Amor En Rojo

Krasa está en la iglesia rogando a los cielos que su mejor amiga se salve, no ha podido acompañar a Georgeus porque están en medio de unas negociaciones con el reino de Belgeun, y el rey de Fontana abandonó todo, deberá ser ella quien asuma la conducción y la toma de decisiones.

De pronto un hombre se sienta a un costado, ella parece no sorprenderse, de cierta manera su presencia siempre le ha dado cierta paz, ella voltea y por primera vez lo mira fijamente.

- "Ella se va a salvar, ¿verdad?, por favor ayudala, te voy a rogar que la ayudes", expresa Krasa con desesperación.

- "Todo lo que yo quiero depende de que ella viva, haré hasta lo imposible, pero necesito que hagas algo ¿serás capaz?", preguntó el dios de la Armonía.

...Armonía, como lo ve la reina Krasa....

- "Lo que quieras, solo sálvala", respondió Krasa desesperada.

- "El rey de Belgeun traerá consigo a su hermana, ella es alguien especial, la princesa Cira tiene poderes muy especiales, puede atravesar portales. Necesito que abra uno y debes convencerla de que lo haga", expresó Armonía mientras le daba unos cristales azules.

- "¿Cómo podría?, se dice que la princesa Cira es un témpano de hielo", manifestó Krasa consternada.

- "La princesa Cira debe ser la madre del príncipe que heredará la corona de Belgeun cuando tu hijo Fortem sea rey, la vida de los hijos que tengas podrían depender del poder de aquel niño, alguien con cara de ángel, comportamiento de caballero y fuerza de un demonio, la princesa de Cira será la madre de un rey solo si logra atravesar ese portal y encontrarse con su hermana, todos deben estar conectados de alguna manera, todos son las piezas de un rompecabezas que batallará una guerra que no podrás ver, pero si quieres que tus hijos sobrevivan, que las personas que ellos amarán sobrevivan, que tu mejor amiga sobreviva, deberás hacer lo que te pido. Reina Krasa un día serás la persona más importante de mi vida, y mientras esté a tu cuidado te amaré sobre todo, pero ahora, como has confiado en mí todos estos años, debes hacer lo que te pido, sin el hijo de la princesa Cira, la última herencia de tu sangre perecerá, él será para tu legado como Georgeus para Karoly, un hermano del alma", manifestó Armonía tomando las manos de Krasa y pasándole un ligero toque de su poder, lo necesario para que él naciera en siete años.

Krasa solo asintió, aquel "ángel" como ella lo llamaba la había acompañado en momentos difíciles aun cuando los demás no lo veían como ella lo hacía, como pescador cuando casi se ahoga de niña, como ardilla cuando estuvo encerrada en el cuarto de castigo de la escuela de lenguas, como cochero cuando fue a buscar a Carpio para evitar su matrimonio; así que haría la que estaba pidiendo.

Por otro lado, Carpio miraba a su madre, como negándose a creer lo que estaba escuchando, su madre no fue una mujer amorosa, pero la imagen que tenía de ella era de una mujer honesta, justa, decidida, valiente y sobre todo resiliente, jamás la imaginó jugando sucio.

- "¿Te pusiste a pensar alguna vez lo que yo quería para mi vida, madre?", preguntó Carpio.

- "Lo necesario para Susumira es lo único importante, crees que cualquiera de los reyes que hemos heredado esta responsabilidad, pensamos en nuestros propios deseos, somos la corona y vivimos para la corona, tú hacías lo mismo hasta que esa muchachita apareció, si hay un responsable de lo que le está pasando ese eres tú, olvídala y vivirá, el olvido es su única protección, nada cambiará lo que tengo pensado", expresó la reina de Susumira sin inmutarse.

