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Guardian Deluxe

Guardian Deluxe

Status: En proceso
Genre:Romance / Aventura / Intrigante / Madre por contrato / Venganza de la protagonista / Supersistema
Popularitas:251
Nilai: 5
nombre de autor: John Ander Giraldo

En un mundo dominado por entidades poderosas, los humanos se han refugiado en colonias protegidas por los Guardianes Deluxe, seres dedicados a defender el imperio y luchar contra la vil tiranía. En una colonia particular, la princesa Meily busca expandir su reinado y mejorar sus tierras, luchando personalmente en el campo de batalla. Su ansiedad se disipa momentáneamente cuando un día encuentra a dos Guardianes Deluxe que cambiarán su vida para siempre.

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Meta

Aka y Meily cayeron sin más, impulsados por la gravedad. Meily trató de equilibrar la tabla, pero se le hacía difícil debido a que su Guardian Deluxe tenía la mirada perdida tras el sacrificio de Kate.

—¡Aka, reacciona! —exclamó Shadow, alertando a Aka y tomando el control de la corteza. Logró enderezarse y ambos fueron cuesta abajo. Finalmente, antes de caer por el barranco, Aka tomó a Meily y, con toda la fuerza que le quedaba, saltó con ella. Los dos jóvenes lograron aterrizar en tierra firme y siguieron su rumbo apresuradamente. Aunque Aka deseaba con todo su corazón mirar hacia atrás, no pudo; esta fue la voluntad que Kate le ofreció.

Las horas pasaban y el silencio dominaba la capital de Fénix. Únicamente permanecían despiertos aquellos que esperaban a sus dos seres queridos. Finalmente, el amanecer comenzó a resurgir y la barrera se desvaneció estrepitosamente. Markel fue el primero en salir a esperar en la entrada, seguido por sus fieles camaradas.

—¡Hey, miren allí! —exclamó Alex, notando cómo la maleza se movía. Todos se pusieron en guardia ante cualquier posible amenaza hostil. Esa expresión de enojo duró poco; el corazón de todos se agitó de emoción.

—¡Meily, Aka! —gritaron alegres. Aka, muy desgastado y malherido, cargaba a su camarada en su espalda, desmayada, además de arrastrar en su pié izquierdo la mandíbula de un lobo, cosa que dejó atento al resto al no estar acostumbrados a ver animales corrientes. Aka no podía más y cayó, agotado por todo el esfuerzo de la noche. Con una mirada cálida, pudo ver por última vez antes de perder el conocimiento a su hermano, que se dirigía a socorrerlo a toda velocidad.

Pasaron las horas desde la llegada de ambos. El profesor, junto a los demás, les brindaban tratamiento médico lo más pronto posible a Meily y Aka. Este último parecía estar en un estado de cansancio total.

En un camino tan oscuro, donde no había más que oscuridad, yacía Aka de pie sin saber a dónde mirar. Perdido en la soledad y la preocupación, se dispuso a gritar esperando escuchar una voz. De pronto, una persona apareció a sus espaldas. Cuando Aka la miró, se dio cuenta de que su presencia era cercana pero leve.

—Kate... —pensó Aka, deduciendo que era ella. Lucía idéntica, pero su mirada no se veía, aunque se acercara. Con una sonrisa cálida, ella elevó su mano a la altura de su rostro, señalando un saludo. No... Aka lo entendió; se estaba despidiendo. Aka trató de acercarse a ella y tomar su mano, pero antes de poder alcanzar su cálida palma, se despertó estrepitosamente.

Aka despertó después de haber estado 7 horas en cama. Lo primero que vio fue a su hermano, que estaba pensativo a su lado en una silla.

—Markel... —pronunció Aka al verlo, llamando la atención de Markel. Ambos hermanos se abrazaron fuertemente al reencontrarse.

—Qué alivio que te encuentres bien, hermano —exclamó Markel, feliz, mientras ayudaba a Aka a levantarse. Aún estaba herido por haber luchado sin parar. Ambos recorrieron el área de descanso en busca de los demás. Al ver a Aka, todos se emocionaron y le dieron la bienvenida.

