En está historia veremos a una joven, dispuesta hacer lo que sea para salvar la vida de su mamá, pero, ¿Qué pasará con ella, si en el proceso se enamora? Los invito a leer.
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Cap. 12
— Habla con los editores, para ver si pueden cambiar de fotógrafo._— sugirió Miguel.
— Perfecto, papá, voy a ir a la revista.
Sorimar escuchó el nombre de «Eykel» y su corazón empezó a latir con rapidez, pero se dijo en su mente que era imposible que se tratara de la misma persona. Los Greens hablaban con tanto resentimiento hacia ese hombre, que tenía que ser un mal sujeto.
Mientras tanto, por otro lado, el señor Rodrigo Cáceres, se había reunido con los editores de la revista Galantys, trató de buscar una solución para evitar que su hijo presenciara un encuentro desagradable con los Greens. El joven, ajeno a lo que estaba pasando, entró a la oficina de su progenitor.
— ¿Qué sucede, papá?, ¿Cuál es esa urgencia tan inoportuna?— expresó sombrío.
— Hijo, trate por todos los medios para evitarte ese trago amargo, pero no pude hacer nada. La modelo que eligió la revista Galantys pertenece a la agencia Green.— soltó el señor.
Eykel permaneció en silencio analizando cada palabra, según iba asimilando la situación, una ira crecía en tu ser. Tocó fuerte el escritorio, se levantó como alma que lleva el diablo de la silla.
— ¿Qué demonios me estás diciendo?, jamás voy a trabajar con esa agencia.— expresó furioso.
— Sé lo que eso significa para ti.
— ¡Maldición!. Voy a hablar con los editores, les voy a proponer a Paola, ella es una excelente modelo, te veo al rato.— salió de prisa, buscando resolver el asunto.
Iba caminando y por su mente solo vagaban maldiciones y pestes, para los Greens, estaba renuente a trabajar con ellos.
Eykel llegó a la editorial, molesto, no entendía por qué de un momento a otro escuchaba ese apellido con frecuencia. Para sorpresa del joven, Maicol Green estaba ahí.
Ambos se dedicaron una mirada de repudio, era evidente el odio que se tenían uno al otro. Los dos se encontraban en el sitio por la razón, simplemente, no podían trabajar juntos. Unos de los editores salió de su oficina y se dirigió a ellos.
— Bienvenidos, caballeros, creo saber la razón por la cual están aquí. Pasemos a mi oficina.— sugirió amablemente.
— Prefiero que sea en privado, señor!— cuestionó Maicol. Eykel no dijo nada.
— Señor Green, lo que voy a decir no lo pienso repetir dos veces, acompáñenme, por favor. — aclaró el editor.
Entraron a la sala de conferencias, los dos jóvenes permanecieron alejados.
— Señores, sabemos que tienen algunas diferencias personales, pero a nosotros lo que nos importa es la edición de la revista. Por hender, el trabajo de Eykel y la modelo de la agencia Green.— explicó el señor.
— Prefiero renunciar antes que trabajar con esa agencia de mierda. Tengo la modelo perfecta para esta edición.—habló Eykel, con voz demandante.
— Señor, le propongo buscar otro fotógrafo para esta edición.— dijo Maicol.
— Maicol, nosotros trabajamos con calidad, por eso Eykel es nuestro fotógrafo exclusivo, y tú Eykel, tienes un contrato con nosotros, no puedes renunciar.— afirmó el editor.
— Estoy dispuesto a enfrentar cargos legales si es necesario, antes que trabajar con ellos.— expresó con valentía.
— Eykel, eres inteligente, sabes que no nos conviene a ningunos. Las cosas son de esta manera, estamos interesados en esa modelo y tú eres el fotógrafo, decidan que van a hacer.— pidió el hombre.
Eykel estaba muy molesto, se quedó mirando a Maicol hablando con el editor, y una solución rondó por su mente.
—Ok, voy a trabajar con esa modelo, pero tengo mis condiciones. No quiero a nadie de los Greens presentes en las sesiones de fotos. El nombre de su agencia no va a parecer en las fotos y como soy el encargado de la publicidad de la revista, no pienso hacer ninguna publicidad que mencione su agencia.— expuso el joven.
Maicol protestó con rapidez.— No me parece justo, ¿dónde quedamos nosotros?
— Maicol, no puedo obligar a Eykel, tú decides si quieres que la modelo trabaje con nosotros.— dijo el señor.
Maicol reflexionó unos minutos, pensó en el futuro de Sorimar. Tenía la oportunidad de ser la modelo principal de la revista más importante del momento. Iba a ser reconocida en el mundo del modelaje y él quería lo mejor para su prometida.
— Lo voy a hacer por ella.— expresó con cierto disgusto.
— Perfecto, entonces tenemos un trato. Esa modelo es espectacular, hemos visto algunos de sus trabajos y nos parece excelente, a pasar de ser nueva en la industria.— habló en señor, complacido.
— No voy a estar en las sesiones de fotos con ella, pero voy a estar pendiente de todo. Tengo que cuidarla de personas como este, por su culpa mi hermana no está con nosotros.