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Casados Y Al Borde Del Caos (OMEGAVERSE)

Casados Y Al Borde Del Caos (OMEGAVERSE)

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Omegaverse / ABO
Popularitas:2.2k
Nilai: 5
nombre de autor: GEMINI_K

Jay y Gio llevan juntos tanto tiempo que ya podrían escribir un manual de matrimonio... o al menos una lista de reglas para sobrevivirlo. Casados desde hace años, su vida es una montaña rusa de momentos caóticos, peleas absurdas y risas interminables. Como alfa dominante, Gio es paciente, aunque eso no significa que siempre tenga el control y es un alfa que disfruta de alterar la paz de su pareja. Jay, por otro lado, es un omega dominante con un espíritu indomable: terco, impulsivo y con una energía que desafía cualquier intento de orden.

Su matrimonio no es perfecto, pero es suyo, y aunque a veces parezca que están al borde del desastre, siempre encuentran la forma de volver a elegirse

NovelToon tiene autorización de GEMINI_K para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

###**Capítulo 21: Un Pequeño Detalle... Mortal**

Después de la partida de Aaron, el ambiente finalmente se sintió más ligero.

Jay se acomodó su abrigo nuevamente, como si con eso pudiera quitarse de encima la incomodidad de haber soportado esa conversación.

—Bueno, eso fue asqueroso —dijo Alex, tomando otro sorbo de su copa.

Gio sonrió de lado.

—No fue tan malo.

Alex lo miró con incredulidad.

—Si hubieras esperado dos minutos más, yo mismo lo habría hecho tropezar en la escalera.

Jay soltó una risa nasal y le dio un leve golpe en el brazo.

—Eres un maldito gremlin.

—¿Y qué esperabas? Nunca me cayó bien.

Jay rodó los ojos, pero no pudo evitar estar de acuerdo.

La conversación siguió relajándose, hasta que Alex, con la mirada curiosa de siempre, desvió la vista hacia el cuello de su hermano.

Y entonces…

Lo vio.

Un leve tono rojizo, apenas cubierto por el maquillaje.

Un maldito chupetón.

Alex parpadeó.

Primero una vez.

Luego dos.

Su cerebro procesando la información con un poco de retraso.

Y luego, sin aviso…

Se atragantó con su bebida.

Jay lo miró con el ceño fruncido.

—¿Qué te pasa?

Alex tosió un poco, su expresión oscilando entre incredulidad y puro asco.

—¿Eso en tu cuello es lo que creo que es?

Jay parpadeó.

—¿Qué?

Alex se inclinó más cerca, fijándose bien.

Y luego soltó una carcajada escandalosa.

—¡No me jodas!

Gio miró a Jay con diversión.

—¿Qué pasa?

—¡Le dejaste un maldito chupetón y ni siquiera lo cubrió bien!

Jay se quedó en blanco por un segundo.

Y luego el horror absoluto lo golpeó.

Oh, mierda.

De inmediato, se llevó una mano al cuello, palpando la zona.

—No.

—Sí.

—No.

—¡Sí!

Jay sacó su teléfono y abrió la cámara en modo selfie para verse.

Y ahí estaba.

Detrás de su nuca, apenas visible, pero suficiente para ser notado bajo ciertas luces.

Jay se cubrió la cara con una mano.

—Voy a matarte, Gio.

Gio se encogió de hombros, sin una pizca de arrepentimiento.

—No es mi culpa que no revisaras bien antes de salir.

—¡Tú fuiste el que me mordió!

—Sí, y te ves precioso.

Alex se dobló de risa.

—Dios, esto es oro puro. Voy a contarle a Hyun.

Jay lo agarró del brazo antes de que pudiera moverse.

—Si le dices a Hyun, te juro que haré que tu vida social se derrumbe en un día.

Alex jadeó dramáticamente.

—¡Eso es abuso de poder!

—Sí.

Gio simplemente disfrutó la escena, cruzado de brazos, observando cómo Jay intentaba cubrirse el cuello con el abrigo.

Y, honestamente…

No podía estar más satisfecho.

Porque ahora, en medio de toda esa gente influyente, empresarios, magnates y socialités…

Su marca estaba en la piel de Jay.

Para que todos lo supieran.

