¿Crees en las segundas oportunidades? Pues yo no, al menos eso pensaba antes de vivir o de morir, depende del punto de vista del que lo veas.
Lo que si puedo asegurar es que es una experiencia que te hace pensar que has perdido la razón, es doloroso recordar como tu vida se va a apagado, pero lo que más duele es que a nadie le importas, ya que todos piensan que eres la mala del cuento.
Espero que con esta nueva oportunidad de vida pueda limpiar mi nombre y desenmascarar a los verdaderos villanos...
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Capítulo XXII Realidad
Corrí a mi casa después de la revelación de Alexa, había algo diferente en ella, la Alexa tonta que conocía, llegue tan rápido como pude a casa, encontré a mi madre con su amante de turno en la cama, ella siempre hacía lo mismo y el estúpido de Alfredo ni cuenta se daba. Ese hombre es un pelele al que manejamos a nuestro antojo.
"Sandra, ¿qué significa esto?", grité haciéndome la ofendida. El tipo que estaba encima de ella se puso pálido, recogió su ropa y salió corriendo de la habitación. "Huye cobarde, si mi padre te consigue aquí acabara con ti vida". Grite riéndome.
"Carolina, eres una mxxxxxx bruja. Acabas de hacer ir al mejor hombre que he tenido en mi cama", regaño Sandra con pesar.
"Sabes que te arriesgas mucho trayendo a esos tipos a casa, debes tener más cuidado, si no todos nuestros planes se arruinaran", advertí con seriedad.
"Sabes que no hago nada sin antes estar segura, ya había llamado a tu padre y le pregunte donde estaba, sabes que él nunca me miente". Dijo sintiéndose segura de sus palabras.
"Debemos tener cuidado, las cosas han cambiado, mejor vístete y ven a mi habitación. No pienso quedarme aquí después de lo que acaba de pasar", deje a Sandra sola y fui a mi habitación, no podía sacar las palabras que dijo Alexa de mi mente, ella se estaba volviendo un peligro que tenía que erradicar, no podía permitir que me pasara lo mismo que me ocurrió en mi primera vida, no terminaría siendo un don nadie a merced de los hombres.
...************...
Sergio me llevo a la playa en nuestra luna de miel, era una isla paradisíaca cuyas aguas eran tan azules como el cielo mismo. Respirar el aire limpio me relajaba y me hacía olvidar todo lo que me estaba perturbando.
"¿Te gusta el lugar?" Pregunto Sergio en un susurro.
"Me encantó, ya quiero meterme al agua", dije emocionada.
"A mí me gustaría meterte en otro lado", comentó Sergio con picardía.
"Siempre quieres lo mismo, pero tranquilo que tendremos nuestra noche de bodas", sonreí en complicidad, entramos al hotel a registrarnos, luego subimos a nuestra habitación. Al entrar pude observar lo maravillosa que esta era pintada toda en blanco y con una decoración maravillosa. Además, la vista desde nuestro balcón me dejó sin palabras; desde este piso podía ver toda la isla.
Estaba embelecida viendo el paisaje, cuando do sentí que mi esposo me abrazo por la espalda y empezó a besar mi cuello cerré los ojos dejándome llevar por lo que estaba sintiendo.
La suave brisa del mar rosaba nuestros cuerpos, llevando consigo el aroma salado y fresco de las olas del mar. La luz del atardecer pintaba las blancas paredes con tonos dorados y anaranjados, creando una atmósfera mágica y acogedora. Mi cabello se movía con el suave toque de la brisa marina, voltee a ver a la cara a Sergio encontrándome con esos ojos profundos que me estremecía. Sentí el tiempo detenerse a nuestro alrededor, sus dedos rozaban mi brazo como la suave caricia de una rosa, su sonrisa iluminaba mi mundo y sin decir una palabra me tomo de la mano llevándome al interior de la habitación donde la luz tenue de las velas generaban sombras danzantes en las paredes. En la cama, pétalos de flores formaban un camino que invitaba a perderse en la intimidad, nos sentamos juntos, nuestras miradas entrelazadas como las olas en la orilla.
Él se inclinó hacia mí, sus labios apenas a centímetros de distancia de los míos. Podía sentir su aliento suave y cálido. Con un gesto delicado, acarició mi mejilla y luego dejó caer su mano para entrelazar sus dedos con los míos. En ese instante, todo lo demás desapareció; solo existiamos nosotros dos y el murmullo del océano.
El calor creció en nuestros cuerpos mientras compartíamos risas y susurros llenos de promesas. La conexión era palpable; cada mirada y cada toque hablaban más que mil palabras. Al final, él se inclinó lentamente hacia mí, cerrando los ojos mientras sus labios se encontraban en un beso suave y tierno que parecía sellar todos los deseos no expresados.
"Eres maravillosa soy tan afortunado de tenerte a mi lado", las palabras de Sergio eran sinceras algo que se podía comprobar en sus ojos.
"Gracias por estar en mi vida y regalarme la oportunidad de ser feliz".
Sergio me pego a su cuerpo mientras permanecimos en la cama, el suave arrullo de las olas eran como una canción que invitaba a quedarse dormidos en un profundo sueño y así nos quedamos olvidando el mundo exterior.
Esa noche tuve otro sueño revelador que me llevo a mi segunda vida.
Flashback
"¡Despierta de una vez y deja de actuar!", la voz de una mujer me despertó con brusquedad.
"¿Dónde estoy, quien es usted?", pregunté confundida recordando que la noche anterior estaba en los brazos de mi amado.
"Deja la mentira y ponte de pie, esta vez no te escaparás del castigo", dijo la mujer con una sonrisa siniestra en sus labios.
Analizando la situación y que no me encontraba en la habitación del hotel, pude entender que ya no estaba con Sergio, sino en una de mis vidas pasada. Esto me aterraba, ya que la última vez desperté cuando me quitaron la vida.
Me dolía el cuerpo, estaba segura de que acababa de recibir una golpiza. "Te dije que te pusieras de pie, el señor quiere probar tu cuerpo una vez más antes de enviarte a tu muerte". Esta mujer estaba disfrutando con mi sufrimiento, aunque era un poco mayor que yo sabía que era Carolina en mi presente. Esta mujer se había encargado de hacer mi vida miserable en cada una de mis vidas y tenía que encontrar la razón de esto, pero como lo iba a hacer si no tenía control de estos vaivenes.
Como pude me puse de pie y camine hasta donde la bruja me dirigía, sabía que me esperaba una tortura, solo esperaba poder despertar antes de que ese momento llegara.
Mientras caminaba empece a escuchar una voz conocida llamándome. "¡Alexa!, despierta. Alexa amor no me hagas esto vuelve a mí". La desesperación me gano y no sé ni como logre salir de esa realidad y volver a los brazos de Sergio.
Fin del Flashback
Gracias autora por actualizar.