La Maldición De Los Dickens

"En ese momento, llegó la madre de Sofía. Me despedí amablemente y observé cómo se alejaban. No pude evitar notar que la niña se parecía a ti, Chris, pero en versión femenina. Tenía tus mismos rasgos."

"También tú, papa" dije enojado.

"¿Qué?", pregunto mi padre confundido mirando a mi madre y ella respondí "yo también le dije que había visto a un niño que se parecía a él, solo que el niñoteníaa el pelo negro".

"Pero que tonta", dijo mi madre.

"¿Qué pasa cariño?", dijo mi padre.

"Ahora recuerdo porque el niño del mercado me parecía conocido, es el niño de hace tres años, solo que traia lentes no lo reconocí", dijo mi madre emocionada.

"Christopher Watson Dickens", escuche gritar mi nombre completo, era mi abuela que cuando estaba enojada lo decía completo.

"Abuela, que pasa", pregunte.

"Tuviste un hijo y descaradamente lo abandonaste, que no te has dado cuenta de lo que has estado haciendo estos años, te andas por ahí divirtiendo con cualquier gata, que ni siquiera te has dado cuenta de que tu hilo rojo ha aparecido, pero como te vas a dar cuenta si andas detrás de cualquier par de piernas, que lo único que quieren de ti es tu dinero."

"Madre, de que habla", dijo mi madre.

"De su hijo, tu nieto, mi querido y adorado bisnieto", dijo mi abuela.

"Y como sucedió", pregunto mi padre.

"Ayer fui a visitar a mi amiga que vive en un complejo de departamentos, mientras estaba esperando en la entrada para que me permitieran el acceso, me senté cerca de la entrada y de repente, vi a un niño pequeño caminando hacia la entrada con una postura erguida y segura. Su expresión era seria y concentrada, y avanzaba con pasos firmes y decididos, observando todo a su alrededor con una mirada que parecía mucho más madura y autoritaria para su edad."

"¿Y luego?, pregunto mi padre.

"Le sonreí cuando se acercó," respondió mi abuela.

''Hola, pequeño,'' le dije amablemente.

''¿Vives aquí en estos departamentos?''

''Si, señora. ¿Y usted? ¿Viene a visitar a alguien?''

"Sí, estoy aquí para visitar a una amiga," continuó mi abuela.

"Me sorprendió la seguridad y la madurez en la voz del niño.

''¿Te importa si me haces compañia mientras espero que me dejen entrar? Siempre es agradable tener a alguien con quien conversar,'' le dije.

"Sí, asintió nuevamente con un gesto medido y educado.

''Está bien. Me llamo Christopher',' me dijo.", mi madre y mi padre se voltearon a ver y luego me vieron.

"Encantada de conocerte, yo me llamo Hilda," le dije con una sonrisa. '¿Te gusta este lugar?''

"'Sí, respondió Christopher con una voz firme. ''Es un buen lugar para pensar y planificar. Me gusta la tranquilidad.''

"¿Y en qué piensas y planificas, si no es indiscreción?" pregunté, intrigada por la seriedad del niño.

"'Pienso en mi futuro y en cómo puedo ser el mejor en lo que haga'' respondió, mirando hacia el horizonte con determinación.

''Quiero ser alguien importante y tomar decisiones que beneficien a muchos.'"

"Mientras hablábamos," continuó abuela, "no pude evitar notar las similitudes entre el niño y tú, Chris. La forma en que se comportaba, su seriedad y firmeza, todo me recordaba a ti cuando eras niño."

"¿En serio?" dije.

"Sí, y le dije: ''Sabes, Chris, tú me recuerdas mucho a mi nieto cuando tenía tu edad y que, por cierto, también se llama como tú.

Él también siempre fue muy decidido y seguro de sí mismo. Siempre sabía lo que quería y cómo conseguirlo.

"'¿Y qué hace ahora su nieto, señora?' me preguntó Christopher, interesado en la comparación."

"'Mi nieto es un hombre muy exitoso y respetado. Dirige nuestra empresa familiar y toma decisiones importantes todos los días" le respondí con orgullo.

"Christopher, me miró con curiosidad," dijo mi abuela.

