Lía Anderson, una joven enamorada de la vida, se crio escuchando la bella historia de amor de sus padres, sueña con su hermoso príncipe azul, que ya tiene rostro y nombre Valentín.
Por otro lado su mellizo Aron Anderson, disfruta de las fiestas y las mujeres pero alguien unos años mayor es quien no lo deja dormir por las noches.
¿Podrán los hermanos Anderson tener su loca historia de Amor?
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De abuelos y malcrio
- ¡¡No\, eso es imposible\, soy su pareja!!- declaró Miranda al escuchar la última de las peticiones de Lía antes de acordar las visitas
-Estoy de acuerdo- Valentín acepto sin dudar
-¿Está seguro, señor Lacrost?, la señora Lorenz es su pareja y es importante que ella también establezca vínculos...
-Dije que estoy de acuerdo, ¿Dónde debo firmar?- hablo seguro y se puso de pie buscando una lapicera, para firmar de una vez los malditos papeles e ir por Lía.
-Aquí por favor- Guido sonrió feliz, por dos motivos, Lía logro el mejor acuerdo y ese hombre lo único que quería, era ser parte de la vida del niño sin más.
Miranda salió de la oficina dando un portazo, no estaba para nada de acuerdo.
Lía propuso, que por un tiempo prudente Liam recibiera solo las visitas de su padre y sus abuelos paternos hasta que se pueda adaptar a incorporar a más personas a su vida.
Para Valentín fue como ganar la lotería, y se reconoció cobarde por no poder hacer lo que Lía.
El acuerdo le daba la oportunidad de pasar tiempo con su hijo sin restricciones, solo debía acordar con ella los horarios por razones laborales y privadas, sin solicitar por seis meses permiso para sacarlo del país, luego de ese tiempo ambos acordarían como sería el proceso.
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Lía salió del ascensor del edificio donde vivía, camino a la puerta, saco del bolso su espejo de mano y retoco el maquillaje ocultando los rastros de aquellas lágrimas.
Abrió la puerta con calma y allí en medio del pasillo, los ojos verdes de Lizet la veían con dulzura, sin palabra alguna abrió sus brazos y ella no espero, corrió y se aferró a ese cálido abrazo lleno de amor
-Bienvenida amor-dio un beso en la mejilla- ya paso- susurro con ternura mientras su mano acaricio el cabello de su pequeña, porque para Lizet, esa mujer en sus brazos seguiría siendo una niña siempre
-Gracias Ma- Lía se alejó solo un poco para ver a la cara a esa mujer que a pesar de los años seguía siendo hermosa.
Lizet limpio con sus pulgares esas lagrimas rebeldes y su naricita jugo con la de su hija.
-¿Liam?- preguntó viendo la casa, no escuchaba esa risilla picara de alguna macana apañada por su abuelo Cameron, esos dos juntos eran la perfecta combinación para el desastre.
-Bueno cariño- Lulú sonrió- alguien vino por el- elevo sus cejas divertida
-¿Quién?- hablo asustada, ya tubo demasiado por ese día
-Tranquila, es ahora un platinado terrible, pero sexi, según él- carcajeo- Timothy llego esta mañana y corrió aquí, pero no te alcanzo, por lo que se llevó a Liam a al parque para entretenerlo
-Dios, - Sus manos cubrieron los labios emocionada y su rostro se ilumino- su hermano de corazón, a quien no veía hace meses estaba allí para ella – voy a verlo- quiso salir, pero Lizet la sujeto
-Cariño, antes acompáñame a la sala, alguien te espera, ven- tomo la mano de su hija y la guio hasta el lugar
Lía camino despacio, preparada a todo, pero sus ojos se abrieron sorprendidos al ver a Lorna y Malcon sentados charlando con Cameron
Lorna volteo y sus miradas se encontraron, la ex modelo se puso de pie al instante. Lia no se movió y cerró los ojos esperando lo peor, pero un fuerte abrazo la cubrió llenándola de calor
-Cariño, me diste el nieto más hermoso del mundo, gracias- se alejó y tomo el rostro aturdido, para dejarle dos besos sonoros en las mejillas
-Tía, yo- balbuceo sin poder mirar a los ojos aquella mujer que debía estar furiosa por lo que hizo
-No digas nada, lo importante es que están bien, él es un niño muy inteligente y cariñoso, Dios es el retrato de Valentín, - carcajeo-
-¿cuánto tiempo creías que ibas a poder ocultarlo?, tarde o temprano lo vería, es su clon- la emoción se podía percibir en los ojos de Lorna. Ella no podía estar enojada, sabía que en ese momento ambos eran jóvenes no podía, ni quería juzgarlos.