- "No es solo ella, toda mi vida la has decidido tú, nunca me has ofrecido una opción real, quien me ha tenido como títere en tus manos has sido tú, no te engañes. Hoy es el último día en que estuve cegado y a tu merced, no me interesa ser Susumira, ya no. Buscaré a la mujer con quien quiero compartir mi vida, buscaré a mi padre y si tengo que suplicar porque la salve lo haré sin miedo, luego me casaré con ella, porque tú me has dado la prueba más poderosa de que ella me ama, no se me olvida que tu puedes es leer los sentimientos, si hubieses visto en ella que solo estaba jugando, no te hubieses tomado todo este trabajo...", dijo Carpio sintiendo que algo se había roto dentro él, siendo interrumpido por su madre.

- "Has trabajado mucho para ser el rey perfecto, vas a dejar todo porque esa mujer, que es una demonia de fuego, sin poderes, pero lo es. ¿No te importa eso?", inquirió la reina con furia.

- "Sé muy bien quien es, ¿crees que si me hubiese importado la hubiese traído a mi castillo, y la hubiese tratado como mi reina?. Cuando ella sea mi esposa, será asunto tuyo aceptarnos como los futuros reyes o no, eras mi cielo madre y te has derrumbado tú sola, solo te advierto que si vuelves a lastimarla me voy a olvidar que me trajiste al mundo, recuerda que fuiste tú quien me obligó a elegir entre ella o tú, jamás hubiese querido estar en esta posición. Y una cosa más, no intentes poner al ejército contra mí, usaré mi espada contra ellos sin dudar, el derramamiento de sangre que se produzca será enteramente tu responsabilidad, después de todo me enseñaste algo muy bien, uno cuida lo que es suyo con la vida y hasta la muerte, y ella ya es mía y yo soy de ella. Así que solo te diré una última cosa: o ella, o nada", expresó Carpio con firmeza, saliendo de la habitación.

La reina de Susumira se dejó caer sentada en el piso, Bosszú la miró, quiso decirle más cosas, pero debía asegurarse de darle las herramientas necesarias al príncipe Carpio para que salvara a su hija.

Cuando el rey Georgeus llegó con Karoly a Reviere, lo primero que hizo es ir directo a la laguna de aguas mágicas, la bajó del caballo y se metió con ella en brazos, sin importar más nada que salvarla.

Una vez dentro, invocó un encantamiento "encanto de fortaleza, encanto de bondad, baje el cielo y cubran con sanidad", repitió varias veces, hasta que salieron de la laguna las custodias celestiales de la naturaleza.

...Custodias celestiales de la naturaleza ...

- "Ha pasado tiempo, Su Majestad", dijo la custodia Doris.

- "Por favor, ayúdenla. Se los ruego", expresó el rey Georgeus con desesperación.

- "Tiene un hechizo muy poderoso, somos guardianas, pero no diosas", manifestó la custodia Keydis.

- "Sé que los dioses le prestan sus poderes: sabiduría, sueño y sanidad", replicó el rey Georgeus.

- "Tu corazón es noble, puedo ayudarla, pero solo será momentáneo, debes descubrir quien lanzó el hechizo, o buscar a la divinidad correcta", expresó la custodia Dieris.

- "Háganlo, encontraré la manera de ayudarla definitivamente, denme tiempo para lograrlo", dijo el rey abrazando a su amiga y limpiando su rostro.

Las custodias elevaron el agua hasta lo más alto del cielo, y luego el agua cayó con fuerza, Georgeus protegió lo más que pudo con su cuerpo a Karoly mientras la rodeaba con su magia.

Karoly recobró su tono natural, y su respiración se volvió calmada, Georgeus la sacó del agua, la recostó en una manta, ella abrió los ojos y apenas podía mirar a su amigo, sentía que tal vez hasta eso podría ponerlo en peligro.

- "¿Quién te hizo esto, Karoly?, preguntó Georgeus.

Karoly no se atrevió a responder, Georgeus sabía que sería difícil sacarle la información, pero está vez no iba a ser dócil con ella, aunque tenga que usar sus poderes mágicos, descubriría la verdad.