"Le, dije: ''Tienes una determinación y una visión que son muy raras de encontrar en niños de tu edad.''

"En ese momento, apareció mi amiga en la entrada y me invitó a pasar. ''Ha sido un verdadero placer conocerte, Christopher. Espero que podamos encontrarnos de nuevo por aquí.''

"Christopher asintió con una pequeña sonrisa, pero su mirada seguía siendo firme y resuelta.

"Yo también, señora Hilda. Me ha gustado hablar con usted. Hasta la próxima.'"

"Mamá, dijiste Christopher, verdad", pregunto mi madre de nuevo para asegurarse.

"Mi amor, la niña que encontraste dijo que su hermano se llamaba Chris, verdad" pregunto mi madre.

"No sé de qué hablan, primero un niño que se parece a mí con cabello negro, después una niña, versión mía y ahora otro niño que se parece a mí en todo, están locos. La maldición de los Dickens no permitiría eso, en ese caso, solo sería un hijo, la maldición, no permite trillizos. ¿Cómo sería posible si en nuestro linaje solo hay un primogénito?” respondí.

Es posible, si nuestro ancestro y la mujer que amaba volvieron a renacer, dijo mi abuela y agrego así que vamos a ir a ese lugar y vamos a buscar a mi querida nieta, que es la merecedora del titulo de Sra. Dickens y a mis bisnietos, dijo mi abuela autoritaria.

"Reservare los vuelos para hoy" dijo mi padre.

"No, hoy es un día especial para darnos el lujo que rara vez nos damos, Christopher va a pilotar el avión privado de la familia y inmediatamente vámonos, no puedo esperar a ver a mis adorados bisnietos" dijo mi abuela mientras nos daba la espalda.

Llegamos a la ciudad y nos dirigimos directamente al complejo de edificios. En un edificio parecía un caos al perecer hubo un incendio. El asistente de mi abuela fue hablar con el dueño quien inmediatamente salió y nos hizo una reverencia.

"¿necesito que me des el número de departamento que tiene mi nieta?" Dijo mi abuela

"Discúlpeme el atrevimiento mi señora, pero podría darme el nombre de su querida nieta", dijo el nombre.

"Lamentablemente no sé cómo se llama, un hombre sin escrúpulos la abandono sin preguntarle su bello nombre" dijo mi abuela con voz lamentable y mirándome de reojo.

"Es la joven que tiene trillizos, al parecer dos niños y una niña, se llaman Christopher y Sofía, solo sabemos el nombre de dos de ellos" dijo mi madre.

"Aaaaahhh, la Sr Flores" dijo el señor.

"Si ella, ¿pero cómo se llama?" pregunto mi abuela.

"La chica tiene un nombre que me es difícil de pronunciar, pero era algo de Qezami" dijo el señor un poco apenado.

En mis pensamientos rezonaba ese nombre "No podria ser la misma chica, ella estaba en Mexico, tal vez se mudo aqui, entonces la dueña del perfume que he estado buscando es la madre de mis supuestos hijos".

"Bueno no importa, danos el numero de su departamento y su contrato", dijo mi madre.

"La chica vivía en el 201, pero esta mañana abandono el lugar, como pueden observar los departamentos son pequeños. Ella vivía con su madre, su abuela, su tio, sus hijos y en ocasiones venia su hermano, desconozco el lugar al que fueron" dijo

¿Qué?, dijo mi abuela.

"No puede ser, ya habíamos dado con ellos y desaparecieron", dijo mi padre y menciono, "danos su contrato ahí viene su nombre y muéstrame las camaras de seguridad asi reconocemos a mi nuera, porque no recuerdo a la chica que ví en el banco"

"Como pudiste olvidar algo asi" dijo mi madre dandole un golpecito en el hombro.

"Lo lamento tanto", dijo de nuevo el señor.

"¿Y ahora, porque?" Pregunto mi abuela enojada

"Como pudieron observar tuvimos un pequeño accidente que llevo a un incendio, y perdimos los archivos" dijo de nuevo a penado.

"¿Y Ahora?", dijo mi madre.

"no descansare hasta encontrarlos" dijo mi abuela.

"No te preocupes, madre, yo me encargare de eso" dijo mi padre,

"Está bien" dijo mi abuela.