Desde que naci he sido alguien sin suerte en el amor, ya que todos a los que ame me abandonaron o les paso algun accidente, asi aue luego de que cumpli los 28 decidi se un soltero, cuando al fin habia conseguido un trabajo decente una niña se acerco a mi y me dijo:
-quieres ser mi mami?
en ese momento pense, <<que rayos, como puedo ser su madre si soy un hombre>>
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Enojo y vergüenza
Luego de tener las respuestas a mis preguntas regrese rápidamente a la mansión, intente ser lo menos sospecho posible cuando entre en la casa, cuando llegue, me di cuenta de que Hedone estaba llorando mientras golpeaba la puerta de mi habitación. Lo primero que hice fue abrir la puerta, abrazarla y preguntarle:
-mi niña, por que lloras?
Ella mientras lloraba me dijo:
-mami... Papá se cayo por las escaleras.
Yo con un tono de preocupación dije:
-como paso eso?
-el amigo de papi dice que él ha estado mal de salud últimamente y que esa es la causa.
-no te preocupes, por ahora ve a tu habitación, yo ire a ver como esta tu padre.
-cuando sepas como esta, me diras?
-si, te prometo que te lo dire.
-esta bien mami.
Hedone se fue mientras que yo fui a la habitación de Eros a buscarlo, en cuanto intente abrir la puerta, senti resistencia, asi que la empuje fuerte, pero aun asi no se abria, asi que grite.
-soy Felix, deseo ver a Eros.
Desde el interior escuche la voz de médico diciendo:
-él está teniendo una crisis, vete.
Am escuchar eso me angustie, ya que su actitid habia sido extraña ultimamente, asi que dije:
-que clase de crisis?
-eso no te importa.
Al momento en que iba a responderle al doctor escuche la voz de Eros que decia:
-vete, ya se lo que hiciste, todos me traicionan, los odio, los voy a matar a todos; tu, Potos y Psique, todos ustedes me la pagaran.
En cuanto escuche lo que dijo Eros supe de inmediato que el imbécil del doctor le había contado todo sobre mi escapada, así que lleno de ira di unos pasos hacia atrás y luego con toda mi fuerza corrí, choque contra la puerta y logre derribarla cayendo con ella al suelo, la verdad fue muy doloroso, pero ignore eso y me levante como sin nada, cegado por el enojo, di unos pasos y me acerque a la cama donde yacía Eros acostado, él en cuanto me vio, me miro con los ojos inyectados en sangre, parecía que en cualquier momento se levantaría de aquella cama para acabar conmigo, pero eso no me importo, yo me seguí acercando, me senté junto a él, toque su cabello, pero él volteó su cabeza hacia un lado para que yo no lo tocara, luego de eso puse mis manos sobre mis muslos, me senté derecho, di un respiro y dije:
-que te paso?
El sin siquiera mirarme y con un tono frio me respondio:
-nada
-no te creo, si estuvieras bien ya te habrias levantado de la cama y acabado conmigo.
El levanto una ceja y dijo:
-no me tientes.
-dime que te paso.
-me cai de las escaleras, pero estoy bien.
-porque no vas a un hospital?
-jajaja, ¿un hospital?, ¿a caso no sabes que soy un dios?, esta simple lesion se curara en un par de horas, asi que te sugiero que huyas ya que puedes.
-no huiré.
-ja, que hipócrita, vienes a mí diciendo que no huiras, pero hace un rato saliste de la mansión sin permiso y vas a encontrarte con esas personas.
-si, no lo niego, fui a buscar a quien dio a luz a Hedone, queria preguntarle por que habia regresado, además no entiendo por que deberia pedirte permiso.
-es verdad, no tienes por que pedir permiso, pero sabes, la verdad no me importa lo que hiciste, sal de mi habitación y...
Luego miro hacia la puerta y dijo:
-... llama a un medico.
Yo confundido dije:
-pero acaso tu medico personal no esta aqui, hablando de eso, no lo he escuchado.
-claro que no lo escuchas porque el pobre se desmayó, yace cerca a la entrada, ¿a caso no lo viste?
-no, no lo vi.
-ja, mejor vete, no te quiero ver.
-no me voy a ir, primero arreglare lo del doctor y luego continuamos.
-haz lo que se te de la gana, pero te recomiemdo que no estes en mi presencia cuando mis huesos rotos se curen, por que juro que no me contendre.
-no huire, soy muy capaz de darte pelea, ademas necesito hablar de algo contigo.
Me levante de la cama, revise al idiota chismoso del doctor y luego de cerciorarme de que estaba respirando llame a uno de los hombres de Eros y le dije:
-llevese al doctor y no vuelvan a menos de que escuchen golpes o gritos.
El hombre me miro de manera extraña pero luego de dirigir su mirada a Eros se fue, cuando ya no habia nadie mas que Eros y yo en esa habitación le dije:
-Eros, si hubiese una forma de deshacer el hechizo de la flecha, ¿usted accedería?
-ahora me hablas de manera formal.
-responda la pregunta.
-si, lo haría.
-¿lo haría ahora?
El enojado respondio:
-si con eso me deshago de alguien hipócrita como tú, si lo haría.
Al escucharlo sentí un dolor agudo en mi corazón, pero aun así me trague el dolor y dije:
-grandioso.
Luego de decir eso salí de la habitación, fui a la mía y agarre la poción, luego regrese, me acerque a él y le dije:
-toma la mitad de la posión y yo la otra mitad.
-estás hablando en serio?
-sí.
¿-y luego de eso el hechizo se va?
-no, debemos dormir juntos.
-bien, puedes acostarte a mi lado, pero no me patees, puede que me esté curando, pero aún duele.
-no me refiero a dormir, me refiero a...
¿-quieres que te tome?
-no quiero, pero es necesario para que funcione la poción.
-como puedes ver, estoy inmóvil a excepción de mi mano derecha.
-eso es suficiente, tú con esa mano funcional despierta a tu amiguito y luego yo me encargaré del resto, además creo que es mejor que estés inmóvil.
-¿a caso sabes como hacerlo?, ¿a caso alguna vez tenido sexo con hombres?
- no, pero he escuchado lo que han dicho algunas personas en los trabajos que tuve.
-tengo otra pregunta.
-si?
¿-eres virgen?
-...
-ja, ja, ja, así que eres virgen, ¿estás seguro que quieres perderla con alguien a quien odias y a quien crees despreciable?
Yo no le dije nada, solo le acerqué la botella, él sonriendo tomo la posición y luego yo, lo único que quería era desligarme de él rápida y de una vez por todas, así que me desvestí mientras él se preparaba y cuando su amigo ya estaba despierto, cerré los ojos, me subí sobre él y me puse en posición, pero cuando estaba a punto de introducirlo el grito:
-¿a caso eres tonto?, ¿no que sabias del tema?
Yo no entendía que se refería, pero antes de preguntar él me empujo y luego dijo:
¿-si lo metes así te lastimaras, a caso no sabes que debes lubricar tu hoyo?
-amm, no sabía.
Él abrió el cajón de la mesa cerca a su cama, sacó una botella y luego dijo:
-eso es un lubricante, ve al baño, pon un poco de lubricante en tus dedos e introdúcelos en tu trasero, eso te ayudará a aflojarlo, empieza con uno y cuando ya entren tres regresa.
Yo solo tome la botella y me fui al baño.