Perdido Entre Tus Curvas

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Evelyn termino teniendo un accidente cayendo por las escaleras dándose un fuerte golpe en la cabeza cuando termino de caer.

La persona que estaba se alarmo bastante cuando la vio caer, se sujetó bajando despacio los escalones asustada comenzando a temblar del miedo de solo pensar que podría estar muerta.

Evelyn se mantenía tumbada en él suelo sin moverse teniendo sus ojos cerrados mientras que manchaba él suelo de aquella casa con su sangre por él golpe en la cabeza.

La otra persona que había sido la causante de que Evelyn se asustara cayendo por las escaleras era solo una niña que también estaba asustada estando en una casa de la que tanto se hablaba por la zona donde se había cometido un crimen.

La pequeña niña sujetaba fuerte su osito de peluche mientras tenía su cartera pequeña cargada en su espalda.

-Hola... - hablo la pequeña niña temerosa no estando segura que hacer.

Evelyn no contestaba seguía con sus ojos cerrados teniendo aun sus mejillas rojas por él frío y sus labios cortados por él frío.

La peque movió uno de sus pies dándola suavemente a Evelyn para ver si así reaccionaba, pero ella seguía sin moverse.

Al ver que no se movía se acercó un poco más a Evelyn hasta que se agacho despacio quedando con una rodilla plantada en él suelo y la otra doblada viendo la sangre en el suelo que por suerte no era mucha.

Apartó despacio él pelo rubio de Evelyn que tapaba su rostro viéndola mejor.

Los ojos de la pequeña comenzaron a humedecerse a punto de llorar, porque por su culpa una persona estaba herida o muerta.

-Yo no... - aparta sus lágrimas. - Quería hacerte daño - la dice aferrada a su peluche.

Se levanta echándose hacía atrás hasta que choca con la pared dejándose caer hasta quedar sentada observando a Evelyn.

Comienza a llorar fuerte soltando un grito cuando un rayo se hace presente.

-Lo siento... - se tapa con sus brazos sin parar de llorar recordando aquellas imágenes de sus padres fallecidos era raro que una niña recordara cosas así, pero ella lo recordaba como si fuera ayer. - Solo tengo nueve años - solloza de nuevo. - Solo quería salir de ese sitio y buscarlo... - vuelve a sollozar. - Pero aquí no queda nada... ni si quiera él... - solloza más fuerte con un gran sofoco.

Vuelve a gritar asustada cuando otro rayo alumbra la casa y corre hacía Evelyn sentándose a su lado queriéndose aferrar a ella, aunque no reaccionase.

El tiempo pasaba y Evelyn seguía sin despertarse sin reaccionar, la pequeña niña se sentó en uno de los escalones observándola por horas mientras la lluvia estaba presente afuera.

Hasta que aburrida decidió abrir la mochila de Evelyn comenzando a ver lo que tenía dentro.

Observa la ropa de Evelyn sacando las pocas latas que tenía dentro de la mochila y dinero aparte de pocas cosas de aseo, lo que la llama la atención es una foto en la que salía ella y un hombre mientras una mujer le abrazaba por detrás.

Entonces se acordó del móvil que tenía ella, comienza a buscarlo entre la oscuridad hasta que da con él viendo que se había apagado por él golpe.

Se asusto echándose hacía atrás cuando vio gracias a otro rayo que callo como Evelyn comenzó a mover los dedos de una mano suya.

La pequeña se aferró a su peluche cuando Evelyn soltó un fuerte quejido comenzando a despertarse llevando su mano a su cabeza...

Narra Evelyn:

Mis ojos pesaban demasiado, me costó abrirlos como si los tuviera pegados, llevo mi mano a mi cabeza sintiendo un gran dolor comenzando a recordar poco a poco lo que había pasado.

Me alzo rápido soltando otro gran quejido cuando recuerdo que me caí por las escaleras al ver una silueta.

Miro hacía las escaleras viendo que no había nadie, pero rápido giro mi rostro cuando escucho algo arrastrarse entonces...

-¡AAAHHHHHH! - gritamos las dos asustadas.

Ella se echa hacía atrás, frunzo mi ceño viendo que era una niña pequeña.

¿Qué hacía una niña pequeña aquí?

Despacio me remuevo tocando mi cabeza sintiendo mis dedos un poco mojados entonces veo con la poca luz de la luna que era sangre.

La niña me observa temerosa.

-Lo siento... - habla despacio con miedo. - Yo no... quería hacerte daño - a pesar de que siento como si me atravesarán mil cuchillos a la vez por todo mi cuerpo me levanto sintiendo un malestar grande.

-¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde están tus padres? - la digo sin entender nada.

