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Cásate Con Mi Marido

Cásate Con Mi Marido

Status: En proceso
Genre:Romance entre patrón y sirvienta / Casada con el millonario / Amor prohibido / CEO
Popularitas:5.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Luna Ro

Rosella Cárdenas es una joven que solo tiene un sueño en la vida, salir de la miserable pobreza en que vive.
Su plan es ir a la universidad y convertirse en alguien.
Pero, sus sueños se ven frustrados debido a su mala fama en el pueblo.
Cuando su padrastro se quiere aprovechar de ella, termina siendo expulsada de casa por su propia madre.
Lo que la lleva a terminar en la hacienda Sanroman y conocer a la señora Julieta, quien en secreto de su marido está muriendo en la última etapa de cáncer.
Julieta no quiere que su familia sufra con su enfermedad. En su desesperación por protegerlos, idea un plan tan insólito como desesperado: busca a una mujer que ocupe su lugar cuando ella ya no esté.
Y en Rosella encuentra lo que cree ser la respuesta. La contrata como niñera, pero en el fondo, esconde su verdadera intención: convertirla en la futura esposa de su marido, Gabriel Sanroman, cuando llegue su final.
¿Podrá Rosella aceptar casarse con el hombre de Julieta?

NovelToon tiene autorización de Luna Ro para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo: No puedes morir de amor

Al día siguiente.

El amanecer llegó silencioso, con un aire melancólico que se filtraba por las cortinas del comedor.

Rosella se levantó antes que el sol, tratando de mantener la rutina para que las niñas no notaran la ausencia que pesaba en el aire.

Preparó el desayuno con manos temblorosas: pan dulce, jugo de naranja y huevos revueltos.

El aroma llenó la cocina, pero el ambiente seguía vacío, frío, diferente.

Las niñas bajaron con sus trenzas aún deshechas y los ojos llenos de sueño.

Se sentaron en la mesa como cada mañana, pero esta vez, el asiento de su madre estaba vacío.

—¿Dónde está mami? —preguntó una de  las pequeñas gemelas, con la voz quebradiza.

Rosella se giró, conteniendo el temblor de sus labios. Por un segundo, pensó en mentir, en decir algo simple, pero sintió la mirada del señor Gabriel clavarse en su espalda.

Él estaba de pie, al final del pasillo, con los ojos enrojecidos por el alcohol y la falta de sueño.

—Mamá… tuvo que ir de viaje —dijo al fin Rosella, intentando sonreír—. Tuvo que salir por unos días, pero volverá, ¿sí? Yo las cuidaré mientras tanto.

Las niñas se miraron entre sí. No entendían del todo, pero confiaban en Rosella.

—¿Y nos llevarás a la fiesta de San Martínez? —preguntó Sarah con un brillo de ilusión.

Rosella forzó una sonrisa, aunque su corazón dolía.

—Intentaré que papá diga que sí.

Ellas gritaron de emoción, riendo entre sí.

Era el tipo de risa que dolía escuchar cuando uno sabía que el mundo se estaba desmoronando.

Gabriel se acercó sin decir palabra.

Besó la frente de sus hijas con un gesto automático, como si fuera una costumbre vacía.

Luego se sentó y Rosella, sin mirarlo demasiado, le sirvió un café negro. Él lo tomó sin azúcar, de un solo trago, como si quisiera que el sabor amargo lo castigara.

Aun así, su cabeza seguía aturdida.

***

Lejos de ahí, en otra ciudad, Julieta descendió del avión sostenida por Enrique. Sus pasos eran lentos, sus labios pálidos.

El aire del hospital olía a desinfectante y a miedo.

Ella lo sabía: el final se acercaba.

El doctor los recibió con rostro serio.

—Debo ser honesto —dijo—. Hay pocas cosas que podamos hacer. En este punto, debemos centrarnos en los cuidados paliativos.

Julieta asintió, sin derramar una sola lágrima.

—¿Cuánto tiempo… me queda? —preguntó, con voz casi inaudible.

El médico respiró hondo.

—Tal vez dos, tres meses. Eso sería mucho, considerando su estado actual.

Julieta cerró los ojos.

El silencio pesó en la habitación.

No era miedo lo que sentía, era resignación.

Había elegido no luchar más. El cuerpo le dolía, pero el alma le dolía mucho más.

Esa misma tarde le hicieron una transfusión. Enrique no se movió de su lado. No comió, no durmió. Solo la observaba, con una impotencia que lo consumía.

Al día siguiente, el doctor pidió hablar con él.

—¿Dónde está el marido de la señora? —preguntó.

—Él… no está en la ciudad —respondió Enrique, bajando la mirada.

—Mire, la señora necesita una cirugía, aunque el pronóstico no cambie. Será importante que su familia esté aquí.

Enrique respiró profundo.

—Su esposo no vendrá. Solo estaré yo.

El médico lo miró confundido, pero no insistió.

Cuando se fue, Enrique quedó solo, mirando el techo blanco del pasillo.

—Julieta… estás cometiendo un error —susurró con dolor—. No puedes rendirte así.

Dos días después, la cirugía quedó programada.

Y mientras los doctores preparaban todo, Julieta dormía, soñando con las voces de sus hijas, tan lejanas, tan vivas en su memoria.

***

En la mansión Delmar, el silencio se había vuelto una costumbre. Gabriel, hundido en su oficina, bebía más de lo usual. Ni el trabajo ni el dinero lograban distraerlo.