-Lo lamento, realmente lo lamento, creí que era lo mejor, perdón- las lágrimas volvían a descender como cascadas
-Lia- Malcon se acercó con la calma que lo caracteriza- ninguno tomo las mejores decisiones, pero lo importante es que ahora seremos familia y nada me pone más feliz, que una mujer tan dulce, bella e inteligente sea la madre de mi nieto, aunque el tonto de mi hijo no supo darse cuenta- la mano de Malcon seco las lágrimas y luego el dio un cálido abrazo cuando Lorna cedió el paso.
-Totalmente de acuerdo- susurro Cameron, para luego restregar su brazo viendo a Lizet como perrito mojado, después de recibir un pellizcón
-Ven siéntate, cuéntanos ¿Qué acordaron? - preguntó Lorna, la llevo al sofá y se sentaron juntas
-Mi abogado se hizo cargo de la reunión, supongo que Valentín los llamara luego- dijo más tranquila, Cameron se alertó, por algún motivo su princesa no se quedó hasta el final
-No sabe que estamos aquí, quería hacerlo todo solo, sabes cómo es- Lorna suspiro y tomo las manos de Lía para acariciarlas
-Un cavernícola- agrego otra vez el grandote y esta vez fue Lía quien lo vio reprobatoriamente
-Papá, por favor, esto fue mi culpa, todos están mal por mi culpa y debo hacerme responsable- un suspiro afloro de sus labios como si estuviera agotada
-¿Perdón?, tu culpa- hablo indignado- criaste sola a tu hijo, jamás te quejaste, solo tenías dieciocho años, ¿cómo puedes decir eso? reprocho enojado
-Cameron no sabíamos- intervino Lorna
-Porque mi hija no sintió la confianza para decírselo a tu hijo, Lorna, dime que pudo haber dicho para que mi pequeña ocultara semejante secreto, incluso a nosotros- señalo al grupo
-Camerón- Lizet sujeto la mano del grandote para calmarlo
-No, la dejo embarazada, no se cuidó, era mayor, carajo- protesto enfurecido, defendiendo a su bebé, dejo salir esa angustia contenida, solo él sabía lo que sufrió viendo lagrimas correr en ese hermoso rostro- y ahora viene y la amenaza con sacarle a Liam
-Cameron por favor debemos tranquilizarnos- Malcon busco la paz cuando noto como poco a poco el ambiente se caldeaba
-Claro, tu hijo, no fue quien salió embarazada- sonrió irónico
-Ya basta- Lía elevo la voz y los cuatro se sorprendieron- esto no debía pasar, ustedes son amigos, no discutan. - sus ojos negros se fundieron con los de su héroe
- Papi te amo\, pero también me equivoque y no hay marcha atrás\, solo debo afrontar esta situación.
-Lía, mi hijo no va a sacarte a Liam, eso te lo aseguro, soy mamá jamás permitiría que a una mujer le saquen su bebé, voy hablar con él- afirmo Lorna, estaba dispuesta arrancarle las orejas si era necesario a esa cabeza hueca.
Cameron apretó los puños, impotente ante esa situación, su hija sufría y el solo podía se un espectador
-Tía, gracias, pero esto lo arreglaremos con Valentín, solo quiero que ustedes- los señalo a los cuatro- sean los abuelos más consentidores del mundo.