-Esta es mi casa... - me contesta con su dulce voz. - Bueno... - agacha su mirada triste. - Era... - me acerco despacio, ella cuando se da cuenta se echa hacía atrás.

-Tranquila... - levanto una de mis manos. - No te voy a hacer daño... - ella no estaba segura.

-Mi hermano me dice que no está bien hablar con desconocidos porque la gente es mala – me contesta cuando se echa hacía atrás de nuevo.

-Y tu hermano tiene razón, pero yo te prometo que no te haré daño... - le digo despacio. - ¿Dónde está tu hermano? Una niña tan pequeña como tú no debería estar sola – estiro mi mano con intención que ella me dé la suya.

-No lo sé... - me dice temerosa aún.

Mira mi mano por unos segundos hasta que vuelve a mirarme a los ojos acercando su mano despacio.

Sonrió cuando termina cogiendo mi mano uniéndola, la levanto del suelo.

-¿Estás bien? - me pregunta.

-Si, fue mi culpa yo me asuste – la digo porque era la verdad.

-Tengo pañuelos - coge rápido su pequeña mochila apartando su mano de la mía viendo como tiene que sacar algunas cosas para después sacar un paquete de pañuelos.

Cojo la pequeña caja que se le había caído viendo que eran pinturas.

Se lo doy ella me sonríe guardándolas de nuevo.

-¿Qué haces tu aquí? - me pregunta.

Me quedo observándola por unos segundos.

-No tengo donde ir – le digo avergonzada. - Y pensé que podía posar la noche aquí se supone que esta casa está abandonada – la digo recordando que me dijo que era esta su casa.

Ella observa a su alrededor para después volver a mirarme.

-No era así... - me dice sintiendo tristeza en su voz. - Pensé que él estaría aquí - frunzo mi ceño.

-¿Quién? - le pregunto curiosa llevando varios pañuelos a mi cabeza sintiendo que aún me dolía un montón.

-Mi hermano... pero él no vive aquí y yo pensaba que si – aun no entendía que hacía aquí sola.

-¿Tienes hambre? - la pregunto cuando escucho rugir su tripa.

Ella me mira vergonzosa.

-Un poco... - sonrió.

-Ven – me siento en uno de los escalones apartando los pañuelos viendo algo de sangre.

Por lo que veo no me hice mucho por suerte, si hubiera sido peor hubiera necesitado puntos.

Cojo mi mochila viendo que las cosas estaban removidas, así que me imagino que ella estuvo hurgando no la voy a regañar soy una desconocida hubiera hecho lo mismo que ella.

Cojo una de las latas que cogí en él garaje y los cubiertos de plástico.

La abro dándola una cuchara de plástico, pone una cara un poco que no estaba confiada en comerlo, como si no le gustara, pero se ve que tenía hambre cuando comienza a comer.

-¿Cuánto tiempo llevas sin comer? - ella me mira.

-¿Días? No lo sé, guarde la comida que me dejaban porque llevaba unos días pensando escapar de ese lugar para poder estar con mi hermano... - la miro frunciendo mi ceño.

-¿De qué sitio? - ella come lo que tenía en su cuchara mirándome de nuevo.

-¿Por qué quieres saberlo? - me pregunta dudosa. - No quiero volver allí – me dice asustada.

-No, tranquila yo no quiero saberlo para llevarte – la digo rápido al ver que se pensó que yo la llevaría de vuelta donde viniese.

Solo tenía curiosidad...

-Eres muy inteligente para lo pequeña que eres – la digo sonriéndola intentando cambiar de tema para que se calmara.

-Gracias – me sonríe. - Eso me dice mi hermano también – vuelve a comer. - Puedes quedarte él tiempo que quieras, yo mañana me iré a buscar a mi hermano – alzo mi ceja.

-¿Sola? - ella asiente. -No puedes ir sola por ahí eres pequeña podrían hacerte daño - ella me mira de nuevo.

-Lo sé... pero quiero encontrar a mi hermano para irnos lejos antes de que me busquen y nos quieran separar de nuevo – frunzo mi ceño de nuevo.

-¿Separaros de nuevo? - agacha su cabeza dejando la lata en él escalón con la cuchara.

-Si... hubo un tiempo que no puede verle porque le tenían... - se calla cuando escuchamos un ruido.

Nos miramos a la vez, me alzo un poco llevando mi dedo a mis labios diciéndole que no hiciera ruido, la digo con mi otra mano que se quedara quieta cuando otro ruido se hace presente.

Ella me mira asustada cuando otro ruido más grande vuelve a escucharse viniendo de la ventana por la que entre yo.

-¡SON ELLOS!

Grita la niña asustada cogiendo mí mano.

Rápido cojo mi cartera cuando ella tira de mí comenzando a correr.

-¡NOA!

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Evelyn

Aiden

Noa