Alexandra nuestra protagonista tenía una vida tranquila al lado de su hermana y su mamá, pero el dia de la graduación de su hermana aparece después de tanto tiempo el ex novio de su ex mejor amiga, con una noticia inesperada, diciendole que su ex mejor amiga estaba desaparecida, esté le pide que le ayude a buscarla, pero lo que ella no sabe es que él guarda un secreto detrás.
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CAPÍTULO 22: BESO INDIRECTO
Mis ojos se quedaron fijos a aquellos ojos color miel que me miraban atónitos. El impacto del choque nos dejó en el piso uno al lado del otro, pero recordando el porqué huía me levanté como pude y volví a correr, pero Richard se levantó rápidamente, me siguió y me detuvo.
—¿Qué te sucede? —preguntó, preocupado—. ¿Por qué corres?.
—Ay, eso no te importa, suéltame —respondí, mi voz agitada.
—No —dijo, su tono fuerte—. Hasta que respondas.
Con un movimiento brusco me solté del agarre de Richard y salí corriendo. Mire hacia atrás y me di cuenta de que Noah alcanzó a verme, pero se detuvo en frente de Richard. Mis escoltas también venían detrás de mí, no me detuve hasta llegar al segundo pisó y entrar a una heladería. Estaba cansada. En estos momentos odio a mi padre por meterme esas ideas en la cabeza. Tal vez correr no fue una buena idea, pero le temí a sus palabras de inmediato.
Una empleada del lugar me entrego amablemente una carta, pero decidí pedir una malteada de chocolate. Recuperaré esas cuántas calorías que perdidas. Noté que mis escoltas estaban parados firmemente cerca a las barandillas del pasillo, observando dentro de la heladería, obvio, yo soy su responsabilidad.
La comodidad no duro mucho. No podía creer lo que veían mis ojos. Ahí, justo en la entrada estaban ellos, parecían haber reconocido a mis escoltas porque entraron a la heladería mirando para todos lados. Mi reacción fue deslizarme en el asiento tomar la carta y sostenerla para tapar mi rostro. Los veía con sigilo por encima de la carta, pero justo en ese momento se acercó la empleada para avisarme que ya estaba lista mi malteada, no pude evitar agradecer y eso fue suficiente para llamar su atención y hacer que se acercarán a la mesa.
—Genial —exclamó Noah—. Que bueno que estás aquí.
Richard movió un asiento y se sento, luego me miro fijamente.
—Estaba ansiosa por una malteada —pronuncié, nerviosa—. Ustedes ¿por qué están juntos?.
—Estábamos buscándote —respondió Noah, mientras se sentaba en uno de los asientos frente a mí—. Dime ¿fuiste atleta en tu colegio?
No respondí y preferí tomar por el pitillo un poco de malteada y al terminar Richard me la arrebato para sorber un poco del mismo pitillo. Mis ojos bien abiertos ante su descaro, y la expresión solemne en su rostro de chico malo me dejaron solo con poder pronunciar una palabra.
—Oye —le dije, disgustada.
—Eso fue un beso indirecto —dijo, con una sonrisa socarrona—. ¿No lo crees?
Me quedé perpleja ante su acción, apreté mis labios y lo miré fijamente ¿qué rayos estaba pasando? ¿Qué acaso ahora ellos estaban confabulados contra mí?. Noah le dedicó una mirada de desaprobación, frunciendo levemente el ceño.
—Oye ¿ahora me copias? —le dijo Noah—. Por qué estás haciéndolo muy bien.
—No lo hice —refuto, Richard—. Puedo hacerlo mejor que tú.
Richard me miro para dedicarme una sonrisa de picardía a lo que no pude evitar sentir un sobresalto.
—¿Qué se traen ustedes? —pregunté—. Pensé que no se llevaban bien.
—Así es —respondió Richard, su voz firme—. Pero encontrarte estaba antes que nuestro problema.
—¿Qué? —solté—. ¿por qué o que?
—Saliste corriendo como loca —señaló Noah—. ¿Fue por lo que te dije?
Mis nervios aumentaron frente a aquella pregunta. No supe qué responder.
—Si es por eso —dijo—, no te preocupes, era una pequeña broma.
—¿Qué le dijiste? —le preguntó Richard.