Malcon asintió tranquilo
-Lo lamento- dijo Cameron viendo a su pequeña orgulloso y Lía le arrojo un besito para calmarlo y no puedo evitar derretirse de amor.
-Ey, amigo, no te disculpes por cuidar a tu hija, nosotros también somos padres, ahora somos familia, antes que amigos, así que disfrutemos de ser abuelos. Malcon extendió su mano y Cameron lo jalo en un abrazo
-Así me gusta Anderson- agrego Lizet abrazando a Lía que lloriqueaba viendo esa escena cariñosa
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El Parque Sempione, como todos los días estaba lleno de vida, los pájaros sobre volaban el paraíso verde en medio de la ciudad.
-Ven aquí, diablillo, devuelve eso a tu tío. - Tim, persiguió a Liam que corría con uno de los zuecos excéntricos de su tío. El flaquito se veía gracioso rengueando detrás del pequeño que cada tanto frenaba para bailar y agitar el objeto
-Corre Liam- la voz dulce hizo, que los que ahora estaban jalando el zueco, voltearan a ver
-¡¡Li!!- grito Tim cayendo de pompas cuando el pequeño soltó el zapato, como pudo se calzo para correr detrás del pequeño en dirección a su amiga
-¡¡Mami!!- Liam abrió sus bracitos y Lía lo recibo para tomarlo en brazos y llenarlo de besos
-Hola mi dulce caramelito, ¿me extrañaste? - dijo viendo a esos ojitos color miel que la veían feliz, y eso fue suficiente para que toda la sensación amarga en su garganta desapareciera.
-Mucho, mucho, te extrañe mucho, mami- dejo besos en las mejillas rosadas de su mama mientras reía
-Ey también quiero mimos- Tim los abrazo- ¡¡abrazo grupal!!
-Liam enredó sus bracitos en el cuello de su mamá y Tim, riendo a carcajadas.
-¿Como estas Tim?, te extrañe. Lia vio de arriba abajo a su amigo, no había cambiado nada, seguía con las ropas de multicolor, solo que con un toque de glamour
-Todo bien corazón, ¿cómo salió todo? – la ansiedad puedo más, y los ojitos grises de Tim la vieron intrigados
-Liam quieres traer el balón- lo bajo e indico el juguete, a pocos metros
-Si mami- el pequeño corrió en dirección del balón y ella no aparto la vista de su cuerpito, seguía con un miedo atroz de la última vez que lo dejo fuera de su radar
-Aun espero- y antes de hablar la notificación llego a su teléfono- puedes verlo le pidió a Tim
-Si lee tranquila- el flaquito vio a Liam corriendo con el balón divertido y se unió al juego
Ella abrió el mensaje, no pudo evitar sonreír y una sensación de alivio la cubrió
-Salió todo bien, no cambio nada y firmo muy conforme, ahora todo depende de ti- Guido
Lia asintió como si Guido la viera y tecleo rápidamente- Gracias por esto, te debo mi vida- luego guardo del teléfono y vio como Tim rodaba por el césped, mientras su pequeño lo empujaba
-Yo también quiero jugar – recogió su largo cabello en un rodete desprolijo y acomodo la ropa deportiva antes de correr en dirección de esos dos.
A que pocos metros Valentín los observo con una amplia sonrisa y las manos en los bolsillos, no fue a cambiarse, ni bien abandonó la oficina se dispuso averiguar donde podía estar Lía con su pequeño y como obra del destino lo llamo su padre.
-Son preciosos- murmuro feliz, y camino con el poco coraje que tenía, era la primera vez que se acercaría a su hijo, sabiendo lo que el niño significaba para él.
El teléfono vibro y lo saco para ver, el nombre de Miranda en la pantalla apareció, no dudo un segundo y lo apago, nada interrumpiría su momento feliz.
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Hola corazones, este es el cap, de ayer estaba sin internet, esta noche subo el de hoy, aun esta en edicion.
Abrazos
Gaby