segunda parte de mi hermoso vagabundo.
NovelToon tiene autorización de maucris para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 20.
(Rocío Martínez)...
Llevo un año soñando con este día, pero en todos mis sueños, jamás imaginé que sería así. Siento que mi corazón se rompe en mil pedazos al escuchar de la boca de Sam que sí le hizo el amor a otra mujer.
Sé que Sam no tiene culpa de todo esto, de hecho, él es la principal víctima de su madre y de esa mujer... Pero ¿Cómo me arranco esto que siento del pecho?
Existía en mí la esperanza de que me diría que jamás la había tocado, pero no fue así. Y aquí estoy celosa, a punto de mandar todo al carajo por culpa de mis miedos.
_ ¿Estás bien? _ le pregunto mientras se sienta en la cama y se toma la cabeza con ambas manos, dando a demostrar que le comenzó a doler la cabeza.
_ Por favor, ya no quiero más discusiones _ me pide.
_ Perdón, no debí reaccionar así _ digo con calma y sintiéndome culpable.
Sam Inspiró profundamente y soltó el aire con lentitud, mientras me mira con sus ojos vidriosos por lo que acababa de pasar.
_ Lo lamento tanto _ dice en voz baja.
_ Está bien _ interrumpo su disculpa acercándome a él.
Abrazándolo y pegando mis labios con los suyos, sintiendo que la rabia desaparece a media que exploro suavemente sus labios y acariciando lentamente su lengua con la mía.
_ Somos uno y mientras nos amemos, nada ni nadie nos podrá separar _ susurro cerca de su boca.
Sam se levanta de la cama y me abraza con fuerza.
_ ¿Qué haremos ahora? _ le pregunto sin dejar de abrazarlo.
_ Hay que terminar con todo esto, pero de raíz _ dice con voz tranquilizadora, pero firme.
_ ¿Qué hay que hacer, entonces? _ pregunto.
_ Tendrás que confiar ciegamente en mí, Rocío _ inquiere.
_ Siempre lo he hecho _ respondo y una leve sonrisa se dibuja en los labios de mi amado esposo.
_ Ya no puedes volver a trabajar a la mansión, de seguro Charlotte y Amanda, volverán a más tardar mañana.
_ ¿No volverás conmigo a la casa? _ pregunto.
_ Por el momento no, cariño _ me responde _ Es mejor que sigan pensando que aún estoy amnésico. Así tendremos la delantera para poder acabar con ellas.
_ Está bien _ dije entre dientes _ No creo que tengamos muchas opciones por el momento.
_ Mi amor... te prometo que jamás me volveré a separar de ti _ me abraza con fuerza, estrachándome contra su pecho. Dándome a entender que todo estará bien.
_ Nuestro hijo te necesita _ le explico _ Liam pregunta a diario por ti y ya no se qué excusas inventar para tranquilizarlo.
_ No te imaginas las ganas que tengo de verlo, ¡Iremos ahora!_ me responde.
_ Pero ¿Cómo saldremos de la mansión? _ le pregunto, para no ser vistos por los escoltas.
_ Saldrás como de costumbre, sin llamar la atención y me esperarás a dos cuadras de la mansión.
Asiento, me acomodo la ropa y me arreglo el cabello. Mientras Sam me da los últimos besos antes de salir por la puerta de la habitación.
Luego caminé suavemente por el pasillo intentando no hacer ruido, para que la ama de llaves no note mi presencia pero...
_ Tú ¿Qué haces todavía en la mansión? _ de frente a mi, aparece el ama de llaves cuando me encuentro dejando los útiles de aseo en su lugar.
Me quedo en blanco, sin saber qué responder.
_ Estuve esperando a que el señor desocupara su habitación para limpiarla _ le respondo, intentando ser lo más convincente posible.
_ ¿No lo habrás molestado? _ me queda mirando con los brazos cruzados.
_ No, señora, ni siquiera me vio _ le respondo.
Me observa de pies a cabeza como lo hizo el primer día que llegué a la mansión.
_ Vete, mañana tendrás que llegar una hora antes porque estarán de regreso las señoras y a ellas les gusta que todo esté reluciente.
_ Como usted diga, hasta mañana _ me despido y salgo de la mansión con un nudo en el estómago al saber que esas víboras estarán de regreso mañana.
Cuando salgo de la mansión, miro para todos lados buscando a Sam donde acordamos juntarnos. Hasta que de pronto las luces de una motocicleta se posa frente a mis ojos y se estaciona a mi lado.
_ Ven, sube _ me dice Sam entregándome un casco.
No tardo en subir y aferro mi pecho a su espalda, indicándole la dirección de mi nueva casa.
Media hora después... llegamos, me bajo y lo jalo de una mano para llevarlo rápido con nuestro hijo.
Abro la puerta, tratando de actuar lo más calmada posible, aunque es imposible. Ya que la emoción me invade por completo al ver el rostro de mi hijo cuando ve entrar a su padre.
_ ¡Papá! _ grita Liam y corre a los brazos de Sam.
Sam se agacha y lo toma con sus brazos abiertos y le da miles de besos.
(Todos esos besos que no pudo darle este último año)
_ Te eché de menos Papá _ Me quiebro y comienzo a llorar al escuchar a mi hijo.
Aunque intento, mis ojos no dejan de reparar tan hermosa escena que el llanto me ataca y no puedo dejar de llorar.
Mi madre se me acerca, con lágrimas en los ojos de la emoción. Me abraza mientras me da un beso en la coronilla para calmarme.
_ Ya cariño, ya está aquí _ susurra para que Liam no la escuche.
Suprimo las ganas de seguir llorando, cuando Jonathan sale de la cocina y ve a Sam en la casa.
_ ¿Cómo? _ se le atascan las palabras.
Sam deja a Liam a mi lado para abrazar a mi madre, luego abraza a Jonathan y para luego abrazar a mis hermanas que están llorando como magdalenas desde que vieron entrar a Sam por la puerta.
Al rato...
Tomamos asiento cuando logramos estar todos un poco más calmados, mientras que Liam no deja de sonreír y vuelve a abrazar a su padre. Y esta vez yo también los abrazo, colocando mis brazos atravéz de ellos sin querer soltarlos.
que explote la bomba y dinamiten a esas brujas desgraciadas de la vida de Sam