_Princesa, llegó la hora de que vuelvas a tu hogar, es allí en dónde me encargaré de mostrarte la verdad.
_Eras tú el que estabas ese día allí. Jamás podría olvidarlo. No olvidaría jamás la voz del sujeto que juró quitarme la vida.
Me llamo Alice o al menos así me conocen los mundanos y mi historia no es cómo la de cualquier otra chica, un misterioso secreto y una terrible promesa me llevarán a desenterrar los secretos escondidos de mi verdadera sangre. Los oscuros deseos, la codicia, la ira y la pasión serán los encargados de llevarme por el camino de mi verdadera identidad.
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Capitulo 21: 13 Meses después del baile de Máscaras.
En algún lugar de la tierra: En el Instituto De Historia, Arte y Poesía.
Puedo oír los gritos de las doncellas mientras eran arrastradas hacia la gran puerta y el ensordecedor grito de los que creíamos eran los más fuertes. La sangre manchando las paredes, las cortinas desgarradas, las grandes ventanas destruidas. Las armas que se usaban para protegerse y protegernos fueron inútiles, nisiquiera nuestro poder fue capaz de hacerle frente al terrible mal que nos acechó.
Leyendas, historias o rumores, ¿Qué es peor?. Por lo poco que sé. Las leyendas: relatos que van de boca en boca a través de los años y conforme avanza el tiempo se van alterando, casi siempre cambiando cosas y omitiendo algunas que otras verdades. Las historias: muchas nacen de una mentira o de una gran imaginación, pero cuándo hay verdad es difícil de creer. Los rumores: esos son de lo peor, uno nunca sabe en dónde nace y el propósito principal por el cuál fue creado, aunque mayormente sólo hacen daño. Y a veces aunque hayan logrado su cometido sigue afectando y destruyendo a las personas, es semejante a un virus. Empieza por los los más débiles, así hasta llegar a los más fuertes y poderosos.
Lo que había empezado como una una historia de miedo nacida de una vieja y casi olvidada leyenda se hizo realidad. Esa noche…
_A veces me pregunto de dónde sacas esas asombrosas historias y luego me respondo, de su alocada imaginación. Serías una excelente escritora. Bueno ya lo eres, pero si escribes con respecto a estos temas.
_Una imaginación que adoras ¿verdad? -sonrio y agacho la cabeza- solo escribo porqué a tí te gusta, a mí me da igual. Sólo me sirve para… desahogarme.
Conocí a Saúl hace aproximadamente cinco meses y desde entonces se ha vuelto un excelente compañero a pesar de estar en último año en el Instituto, jamás se aparta de mí y a veces se vuelve algo molesto pero es tolerable. Lo conocí en una fiesta de disfraces que se da un mes después del inicio de clases. Cuándo lo conocí creí que era un idiota como a los que ya habia visto pero me equivoqué, este idiota era distinto, era respetuoso e incluso amable. Él es el único que se había acercado con intenciones de ayudar y por lo que noté, con ganas de tener una verdadera amistad. A veces creo que le di lástima y no era para menos, el estado en el que me encontró aquel día no era de los mejores; estaba cubierta de lodo y tequila, yo no bebo pero a alguien le pareció divertido empujarme afuera de la casa en dónde se hacia la fiesta y arrojarme tequila encima. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer, me ofreció su ayuda y desde entonces su amistad. Para alguien como yo que no tenía absolutamente a nadie, su presencia en mi vida la hacía menos solitaria. Él es estudiante de Historia y es quién me ha apoyado e impulsado a escribir lo que al principio sólo contaba como simples cuentos tontos.
Al principio no quería escribir por temor a parecer rara. Pero eso fue lo que pareció llamarle más la atención, mi extraña manera de ser y el misterio de mi pasado, lo envolvieron e incluso cree poder averiguar lo que me sucedió. Me negué ya que no se que tipo de peligros conlleva conocer mi pasado. Lo único que sé ahora es que desde que desperté aquel día no he dejado de tener sueños y flashback de cosas que juraría que sería imposible que pasaran. A veces creo que son productos de algún tipo de trauma.