—De verdad lograste volver, señor Aka, eres increíble —exclamó Ane, feliz.

—Has superado mis expectativas, líder. Sin duda tienes mi respeto —mencionó Alex.

—No pensé que vivirías. Realmente, Clayton no mentía cuando me narraba cómo eras con ellos —mencionó Daniela. Estas palabras sonrojaron a Aka, apenándolo.

—Gracias, chicos. De verdad, me alegra también haberlo logrado. He comprendido lo terroríficos que pueden ser los Vorus en la noche, y más estando solo —exclamó Aka, dirigiéndose a los demás. En eso, vio a Meily, que aún estaba inconsciente en la cama.

—¿Cómo se encuentra ella? —preguntó con preocupación.

—Está estable. Por suerte, sus heridas no son graves, pero tendrá algunas marcas —exclamó Yeico seriamente. —Aka, quiero que sepas que esto ha sido por tu culpa. Si hubieras acabado con esa paladina, nada de esto habría pasado —estas palabras hicieron que Aka agachara la cabeza. Su mirada residía en su brazo derecho, aún con el lazo de Kate cubriendo su cicatriz.

—No seas tan duro con él; apenas acaba de levantarse —mencionó Markel.

—Mi hermana no es una super humana como ustedes —exclamó Yeico, provocando una incomodidad notable en el ambiente. Markel continuó defendiendo a Aka como pudo y este último decidió irse en silencio para tomar un respiro. Mientras caminaba por el pasillo, a su mente vinieron recuerdos de lo ocurrido en la noche, recuerdos de todo lo que tuvo que luchar, correr y aguantar sin detenerse. Pero, principalmente, venían recuerdos de los momentos que pasó con Kate. La respiración de Aka se intensificaba más y más, poco a poco comenzaba a sudar. Sentía que quería explotar en ese momento, pero no sabía cómo asimilar todo lo ocurrido, tantas emociones y sentimientos. Finalmente, logró volver a la realidad al percatarse de que estaba junto a la cocina. Adentro escuchó la voz de una mujer trabajando. Al entrar, se percató de que era la cocinera a la que Kate había suplantado su identidad. Ella se percató de Aka y fue hacia él.

—Señor Guardian Deluxe, me alegra que ya se haya despertado —exclamó sonriente la mujer. Ella se percató de las vendas y heridas que Aka tenía, pero notó que aquella sonrisa del día anterior no se encontraba en él; parecía confundido, agotado y frustrado.

—No estoy segura de que sea buen momento, pero encontré un pastel de carne medio hecho. Estaba frío, así que lo volví a calentar y justo usted pasaba, así que pensé que le gustaría comer un poco —exclamó la chica, mostrando el pastel de carne y asombrando a Aka. Sin decir nada, tomó un poco del pastel de carne con su mano derecha y lo probó. Tras probar su sabor, ahora con más ánimo, siguió comiendo el pastel de carne.

—¿Te gustó mucho, ¿verdad? —exclamó la chica, dejando escapar una sonrisa tierna. —Quien sea que lo haya preparado, seguramente lo hizo con mucho cariño —mencionó la chica, pero luego observó cómo Aka lloraba desconsoladamente mientras no paraba de comer.

—¿Se encuentra bien? —preguntó la chica, pero Aka no respondía nada. Cayó arrodillado, dejando caer lo que quedaba del pastel de carne, llorando aún más. La chica se dirigió a socorrerlo.

—Kate...—la desgarradora voz de Aka solo pudo pronunciar el nombre de la mujer que le hizo vivir una de las experiencias más maravillosas e insólitas de su vida. Recordando aquel beso en la fría noche, Aka sintió cómo su corazón se rompía en mil pedazos. Markel llegó y, al ver lo ocurrido, solo pudo abrazar fuertemente a su hermano, incrementando la presión con más fuerza.

