Rey Clifford, un joven maestro que una vez fue desterrado de su familia, vivió como un vagabundo hasta que el destino lo llevó a convertirse en parte del ejército.
¿Quién habría pensado que en el ejército su destino cambiaría drásticamente? De ser inepto en el uso de armas, pasó a convertirse en el dios de la guerra más joven de su país.
Terminada la guerra, regresó de la frontera y aquí comienza su historia.
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Capítulo 22
...Capítulo 22...
"¡Su Majestad el Emperador ha llegado...!"
Un sirviente del palacio anunció que el Emperador había llegado.
Tan pronto como las palabras fueron pronunciadas, todas las personas presentes, ya fueran ministros, generales, empresarios o ciudadanos comunes, se arrodillaron.
Poco tiempo después, desde el interior del palacio, varios guardias fuertemente armados formaron dos filas, escoltando al Emperador hasta el podio del salón, donde ya se encontraban varios funcionarios, incluidos Rey y los dos príncipes.
"¡Larga vida a Su Majestad!"
"¡Larga vida a Su Majestad!"
"¡Larga vida a Su Majestad!"
Las voces de miles de personas resonaron en el cielo, expresando sus oraciones y esperanzas de larga vida para el Emperador.
Después de eso, un hombre que parecía mayor de lo que realmente era caminó entre las filas de guardias.
Tan pronto como el Emperador se sentó en su trono de oro tallado con dos dragones enfrentados, hizo un gesto con la mano para que los asistentes se levantaran.
"A todos los presentes, ¡el Emperador les permite ponerse de pie!", dijo el sirviente mientras volvía a su posición a la izquierda y ligeramente detrás del Emperador.
"¡Gracias, Su Majestad!"
Acto seguido, el Emperador indicó al Segundo Príncipe que diera unas palabras de bienvenida.
Sin sentirse incómodo en absoluto, incluso cuando fue mirado con desdén por el Príncipe Heredero, el Segundo Príncipe se dirigió al podio antes de hacer una reverencia al Emperador. (Una reverencia es la forma en que un plebeyo saluda a su rey, a diferencia de la reverencia de un siervo a su Dios).
"Saludos a todos los presentes. Ministros, funcionarios del palacio, empresarios, fuerzas del orden, soldados que se han sacrificado para defender la soberanía del país, a toda la gente del Imperio Erosia dondequiera que se encuentren.
Les traigo buenas noticias: la guerra ha terminado. Recientemente, hace menos de un mes, las fuerzas aliadas enemigas se retiraron de la frontera a 150 millas de distancia. Y esto está fuera del acuerdo previo. Démosle un aplauso a nuestros valientes soldados en el campo de batalla. También, oremos juntos por nuestros guerreros caídos. ¡Comencemos a orar!"
De repente, el ambiente se volvió silencioso durante unos 5 minutos.
"¡Amén!"
Luego, el príncipe continuó su discurso.
"Algunos de ustedes ya lo saben, otros no, y algunos pueden estar especulando. La verdad es que el palacio celebra este evento con el único propósito de anunciar el día en que, durante la guerra, Erosia finalmente obtuvo una gran victoria. No solo logramos defender cada centímetro de nuestro territorio fronterizo, sino que Erosia también logró infligir un golpe devastador a las fuerzas enemigas. No negamos que el país no está completamente a salvo. Solo siendo fuertes, colaborando y estando dispuestos a sacrificarnos podremos lograr la verdadera paz en Erosia. Espero que esta explicación satisfaga la curiosidad de todos los ciudadanos de Erosia.
En la guerra, Erosia no solo necesita soldados fuertes, equipo de guerra avanzado y una gran cantidad de municiones. Más que eso, Erosia también necesita un líder capaz, resistente, brillante, capaz de leer cada situación y utilizar los recursos disponibles. Tenemos a esa persona ahora mismo. Y podemos decir que Erosia seguirá siendo un imperio fuerte mientras esta persona exista. Él es el comandante supremo de las fuerzas armadas de Erosia. ¡Demos la bienvenida al comandante supremo del imperio, apodado por el enemigo como el Carnicero del Norte! Y yo, en nombre del imperio, espero que en el futuro nazcan en Erosia más personas como él, como pilares para defender la soberanía del país. Con esto, ¡demos la bienvenida a nuestro comandante supremo, el Carnicero del Norte!"
"¡Viva Erosia!"
"¡Paz para Erosia!"
"¡Mientras el Carnicero del Norte siga en pie, Erosia será invencible!"
Vítores y elogios resonaron, haciendo vibrar una vez más cada corazón. Este alto sentido de nacionalismo es la razón por la que el imperio sigue en pie hasta el día de hoy.
Rey caminó con orgullo hacia el Emperador. Una vez frente a él, se arrodilló en señal de respeto.
"Mis respetos al Emperador. ¡Que Su Majestad tenga una larga vida y que Erosia sea un país seguro, próspero y pacífico bajo su liderazgo!", dijo Rey con voz firme. Era la primera vez que se arrodillaba ante alguien, por lo que se sentía un poco incómodo. Rey, un asesino, nunca se arrodillaba. Incluso cuando estaba rodeado de enemigos con armas apuntando a su entrecejo, se mantenía firme.