Por lo tanto decidí escribir todo lo veo y sueño, sobre todo lo que sueño. Me encantaría poder decirle a Saúl que esas historias que escucha y lee de mí son productos de mis sueños, pero creo que solo lo alejaría y no permitiré que eso pase.
_Jamás agaches la cabeza, tienes un gran talento Alice y debes compartirlo con el mundo
_Claro Saúl, cómo si eso fuera fácil. Lo único que puedo hacer es dejar mis historias para contarlas de vieja y que todos me vean de loca, porque quién escuche mis relatos creerá que estoy media mal del coco y…
_Y, y que no te importe lo que los demás piensen de ti hermosa, tienes talento algo de lo que carecen muchos de los niñitos mimados estos que viven en el Instituto. Así que hazme el favor y comienza a publicar que de lo contrario empezaré a hacerlo yo.
_Eres un ángel, siempre sabes que decir. Pero por el momento yo paso, aún no me siento lista.
_Sabes algo, tú me recuerdas mucho a mi hermanita Mahía. Aún que a diferencia de ti ella si intentaba publicar sus historias, sus alocadas y entretenidas historia.
_Hablas cómo si ya no estuviera contigo ¿o me equivoco?
_Estas en lo correcto.
_¿Que es lo que pasó?, claro si es que se puede saber.
_Se tomó sus historias demasiado a pecho y creyó ser alguien que no era, creía que sus relatos…-agacha la cabeza- ella era la única familia que me quedaba, era mi mundo y…
_Esta bien, no tienes que seguir Saúl. Sé lo que se siente perder a alguien, yo aunque no pueda recordar bien cómo pasó, aún recuerdo lo que sentí al perder a mi madre -no puedo evitar derramar lágrimas- así que sí amigo, se lo que se siente.
_Descuida, hablar contigo me relaja Alice y hacia tanto que no hablaba de mi Mahía. Ella tendría tu misma edad ahora -me regala una media sonrisa- es la primera vez que logro recordarla sin derramar una lágrima.
_Entonces dime un poco más. Y creo que hay algo que no entendí
_¿Dime que es? -su rostro mostraba curiosidad-
_Dijiste que se creyó sus propias historias, ¿cómo así?
_Tú eres una gran escritora, con una mente fuerte y brillante. Mi hermana también lo era, con la excepción de que no poseía una fuerza mental destacable por así decirlo.
_Pero si yo no soy eso que dices Saúl, apenas si escribo para tí -le miro y siento mis mejillas rojas- y que es eso de que ella no tenía ¿fuerza mental?
_Cuando tú creas esas historias lo haces gracias a tu imaginación y escribir es algo que te ha llevado adelante. Sé que es tu forma de desahogarte Alice
_Asi es, pero sigo sin entender lo de Mahía.
_Ella comenzó a escribir cuándo tenía 13 años, un tiempo después de un accidente que tuvo…
_¿Accidente? ¿Que clase de accidente?, pobre niña
_Una fractura de pierna, eso la llevó a estar mucho tiempo en casa y bueno se aburría.
_Entiendo…
_Ella era una excelente alumna ¿Sabes?, mi madre la adoraba y no era para menos ya que era su única niña. Jamás enfermaba, siempre estaba feliz y llena de vida. Pero todo cambió el día en que cumplió 16 años.
_Lo siento, si quieres puedes detenerte. -sus manos estaban temblorosas y sus ojos llenos de lágrimas
_No, necesito desahogarme y además tú preguntaste -el me mira y vuelve a bajar la mirada-
_Recuerdo que había llegado un día antes de su cumpleaños, jamás me lo perdía. El día en que cumplió 16 años se negó a faltar a clases, dijo que el cumplir un año más no era razón para faltar y así decidió irse. Le dije a mi madre que yo la llevaría ese día y así fué, tome las llaves del auto y nos fuimos. Estuvo en silencio todo el camino, por lo que decidí sacarle conversación.