Noah lo miró, pero luego decidió ignorarlo.
—¿Qué te dijo? —insistió, pero esta vez me preguntó a mi.
—Nada —le respondí, y arrastre la malteada hacia mí para beber un poco.
—Entonces ¿lo prefieres a él y no a mí? —expresó Noah, su voz seductora—. Acabas de romper mi corazón.
—¿De qué rayos hablas? —lo miré, mi expresión seria.
Noah soltó una risa burlona, mientras mis ojos se posaron en Richard quien tenía una leve sonrisa en su rostro, mientras me miraba.
—Ese fue el beso más indirecto que me han dedicado —pronunció.
Observé detenidamente el pitillo de la malteada para luego mirar sus caras y de inmediato me di cuenta de lo que estaban hablando. Estos dos se estaban burlando de mí.
—Déjenme —dije, mi voz susurrante.
—¿Qué? —preguntó Noah—. ¿Escuchaste lo que dijo? —le preguntó a Richard.
—Oye —dijo Richard, levantándose de su asiento—. Creo que deberíamos dejarla, ya vimos que está bien.
Noah lo ignoró y movió la silla para estar más cerca de mí.
—Oye —me dijo al oído, su voz susurrante y seductora—. ¿Te gusto yo o te gusta Richard?
Mis ojos se abrieron de par en par y de un empujón lo alejé de inmediato
—Ya basta —dije, muy enojada—. Váyanse los dos ahora.
Noah se sorprendió ante mi fuerte reacción, mientras que Richard tenía una expresión diferente; tenía una mirada serena, pero su sonrisa de picardía pasaba lentamente a ser una maliciosa.
—¿Te estás riendo psicópata? —le dijo Noah, y su expresión se tornó sería de repente.
De pronto, Richard sacó de su bolsillo un celular, de hecho uno muy conocido, de repente me di cuenta de que era el celular de Noah que había perdido.
—Oye, ese es... —dije.
—Sí, este es —me interrumpió—. Sinceramente, lo tomé sin que te dieras cuenta, no quería que siguieras comunicándote con este idiota, pero ya tienes celular.
Noah y yo nos miramos asombrados y luego volvimos nuestra mirada a Richard, casi al mismo tiempo.
—¿Qué? —dije.
—¿Qué? —dijo Noah, poco después de mí—. ¿Así que por eso Alexandra no respondía mis mensajes? —pronunció, y apretó el espacio entre las cejas.
—Sí, asi es —respondió Richard, su voz firme.
—Ay, no te soporto —exclamó Noah, su voz grave se escucho frustrada—. Hoy he tenido un día difícil.
Entonces Noah se levanto de su asiento y su mirada se tornó seria, su expresión fulminante hacia Richard se volvio intensa. Me sentí en medio de un tornado de nuevo, cada vez que ellos dos se encuentran todo se va al carajo ¿me pregunto que pasará si me quedó en la mitad de su discusión?.
—Vamos a otro lado. No te gustaría hacer un escándalo aqui ¿verdad? —le dijo Richard, su mirada igualmente seria y fulminante le daba más gravedad a la situación.
—Claro ¿por qué no? —respondió Noah, su mirada de picardía salió a relucir.
Richard se levanto de la silla y camino hacia la salida. Pronto, me fije en su forma de caminar, su postura erguida, pasos suaves y elegantes, manos pegadas a su cuerpo dentro de los bolsillos de su pantalón, su mirada al frente. Realmente parece un modelo de revista. Sí creo que tiene estilo, de hecho tendría mucho éxito si perteneciese a una agencia.
—¿Te gusta él? —dijo Noah, sacandome de mis pensamientos.
—Deja de decir tonterías —le respondí y con un suave movimiento se acercó a mi.
—Espero que me elijas a mi —pronunció, su voz suave y susurrante.
Al final me dedicó una amplía sonrisa y salió para alcanzar a Richard. ¿Y yo? Esta claro que no me voy a quedar aquí, voy a seguirlos, porque esta vez no voy a perderme la oportunidad de ver a dos chicos guapos pelear. Me apresure a ir a la caja y pagar la malteada que no terminé por culpa de la tensión entre esos dos, rápidamente salí corriendo del lugar y empecé a seguirlos.
Continuará...
Por cierto, escribe muy bien.