Al ver a Rey arrodillado, el Emperador descendió de su trono y ayudó a Rey a levantarse.
"Carnicero del Norte. Parece que ese título no es una exageración", dijo el Emperador con una sonrisa.
"Su Majestad, no merezco sus elogios".
El Emperador siguió sonriendo. De hecho, presionó deliberadamente a Rey canalizando su aura pura a través de la palma de su mano, que tenía apoyada en el hombro de Rey.
Rey sintió un calor recorrer su cuerpo. Luego, sintió como si un saco de arena le aplastara el hombro.
El Emperador quería probarlo. Esto puso a Rey en una situación incómoda. Si se resistía, podía parecer irrespetuoso, pero si no hacía nada, podía parecer débil.
"¡Su Majestad!"
El Emperador sonrió y dijo: "Tienes una base sólida. Eres joven. Todavía puedes ser moldeado", elogió el Emperador.
Rey se atrevió a mirar al Emperador a los ojos. Por su mirada, pudo deducir que algo no iba bien con el Emperador. Sin embargo, no se atrevió a adivinar. Pero una cosa era segura: al ver la condición del Emperador, que parecía mayor de lo que realmente era, algo malo debía haberle sucedido.
Después de la breve presentación, el Emperador hizo una señal al sirviente, quien inmediatamente hizo una reverencia.
Después de que el sirviente aplaudiera, entraron cinco doncellas, cada una con una bandeja de oro puro en las manos.
Cada bandeja parecía llevar algo encima.
"¡Mis respetos a Su Majestad!", dijeron las cinco doncellas al llegar ante el Emperador.
Una vez más, el Emperador hizo un gesto con la mano. Luego, las doncellas se colocaron obedientemente en fila.
Cuando el Emperador subió al podio, todas las miradas se posaron en él con expectación. Los medios de comunicación se prepararon con sus grabadoras y los equipos de televisión se apresuraron a colocar sus cámaras para cubrir el siguiente evento.
"A toda la gente del Imperio Erosia, especialmente a la región norte del imperio, con esto, el Imperio Erosia, con gran alegría, otorgará al comandante supremo el título de Rey del Norte, liderando a quinientos mil soldados de Erosia.
Comandante supremo, ¿está dispuesto a aceptar la responsabilidad que le confío como protector del Imperio Erosia y a morir sin rendirse jamás?".
Una vez más, Rey se arrodilló y respondió con voz firme: "¡Estoy dispuesto a dar mi vida por Erosia! ¡Es más honorable morir con honor que fracasar en el deber!".
Todos los que escucharon la respuesta de Rey sintieron escalofríos recorrer sus espinas, tanto los que estaban presentes como los que veían la transmisión en directo por televisión.
"Querida Erosia. Escuchen el juramento de su héroe. Con esto, nombro oficialmente al comandante supremo como Rey de la región norte del Imperio Erosia. Al mando de las fuerzas de Erosia. Además de a Dios, el Rey del Norte solo debe obediencia al Emperador. Dando prioridad a los intereses y al bienestar del pueblo, y jurando lealtad para proteger al Imperio Erosia con todos los medios a su alcance".
"¡Juro lealtad para seguir siendo el protector de Erosia y seguir luchando por la paz en el imperio! ¡Que el cielo sea testigo de mi juramento!"
¡Estruendo...!
De repente, de la nada, un rayo cayó del cielo con un trueno atronador.
Toda la gente sintió escalofríos al presenciar el fenómeno natural que acababa de ocurrir.
"¡El cielo ha escuchado tu juramento!". Tras decir esto, una doncella con una bandeja se adelantó con respeto.
Cuando la doncella llegó ante el Emperador, este retiró la cubierta de la bandeja, revelando una corona con grabados de un dragón y un fénix. Luego, la colocó sobre la cabeza de Rey.
"¡Saludos al Rey del Norte!"
En cuanto la corona fue colocada, toda la gente se arrodilló.
A continuación, el Emperador entregó a Rey, uno por uno, los objetos que había en la bandeja: el sello real, el manto ceremonial, la escritura de propiedad del palacio del norte y, por último, una espada con la cabeza de un dragón grabada en la empuñadura y el cuerpo del dragón en la vaina.
"Comandante, esta no es una espada ordinaria. Hay cientos de misterios sin resolver sobre ella. Creo que solo usted es digno de esta espada. Espero que pueda desentrañar los misterios de la Espada del Dragón".
"Lo intentaré, Su Majestad".
"Hmmm...", respondió el Emperador brevemente. Luego, regresó a su trono.
"Con esto, concluye la ceremonia de nombramiento y entrega del rango al comandante supremo del Imperio Erosia. ¡Que con esto, Erosia sea aún más segura, pacífica y próspera!"
"¡Viva Erosia!"
"¡Larga vida a Su Majestad!"
"¡Felicidades al Rey del Norte!"
Palabras conmovedoras salieron de la boca de todos los presentes.