—Perdóname, hermano, te prometo que no volveré a dejarte solo otra vez—estas palabras provocaron que Markel también derramara lágrimas de culpa por lo ocurrido.

Tras unas horas, Meily finalmente despertó. Todos se mostraron felices por ella.

—Al fin despertaste—exclamó Iris al acercarse a la sala.

—Es bueno estar de nuevo aquí, realmente pensé que no lo lograría—respondió Meily con felicidad. Ella se percató de Aka y le hizo una pregunta que dejó a todos en silencio.

—Oye Aka, ¿Qué ocurrió al final con Kate? —preguntó Meily. Tras un breve momento, Aka agachó la cabeza en silencio, reflejando su pérdida.

—Entiendo... Lo siento mucho—respondió Meily.

—No es momento de sentir pena por una paladina, tenemos una visita importante—mencionó Iris, que estaba presente.

A las afueras del palacio, las personas estaban conmocionadas por la presencia de un individuo. Toffie había llegado a la capital de Fénix. Después de un rato, finalmente llegó donde se encontraban Meily y los demás.

—Es él—pensó Markel, reconociendo la presencia de Toffie, quien se acercó a los demás, hizo una reverencia a Iris y le preguntó por la salud de Meily.

—Ella se encuentra malherida, necesita descansar por un tiempo—exclamó Iris mientras sostenía la mano de su hija quien permanecía en silencio

—Comprendo la situación. ¿Dónde se encuentra Aka? —preguntó Toffie con naturalidad. Iris señaló a Aka, y Toffie se dirigió a él con su expresión habitual. Ante el asombro de todos, Toffie le dio un fuerte golpe en el abdomen a Aka. Este se vio afectado por el ataque sorpresivo de Toffie, y cuando se dio cuenta, había sido golpeado nuevamente y arrojado contra la pared.

—¿¡Qué crees que haces!?—gritó Markel para socorrer a su hermano, pero Iris le pidió que no se moviera. Era un castigo adecuado por su imprudencia al permitir que raptaran a Meily. A pesar de ello, Markel se abalanzó hacia Toffie, quien, con un movimiento, desapareció de su vista y se posicionó detrás de él.

—Es rápido—pensó Markel ante su movimiento, pero Toffie no le dio tiempo de procesar la situación. Con su brazo, sometió a Markel del cuello, empujándolo contra Aka y contra la pared. Ambos hermanos quedaron inmovilizados por la fuerza de Toffie, que los superaba con facilidad.

—Es momento de que comprendan que sus acciones traen consecuencias—exclamó Toffie con seriedad—. Pueden elegir ser buenos, pueden elegir ser malos, pueden elegir perdonar o matar, luchar o no pelear, pero su mera existencia es una consecuencia contra la vida, por más que la nieguen. Los príncipes son lo más sagrado.

—Toffie, ya es suficiente, suéltalos—exclamó Iris. Ante esta orden, Toffie se apartó, dejando a los hermanos caídos. Markel se levantó y ayudó a su hermano a levantarse, quien jadeaba por el dolor. En ese momento, Toffie se posicionó frente a ellos y le extendió la mano a Aka.

—Lamento lo ocurrido, pero espero que entiendas por qué lo hice—dijo Toffie. Aka pensó por un momento y apretó la mano de Toffie en señal de afirmación.

—Sí, eso creo—mencionó Aka.

—También quiero darte las gracias por rescatar a la sustituta monarca Meily. Puede parecer poco para ti, pero has hecho algo increíble—el elogio de Toffie repugnó a Markel. Toffie notó esto, pero no le dio importancia.

—Bien, tomen asiento, hay que discutir algo importante—exclamó Toffie mientras se dirigía a tomar una silla, y los demás lo rodearon.

—Algunos paladines localizaron la capital de Cobra. A duras penas lograron defenderse, pero los paladines escaparon. Astutamente logramos incrustar un localizador en uno de los paladines y descubrimos su ubicación—exclamó Toffie, dejando asombrados a los demás.

