 3 años para nuestra boda, pero en esos 3 años pueden pasar demasiadas cosas, ella puede enamorarse de algún príncipe de su edad y romper con nuestro compromiso, Solo espero no enamorarme demasiado de ella si no, sufriré las consecuencias.
Uriel: te sucede algo John
John: no su majestad
Uriel: ya no soy el emperador John puedes verme como un amigo que pasa te conozco tengo 17 años de conocerte.
John: tiene razón, solo estaba pensando en Atenea y el compromiso, si ella ahora que se fue encuentra a alguien bueno. Que la quiera y respete podría romper el compromiso
Uriel: John Atenea es idéntica a Tea, ella es entregada y decidida, ella te sentencio desde que tenía dos años siempre dijo que serías su esposo
John: ella me confonda com un principe.
Uriel: para ella lo eres, John no te menosprecies, Atenea te quiere a ti, solo te pido que seas sincera con ella y que confíes en tu pareja siempre.
John: lo aré
Los meses siguieron pasando muy rápido y a la vez lento, extrañaba a esa niña revoltosa y traviesa, las cartas entre ella y yo eran frecuentes, me comento lo que la hija del conde Al Coser decía y aunque si el conde me propuso un matrimonio, después que supo que estaba comprometido con la princesa Atenea no volvió a decir nada.
En fin, con los meses avanzando la llegada de Atenea por sus vacaciones de invierno se acercaba
Max: John podrías ayudarme con los preparativos para el baile de invierno, he estado agotado últimamente y no me siento bi...
El Emperador se desmaya y antes de que toque el suelo lo detengo, lo cargo estilo princesa. Se ve demasiado pálido y no pesa nada.
John: Cedric, Cedric un doctor ahora!!! Llama al medico real que vaya a la alcoba de los emperadores ya!!!
Grito desesperado salgo con el emperador Max en los brazos y al cruzar el pasillo el emperador Leonardo me ve, sigo caminando sin detenerme asta llegar a la habitación de los emperadores, puedo sentir una vibra muy pesada en mi espalda y no ahí que ser suficientemente inteligente para saber quien es.
Entro apresurado a esta y dejo con cuidado en la cama al emperador, inmediatamente entra el doctor y tras él, el emperador Leonardo.
John: dejemos que lo revisen no estorbemos al doctor
Este me mira y su mirada de enojo se transforma en una de angustia, lo saco de la habitación.
Media hora después el doctor sale
Leo: doctor que tiene mi esposo
Este se mira cansado y algo preocupado
- que bueno que estaba con él en esos momentos. Si usted no reacciona antes lo hubiéramos perdido, su majestad alguien lleva tiempo envenenando a su majestad el emperador Maximiano, afortunadamente pude aplicar el antídoto y contrarrestar el veneno, estará débil por un tiempo, pero deben de buscar al culpable, si vuelve a consumir una gota más de esa porquería me temo que esta vez no la contamos, por el momento debe de estar en total reposo vendré en la mañana para revisar su estado, tendrá temperatura así que sugiero que alguien lo cuide con inciensos de agua fría para que esta baje, por el momento paso a retirarme.
Él se va
Leonardo: John promete que encontraras a loa culpable y los traerás ante mí, no importa si laque está detrás de todo es mi madre.
Su voz gelina me dice que aqui correra sangre
John: doy mi palabra que El culpable caera
Me inclino.
E asiente y entra a ver a su esposo, si algo he aprendido es que el Emperador Leonardo no es nada sin sus esposo, Max es su fortaleza.
Los días van pasando, encontrar a la criada que enveneno al emperador fue un reto el problema fue que a muy maldita se envenenó ella misma y no pude sacarle nada, Cedric se encargo de limpiar el castillo de intrusos, como yo me dedique a mi ducado y algunos asuntos del país deje de atender los del castillo y con ello, las alimañas se colaron
Aun así he seguido investigando, faltaba 3 semanas para que ella regresara cuando el Emperador Leonardo me mando a llamar.
John: Diga emperador
Este se veía bastante cansado
Leo: John, ase una semana se mandó los insumos y recurso que se destinan cada seis meses a la ex emperatriz, como comprenderás era una caravana grande, los guardias que la entregaron llevan asiéndolo durante años y asta ahora no a habido problema alguno, ellos como siempre llegaron y dijeron que no había habido algún problema, la carga se entregó, pero mi madre mando una carta diciendo que los suministros fueron robados y quiere que nuevamente vuelva a mandarlos, por favor investiga que paso.
John: me encargo majestad
Bueno, eso no será del todo rápido, esa vieja a causado mucho daño morirse de hambre unos días no le hara daño, yo tengo muchas cosas que hacer por el momento
Y si des del atentado a su majestad Max me e quedado a dormir en el palasio, ya que era demasiado pesado madrugar para llegara aquí a demás que me iba demasiado tarde, la de buenas que mi secretario y mano derecha es leal y me ayuda con mis asuntos del ducado si no ya hubiera tenido un derrame cerebral.
Aun así no he dejado de investigar a la bruja esa, sé que algo hará para terminar su trabajo así que le seguiré el paso.
El tiempo pasó y ahora estoy parado frente a mi princesa la cual está hermosa, demonios, se fue unos meses, pero se puso aún más hermosa
Max: sierra la boca vaquero, mi hija aun está muy tierna para que te la quieras comer
Me sonrojo como un puberto
John: suegro eso ya lo sé, pero no puedo dejar de pensar en que ella será pronto mi esposa.
Max: no que decías que si se enamoraba de alguien más de su edad le darías su libertad
Ni de broma
John: eso fue antes de que usted suegro pusiera su sello y firma en el decreto real.
Sonrió con burla
Max: chamaco mañoso, en fin ni una palabra de lo sucedido a mis hijos no quiero que se preocupen
John: si suegro como ordene