Jay aún estaba tratando de ocultar su vergüenza cuando una nueva voz se unió a la conversación.

—¿Qué están tramando ustedes tres?

Jay se tensó un poco antes de girarse.

Ahí estaba la pareja de Hyun.

Nathaniel, "Nate" para los cercanos.

Un Omega de piel morena, sonrisa cálida y mirada inteligente.

Su traje azul oscuro le quedaba impecable, y su actitud relajada siempre contrastaba con la energía más seria de Hyun.

Jay exhaló, tratando de recomponerse.

—Nada, Alex está siendo un imbécil, como siempre.

—Eso no es novedad —dijo Nate con una risa baja.

Gio estrechó la mano con él en un saludo cortés.

—Nate.

—Gio. —Nate sonrió con amabilidad—. Luces bien esta noche.

—Tú también. Aunque… —Gio echó un vistazo rápido a su corbata con burla—. ¿Esa fue elección tuya o de Hyun?

—Mía. ¿Qué tiene?

—Que no parece algo que él aprobaría.

—Exacto. Por eso la elegí.

Gio se rió.

Pero mientras la conversación fluía, los ojos de Nate se desviaron naturalmente hacia Jay… y su ceja se arqueó de inmediato.

Porque ahí estaba.

El maldito chupetón.

Y esta vez, Jay no tuvo la suerte de que pasara desapercibido.

—Oh.

Nate parpadeó lentamente, como si estuviera asegurándose de que veía bien.

Luego sonrió.

Con demasiada diversión.

—Jay… ¿tienes algo en el cuello?

Jay sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

Alex soltó una carcajada de inmediato.

—¡Lo sé, es increíble!

Jay cerró los ojos un momento, deseando con todo su ser que Nate simplemente lo ignorara.

Pero, por supuesto…

No lo haría.

—¿Siempre vienes a galas con marcas de guerra o esto es una nueva moda? —bromeó Nate con una sonrisa de pura travesura.

Jay le lanzó una mirada asesina.

—Cállate.

Nate se rió más.

Pero entonces…

—¿De qué hablan?

Mierda.

La voz de Hyun llegó de repente, y todos se giraron para verlo.

Jay se puso tenso de inmediato.

Hyun lo miró con el ceño levemente fruncido, sospechando que algo pasaba.

—¿Qué está pasando aquí?

Antes de que Jay pudiera inventar alguna excusa…

—Nada, solo que a Jay le dejaron un regalito en el cuello.

Nate lo dijo con toda la calma del mundo, como si fuera información irrelevante.

Jay se quedó estático.

Gio se cruzó de brazos, disfrutando demasiado esto.

Hyun entrecerró los ojos y se enfocó en su hermano.

Jay intentó cubrirse con el abrigo, pero ya era demasiado tarde.

Hyun lo miró.

Luego miró a Gio.

Luego miró a Jay otra vez.

Y con su tono seco y directo, murmuró:

—Eres un maldito desastre.

Alex se dobló de la risa.

Jay finalmente explotó.

—¡¿PUEDEN TODOS DEJAR DE MIRARME EL MALDITO CUELLO?!

—Imposible —dijo Nate, completamente tranquilo.

—¡Hyun, controla a tu esposo!

Hyun suspiró.

—Lo intento todos los días.

—¡Pues fallaste!

Nate le lanzó una mirada a Gio, con diversión en los ojos.

—Eres peligroso, ¿lo sabes?

Gio sonrió con pura satisfacción.

—Eso ya lo sabía.

Jay se cubrió la cara con las manos.

Porque esto…

Esto era un infierno.

Y su querido esposo…

Lo estaba disfrutando demasiado.

Jay ya estaba en su límite.

Su hermano menor se había burlado de él. Su cuñado lo había expuesto sin piedad. Su esposo estaba demasiado feliz con todo esto.

Pero entonces…

—¿Qué hacen aquí?

Mierda.

La voz de Jongin se escuchó fuerte y clara, y de inmediato, el pánico se extendió por el grupo.

Jay se quedó completamente inmóvil.

Alex bajó su copa con una expresión de alerta total.

Hyun se enderezó, su semblante serio, como si estuviera a punto de entrar en combate.