—Eso quiere decir que debemos darnos prisa y acabar con ellos—exclamó Ane. Toffie asintió, pero complementó su información con algo más.

—No solo eso. En las profundidades del océano se encuentra la guarida de una calamidad. No tengo clara su ubicación exacta, pero está cerca. Al acercarme, sentí un alma oscura, tan perversa y atroz como la de una calamidad. Era claro que estaba cerca, pero no la vi por ningún lado. Los dos soldados que me acompañaron en el barco cayeron desmayados por la presión, tuve que dar marcha atrás—Toffie describió la información de manera clara y concisa, aunque quedaba una cuestión.

—Si vas tú junto con varios compañeros, podríamos tener una oportunidad de acabar con otra calamidad, pero Toffie, los Guardians Deluxe de la nueva generación aún son muy jóvenes. Los actuales son los únicos aptos, y aun así no tendrían oportunidad contra una calamidad—exclamó Iris, a lo que Toffie asintió, adoptando una postura analítica.

—Monarca Iris, ¿qué procede que hagamos? —preguntó Toffie, esperando una respuesta. Iris tosió por un momento, analizó la situación y, después de varios minutos, llegó a una conclusión.

—Necesitamos que marches con dos equipos de Guardianes Deluxe, pero ¿han pasado años desde que te llevaste un equipo, cierto? —preguntó Iris.

—Exactamente. No sé cuál es el rendimiento que los Guardians Deluxe tienen en estos momentos, pero por lo que he visto, no son muy hábiles—exclamó Toffie.

—En ese caso hagamos una Selección Royale—exclamó Iris, sorprendiendo a todos menos a Aka, Markel y Daniela.

—¿Qué es eso? —preguntó Daniela.

—Es una competición en la que varios Guardians Deluxe de las capitales compiten en una arena enorme. El coliseo de la capital León es ideal. Seleccionaremos solo cinco capitales para esto. Los que consideremos aptos sin duda competirán—la monarca Iris se levantó con prudencia—. Trataremos de llevar a cabo la competencia en una semana.

—Muy bien, siendo así, me retiro. Me dirigiré a la capital Cobra para verificar cómo se encuentran—exclamó Toffie mientras se retiraba. De pronto, Aka y Markel se abalanzaron contra él sorpresivamente. Ambos intentaron golpearlo, pero Toffie solo alzó sus dos manos frente a los golpes para detener el impacto. Se percató del lazo en el brazo de Aka, que no había notado antes.

—¿Qué creen que están haciendo? —exclamó Toffie

—Vengándonos— dijo Markel, en eso saltó y trató de patearlo. Toffie se agachó, evitando el ataque, y contraatacó con una fuerte patada en el estómago de Aka, apartándolo lejos.

—Realmente tienes que aprender a evitar que te golpeen justo allí—exclamó Toffie mientras soltaba a Markel.

—¿Qué es ese lazo en tu muñeca? —preguntó Toffie con curiosidad.

—Es un regalo de alguien. Es para equilibrar mi poder de alma que se desborda por mi brazo y así poder usarlo sin consecuencias—explicó Aka.

—Úsalo ahora—respondió Toffie con seguridad—. ¿O necesitas de tu sombra para poder usarlo?

—¿Tú sabes de él? —preguntó Aka asombrado.

—Puedo sentir cómo tu alma se vuelve pesada y oscura, pero luego vuelve a la normalidad. El flujo es tan denso que parecen dos ciclones diferentes. Además, la calamidad llamada Ronan era similar, pero su alma era exageradamente fatigante; quería vomitar—mencionó Toffie. Aka comprendió y reveló a Shadow ante Toffie.

—Eso explica cómo pudiste soportar una noche entera en aquella guarida. Aunque ese Shadow es tu perdición, y lo sabes, ¿no es así? —exclamó Toffie, a lo que Aka asintió. Shadow permaneció en silencio, analizando a Toffie. Los demás presentes esperaron.