El licor se había vuelto su única compañía.

Su aspecto era el de un hombre derrotado.

Rosella golpeó la puerta antes de entrar.

—Señor Gabriel, hay algo que debo decirle. Las niñas tienen un paseo escolar y necesitan que alguien las acompañe. Me gustaría ir con ellas, si usted lo permite.

Él ni siquiera levantó la vista.

—Ahora no, Rosella.

Ella se mordió el labio. Dudó unos segundos, pero al verlo así, tan perdido, la frustración pudo más.

—Con todo respeto, señor… no sea cobarde.

Gabriel alzó la mirada con furia. Rosella siguió, aunque el corazón le latía fuerte.

—No es el único hombre que ha sido abandonado. Sus hijas lo necesitan. Sea un padre antes que un hombre herido. No les robe su infancia.

El silencio se volvió pesado.

Gabriel se puso de pie, caminó hacia ella con los ojos encendidos de rabia y dolor.

—¿Y qué hay de mí, Rosella? —susurró, arrinconándola contra la pared—. ¿Qué hay de lo que yo siento?

Rosella lo miró sin retroceder. Su voz tembló, pero fue firme.

—Usted es fuerte, lo superará. Nadie muere por amor, señor. Y usted no va a morir. Tal vez algún día entienda por qué fue engañado, y encuentre un amor que lo sane. Pero por ahora, solo puede pensar en sus hijas.

Gabriel frunció el ceño. Su respiración era agitada. Levantó la mano, rozó su rostro, y por un instante, el deseo lo dominó. Quería besarla.

Lo supo ella, lo supo él.

Pero Rosella dio un paso atrás, rompiendo el hechizo.

—Está bien —murmuró él, con voz ronca—. Preparen el paseo. Iré con ustedes. Pero vendrás también, ¿verdad? No me dejes solo.

Rosella dudó, y al final asintió.

—Sí, señor.

Salió del despacho con el corazón agitado.

Apenas cruzó el pasillo, se encontró con Mariela, una de las empleadas más antiguas de la casa.

La mujer la observó con una sonrisa maliciosa.

—No pierdes el tiempo, ¿eh? —dijo con tono venenoso—. Tan rápido quieres ocupar el lugar de la señora Julieta. Pero dime, ¿tendrás lo suficiente para llenarlo? ¿O serás solo un deseo momentáneo, Rosella?

Las palabras le cayeron como una bofetada.

Rosella se quedó quieta, mordiéndose el interior de la mejilla.

—No pretendo ocupar el lugar de nadie —respondió con calma—. Solo intento que esta familia no se destruya por completo.

Mariela sonrió, incrédula.

—Eso díselo al señor Gabriel cuando vuelva a buscarte esta noche y te convierta en lo que tanto dices no ser; ¡su puta!

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ana luisa
Me encanto el capitulo de hoy ahora. falta que este Rosella y ella le dices que se casen dedpues de su muerte el ya no la ma tienes sentimiento es con Rosella me gustaria un maraton
Cammmmm: Así después nadie la odia y culpa
total 2 replies
ana luisa
Gracias por este capitulo esa vieja es mala Julieta dio una orfen a la vieja y no es asi
ana luisa
Por fin lo sabe es mejor y de esa manera el vaya con ells y Rosella y le hacen una promesa
ana luisa
Me encanta tu novela pero te voy. s corregir. algo iba no se. escribe asi sino iva Gsbriel se esta enamorando de Rosella otro capitulo por favor un maraton
Maria Solorzano
😭😭😭😭
ana luisa
Un maraton por favor
ana luisa
Me encanto el capirulo ya Gabriel no siente nada por Julieta se esta enamirando de Rosella y Julieta miriendose quien es la mujer que se. intenponga entre Rosella y Gabriel
ana luisa
Hoy no escibiste
ana luisa
cuando haces un maraton
ana luisa
Esa vieja es una bruja Julieta se esta muriendo y la vieja sabe y Julieta quiere que Rosella sea la esposa de Gabriel pero ella tiene piedra en su camino
Gómez Martínez juaniss
Julieta deberías decir la verdad y pasar los últimos días feliz con tu familia Gabriel necesita saber la verdad ya que todos van a su frir
ana luisa
Pobre Gabriel y Julieta debe estar sufriendo por amor me gustaria un maraton por favor
Lidina Bernardo
creo que se confundieron en el nombre
creo que quizo decir Arnoldo.!!!
Maria Solorzano
Es triste como hace para alejarse de su esposo 😭😭😭
ana luisa
Eso es mentira y el amigo de el se presta el tambien sabe que se esta muriendo bueno debe ser de esa manera puede hacer un marston por favor
Maria Solorzano
😭😭😭😭😭😭
ana luisa
Me encanto el capitulo de hoy Julieta en vez de ocultalo debe decirlo para no morir sola no debe escondelo de manera que lo esta haciendo que la. odie
Karina Cubillan
más capitulo porfa
gisella Fuentes Cardenas
Julieta es la realidad de muchas mujeres condenadas por el cáncer y no poder describirlo como se siente conocí una vecina era joven se arreglaba bastante y muy guapa y el cáncer se la llevó 35 años no era justo
ana luisa
,Que pena la de Julieta esta acompañada pero a la vez sola porque no quiere decir a nadie y Gabriel edts sieniendo slgo. por Rosenda
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