Nate silbó bajito, sabiendo que las cosas estaban a punto de ponerse interesantes.

Y Gio…

Gio, que hasta ese momento había estado disfrutando demasiado de la situación…

Se puso pálido.

Porque una cosa era bromear con los hermanos de Jay.

Pero otra muy diferente…

Era enfrentar a su suegro.

Jongin se acercó con calma, pero su mirada era como un maldito detector de problemas.

—¿Por qué todos están tan tensos?

Silencio absoluto.

Nadie respiró.

Hyun se movió de inmediato, colocándose de forma estratégica entre su padre y Jay.

—Nada, solo hablamos.

—¿De qué?

—De… política.

Jongin frunció el ceño.

—Tú odias hablar de política.

Hyun maldijo internamente.

Alex, rápido como siempre, se metió en la conversación.

—¡Estábamos hablando de economía!

Jongin giró la cabeza lentamente hacia él.

—¿Tú sabes de economía?

—¡Sí!

—¿Ah, sí? Dime tres términos financieros avanzados.

Alex abrió la boca.

No dijo nada.

La volvió a cerrar.

—Impuestos.

Jongin levantó una ceja.

—Alex, si piensas que solo decir “impuestos” te hace sonar inteligente, tengo malas noticias para ti.

Alex le lanzó una mirada de auxilio a Nate.

Nate sonrió con total calma.

—No te preocupes, Jongin. Solo estábamos hablando de cosas sin importancia.

Jongin no parecía convencido.

Su mirada se deslizó sobre el grupo, sospechando que algo estaba pasando.

Jay se hizo más pequeño, tratando de esconderse detrás de Hyun.

Pero Jongin notó algo extraño en su postura.

—¿Jay?

Jay sonrió de manera muy, muy forzada.

—¿Sí?

—¿Por qué te estás escondiendo detrás de tu hermano?

—No lo estoy haciendo.

—Sí lo estás.

—No es cierto.

Jongin entrecerró los ojos.

Luego, lentamente, intentó moverse para verlo mejor.

El pánico explotó de inmediato.

Alex dio un paso a la izquierda, bloqueando su vista.

Hyun lo siguió, reforzando la barrera.

Nate soltó una risa casual y se movió estratégicamente.

Gio, por instinto de supervivencia, también se puso en medio.

Jongin se detuvo.

Miró la forma en que todos, de repente, estaban protegiendo a Jay como si fueran guardaespaldas profesionales.

Su ceño se frunció más.

—¿Qué. Está. Pasando. Aquí?

Silencio absoluto otra vez.

Jay sintió una gota de sudor recorrer su espalda.

Jongin dio un paso adelante, pero Hyun puso una mano en su hombro.

—Papá.

—¿Qué?

—No quieres saberlo.

Jongin parpadeó lentamente.

—Eso solo me da más razones para querer saberlo.

Nate se rió bajo.

—Créeme, es información que no necesitas.

Jongin miró a su hijo mayor.

—Hyun, dímelo.

Hyun mantuvo su expresión neutral.

—No.

Jongin miró a Alex.

—Tú dímelo.

Alex sacudió la cabeza.

—No quiero morir hoy.

Jongin miró a Nate.

—Nate.

Nate sonrió con total tranquilidad.

—No me meto en temas de familia.

Finalmente, Jongin miró a Gio.

La prueba final.

Gio sintió la presión absoluta del universo sobre sus hombros.

Era su suegro.

El hombre que podía arruinar su vida con solo una mirada.

Y Jongin lo estaba observando como si pudiera ver a través de su alma.

Gio se aclaró la garganta.

—… Me encanta su corbata, señor.

Jongin lo miró con más sospecha.

Pero en ese momento, un mesero pasó cerca.

Y en ese segundo de distracción, Hyun agarró a Jay del brazo y lo jaló.

—¡Nosotros vamos a buscar algo de beber!

Alex los siguió de inmediato.

Nate se movió con naturalidad.

Gio aprovechó la oportunidad y escapó junto con ellos.

Jongin parpadeó, viendo cómo, en menos de tres segundos, todos desaparecían entre la multitud.

Su mirada se fijó en el lugar vacío donde estaban antes.

Y entonces, lo entendió.

Algo estaba pasando.

Algo importante.