—¿Y bien? ¿Puedes o no puedes usar tu habilidad? —preguntó Toffie impaciente. Aka respiró y se concentró para liberar su jabalina. El lazo se volvió azul, asombrando a los presentes, pero el brillo del lazo disminuyó y Aka cayó de rodillas exhausto.

—Como lo suponía, no eres capaz de lograrlo por tu cuenta—exclamó Toffie con decepción.

—Pero Shadow es capaz de lograrlo—mencionó Aka, empeorando aún más la decepción de Toffie.

—Tu Shadow podrá hacerlo forzando las limitaciones de tu ser y de tu alma, dañando tu salud en el proceso. Si no eres capaz de adaptar tu propia habilidad a tu ser, no avanzarás ni crecerás por ti mismo—le respondió Toffie, bajando los ánimos de Aka.

—¿Por qué hablas como si me conocieras o supieras mis limitaciones? —exclamó Aka con enojo.

—Porque conozco mejor a mi propia raza que ellos mismos. Sé de tus capacidades, de tus limitaciones y del potencial reprimido que tienes, Aka—replicó Toffie mientras caminaba hacia Aka y se agachaba para estar a su nivel. —Te daré una semana para que consigas hacer que ese poder de alma sea tuyo y no de tu sombra. Si no lo logras, la capital de Fénix no participará en la Selección Royale—las duras palabras de Toffie generaron preocupación en todos los presentes y en Aka. Iris quiso hablar, pero no pudo, sabiendo la razón detrás de la dura decisión.

—¿Y por qué solo yo? —preguntó Aka preocupado.

—Si el líder no es capaz de demostrar su valor, ¿cómo esperas que su equipo supere a sí mismo? ¿Estás de acuerdo conmigo, princesa Iris? —exclamó Toffie. Iris, con los ojos cerrados, asintió con la cabeza en señal de acuerdo. Los demás mostraron su descontento con la dura decisión.

—Cuando termine la semana volveré. Si no lo has conseguido, ni te molestes en recibirme—con estas palabras, Toffie se alejó, dejando a Aka arrodillado con una inmensa preocupación reflejada en su rostro.

—Toffie...—exclamó Shadow deteniendo los pasos de Toffie, pero este no se volvió—. Te destruiré—dijo Shadow. Toffie, al escuchar esas palabras, continuó su camino y finalmente salió del palacio.

Ane ayudó a Aka a levantarse, mientras Iris se acercaba para comunicarle algo importante. En ese instante todos se dieron cuenta de que Meily yacia inconsciente nuevamente en la cama, al parecer no se había recuperado totalmente preocupando al resto.

—Por el bienestar de mi hija, preferiría que no participaran, pero sé que eso no va contigo. Veamos de qué estás hecho, Aka—exclamó Iris, retirándose de la sala. El día pasó y todos decidieron descansar, aunque nadie pudo dormir bien esa noche. Escondida en un rincón del palacio, alguien conversaba por un comunicador.

—¿Logró sobrevivir? Nada mal. Quizás por fin esta guerra pueda tomar un giro que sacuda esta tierra. Lo siguiente que debemos lograr es eliminar una calamidad y obtener su esencia. Sigue así, Daniela—exclamó Clayton, finalizando la comunicación con Daniela, quien, al concluir la conversación, se levantó con precaución y se dirigió a su habitación con los demás.

Tras una comunicación general con las demás capitales, se acordó que la Selección Royale se realizaría en 9 días. A los 8 días se decidirán las 4 capitales que participarán. Un día había pasado y Aka no había logrado dominar su habilidad de alma, por lo que recurrió a su hermano para obtener algún indicio sobre cómo liberarla.

—Mi habilidad de alma son los cortes divinos. Usando la guadaña, realizo un corte dejándolo suspendido en el aire y, al golpearlo hacia donde deseo, se dirigen a gran velocidad con mucha potencia—explicó Markel. —Si te soy sincero, me costó al principio porque no era capaz de dejar fluir mi energía a voluntad, pero ahora...—explicó Markel, moviendo sus brazos y simulando un corte divino. Para sorpresa de Aka, realizó un corte divino con su mano, aunque con menor brillo. —Puedo usarlo sin la necesidad de mi guadaña, aunque no hace más que rasguños, ya que suelo usar armas—añadió Markel. Aka tomó en cuenta estas palabras y trató de canalizar su energía, pero no lo consiguió.

—Descuida, hermano, sé que lo lograrás. Creo en ti—le dijo Markel, dándole un abrazo.

Aka entrenó durante todo el día, pero no tuvo éxito.

Quedaban 7 días.

Aka se encontraba defendiendo la capital de dos Vorus aéreos que acechaban a las personas. Observó cómo Alex, con su bola de fuego, atravesaba a un Voru, dándole una muerte inmediata.

—Alex, necesito tu ayuda. ¿Cómo logras usar tu habilidad de alma? —preguntó Aka.

—Sencillo, líder. Mi alma es tan ardiente que es capaz de incinerar a cualquiera que entre en contacto con ella. En mí reside una pasión por la pelota tan enorme que, en mi mente, materialicé el balón en mis pies—explicó Alex, señalando su pecho con el dedo pulgar y sonriendo—. Mi corazón late con fuerza indicando que está listo para jugar y las llamas rodean mi cuerpo hasta mis pies, formando un balón de fuego. ¿Sientes lo que hacer cuando tienes tu jabalina en tus manos, cierto? —preguntó Alex. Aka asintió. En ese momento, Daniela les gritó que dejaran de charlar y eliminaran al Voru. Ambos observaron cómo el Voru aéreo se dirigía hacia ellos. Alex señaló con una O una casa y una X al Voru, calculó la trayectoria y pateó el balón hacia la casa. Este rebota hacia el Voru, impactándolo justo en el pecho y poniendo fin a su vida.

—¿Y cuándo aprendiste a usar tu habilidad de alma? —preguntó Aka intrigado.

—Mi habilidad de alma la liberé días antes de salir de la guardería. Allí, cada uno de mis compañeros ya había liberado su habilidad, pero yo todavía no. Estaba más enfocado en jugar con el balón que teníamos. Un día, uno de ellos lo pateó tan fuerte que lo destruyó. Recuerdo sentirme muy enojado. Cerré mis ojos con mucha fuerza, deseaba tanto el balón que su figura en llamas penetró mi conciencia. Cuando volví a abrirlos, el balón estaba a mis pies. Tuve miedo y lo pateé con fuerza, destruyendo gran parte del lugar. Entonces supe que mi habilidad de alma había despertado—explicó Alex.

—Increíble, eso debió haber sido genial—exclamó Aka, pero Alex dijo que no fue así; hubiera preferido no haberla despertado todavía.

—Al despertarla, mis compañeros se alejaron de mí. Pensaron que era peligroso al crear una bola de fuego capaz de acabar con cualquiera. Además, al día siguiente, comenzamos a distribuirnos en distintas capitales, pero yo no pude pelear mucho en mis misiones, ya que, al crear un balón de fuego, me demoro aproximadamente 6 segundos. Un tiempo valioso que otro Guardián Deluxe de larga distancia usa para disparar en menor tiempo—explicó Alex, dándole tristeza a Aka.

—Pero tus balones de fuego son increíbles. Además, me encantan cuando rebotan y se hacen más grandes—mencionó Aka.

—Sí, bueno, ahora lo importante es que tu habilidad de alma surja pronto. Esfuérzate, líder—exclamó Alex mientras se retiraba, tratando de ocultar su rostro apenado después de que Aka lo elogió. Alex se dirigió al palacio, apenado y con una expresión preocupada.

Quedaban 6 días.

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Foquita Retrasada
¡Tu personaje principal es tan inspirador! Definitivamente recomendaré esta novela a mis amigos.
Shong: Te lo agradezco mucho 😊
total 1 replies
Erika Solis
Tu capacidad de crear un mundo tan fascinante y detallado es impresionante, ¡realmente tienes talento!
Shong: Muchas gracias 😊
total 1 replies
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