Algo que no querían que viera.

Cruzó los brazos.

—Los voy a atrapar.

⋆。°✩

Todo iba demasiado bien.

Jay se movía entre la gente con su copa de vino en la mano, relajado, sin el peso de la paranoia constante.

Gio había bajado la guardia, disfrutando del evento sin preocuparse por su seguridad.

Alex, Hyun y Nate seguían la conversación como si nada.

Pero lo que no sabían…

Era que el destino tenía otros planes.

Porque en medio de la música elegante y las luces doradas…

Jongin lo vio.

No fue de inmediato.

No fue algo planeado.

Fue un simple giro de la cabeza.

Una simple mirada en la dirección equivocada.

Y entonces…

Lo vio.

Ese pequeño detalle en la piel pálida de su hijo.

Apenas visible bajo ciertas luces.

Pero él lo vio.

Y el mundo dejó de moverse.

Jongin parpadeó lentamente.

Primero una vez.

Luego dos.

Y después…

Su expresión cambió.

Su mandíbula se tensó.

Sus ojos, normalmente tranquilos y calculadores, se oscurecieron.

Y su postura…

Se volvió letal.

Porque en ese momento, solo una cosa cruzó por su mente:

"Voy a matar a Gio."

Se giró con calma.

Con una paciencia aterradora.

Y comenzó a caminar.

Directo hacia su objetivo.

Jay lo notó primero.

Sintió el cambio en el aire.

Sintió la muerte acercándose.

Giró la cabeza y vio a su padre acercándose con un aura tan oscura que casi podía ver la maldita calavera flotando sobre él.

Su estómago se hundió en el acto.

—Oh, no.

Hyun notó su reacción y siguió su mirada.

Su expresión se endureció de inmediato.

—Mierda.

Alex vio a su hermano mayor tensarse y supo que algo estaba mal.

Pero no entendió hasta que vio la forma en que su padre caminaba.

Directo.

Preciso.

Como un maldito depredador.

Y entonces lo entendió.

—¡Mierda! ¡Corre!

Pero Gio todavía no sabía qué pasaba.

Porque él no se había dado cuenta.

Él seguía relajado, disfrutando su copa de vino.

Hasta que vio la expresión de Jay.

Y la de Hyun.

Y la de Alex.

Y la de Nate.

Y entonces…

Finalmente giró la cabeza.

Y vio a Jongin.

Caminando.

Mirándolo.

A él.

Solo a él.

Y entonces, por primera vez en toda la noche…

Gio sintió miedo real.

—Oh, mierda.

Jongin se detuvo justo frente a él.

No dijo nada.

No hizo ningún movimiento.

Solo lo miró.

Fijamente.

Con el peso de un juicio divino.

Gio tragó saliva.

Jay intentó intervenir.

—Papá, no es—

—Cállate.

Jay cerró la boca en el acto.

Jongin inhaló profundamente.

—Giovanni.

La forma en que dijo su nombre…

La maldita frialdad en su voz…

Hizo que Gio se tensara completamente.

—Señor—

—Tú y yo vamos a hablar.

Gio sintió el peso de su alma abandonar su cuerpo.

Porque sabía que no había escapatoria.

Y esta vez…

Su vida realmente estaba en peligro.

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Lucero Solorzano
hay me encanta espero más capítulos por favor me que de con expectativas que dirá GIO...aaaaaaa que emoción
Lucero Solorzano
hola espero con ansias más capítulos espero y no lo dejes a la mitad...
Lucero Solorzano
Guau excelente hasta donde voy me gusta no es la clásica novela donde hay odio.amor o divorcio.aunque también me encantan muchas gracias tienes otras novelas me puedes dar los nombres.👍👍
Nidia Mojica
Gio quiere ser papá.
Nidia Mojica
Jajaja ese Gio es tremendo, traumados los suegroa de Jay.
Nidia Mojica
Jajajaja esos dos no aprenden.
Nidia Mojica
Huy ese señor si que da miedo.
Sofi
me encanta
Muriel
Quiero más aventuras🎈
Sayuri//acuario
Después de leer tu historia, me he quedado con ganas de más. Necesito saber qué pasa después. 😫👀
ZodiacKiller
😍Es genial, sigue así.
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