Phoebe es obligada por su padre a casarse con un frío y anciano hombre por dinero.
En tanto que el terminó comprando una esposa, y aunque esta le reclamara que fue obligada, el alega que nunca le puso un arma encima para aceptar.
Siendo ese el caso, donde su relación con una enorme diferencia de poder y edad prevalece por lo alto, donde deberá acostumbrarse a su nueva vida, ¿Podrá ella encontrar la felicidad?
¿Podrá su corazón al final sentir amor?
O la vida, caprichosa por naturaleza, al igual que el destino, ¿Le deparará algo más que moverá su mundo de pies a cabeza?
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Sorpresa
Benicio lo miró sorprendido, seguramente el viejo había querido salvar su alma haciendo algo justo en la vida, pensó Benicio.
— No me interesa, regálelo o quédese con ello. No necesito su dinero dijo Benicio.
— ¿Ni siquiera dejarás que te lea el testamento?, pregunto Aurelio.
—Para ser sincero mi mente me dice lárgate de aquí, pero también una parte por puro morbo quiere saber el contenido.
¿Dónde está la viuda?, pregunto Benicio.
— Debe estar por llegar. Ha pedido de Ángelo primero hablaremos contigo.
— ¡Lo escucho!, respondió Benicio.
— A los 27 días del mes de Marzo en pleno uso de mis facultades, yo Ángelo Della Giovanna...
Dispongo de mis bienes de la siguiente manera a Benicio Fiorelli le heredó el 55 % de mis acciones empresariales, así como el control total sobre mis bienes. Los cuales deberá administrar personalmente por un plazo de cinco años, de no cumplirse no podrá disponer de dichos bienes. También lo nombro administrador de los bienes que recibirá mi esposa Phoebe Braun, por un lapso de cinco años, es mi mayor preocupación dejar a Phoebe resguardada.
Benicio comenzó a reírse era lo más estúpido que podía habérsele ocurrido a su padre.
— Jamás aceptaré nada no me interesa ni mucho menos cargar con la señora Della Giovanna dijo Benicio de manera despectiva.
El teléfono sonó y la secretaria le anunció la llegada de Phoebe y su familia.
— Comenzaré la lectura, puedes unirte a nosotros en la sala contigua y terminar de escuchar.
— Gracias, pero me tengo que ir ha sido una tarde de lo más jocosa dijo él.
— Cómo quieras, dijo Aurelio poniéndose de pie, salió de oficina y al ingresar en la sala contigua saludo a Phoebe de manera afectuosa.
La reacción de Phoebe le dio curiosidad, Aurelio comenzó la lectura.
Benicio Fiorelli mi hijo le heredó el 55 % de mis acciones empresariales. Phoebe quedó atónita con lo que escuchaba. Ángelo tenia un hijo, mientras tanto Aurelio continúaba hablando , así como el control total sobre mis bienes, incluido el 50% de la propiedad en Roma. Los cuales deberá administrar personalmente por un plazo de cinco años, de no cumplirse no podrá disponer de dichos bienes. A mi esposa Phoebe Della Giovanna le heredó el 40 % de mis acciones empresariales, la casa de Lago di como, y el 50% de la propiedad donde residimos hasta el día de mi muerte. También le dejo una cuenta bancaria de la que podrá disponer libremente a partir de la lectura de este testamento, así como también todo bien que le obsequiara durante nuestro matrimonio. Por último es mi voluntad y orden que los bienes de mi esposa sean administrados por Benicio Fiorelli, por los siguientes cinco años transcurrido ese tiempo ella podrá disponer libremente de sus bienes. Aurelio guardo silencio unos segúndos observando a los presentes. También dejo una carta, la cual será abierta en cinco años dijo Aurelio.
— Impugnaremos ese testamento, no puede ser que te dejara en manos de un completo extraño.
Benicio la observó detenidamente, ella no parecía alterada ni mucho menos.
— Phoebe si quieres impugnar el testamento estas en todo tu derecho le dijo Aurelio.
— ¿ Dónde está Benicio Fiorelli?, pregunto ella.
— El ya fue informado, por el momento no ha aceptado los términos del testamento dijo Aurelio.
— ¿Quiere impugnarlo?, pregunto Peter.
— No lo sé,¿ Phoebe que harás?, pregunto Aurelio.
Algo llamo la atención de Benicio, era el amante de Phoebe.
— Debes impugnarlo , exclamó él molestó.
— No lo haré, confío plenamente en las decisiones que tomo Ángelo. Cumpliré con su última voluntad dijo ella. Benicio se dio media vuelta y abandono el lugar.
El regreso a la casa fue tenso, todos estaban en desacuerdo con la postura de Phoebe.
— No entiendes niña que te dejaran sin nada dijo Peter.
— ¿ Tú sabias que tenia un hijo?, pregunto Martha.
— No mamá no comento nunca nada, exclamó Phoebe
— Vaya a saber las intenciones que tendrá el bastardo, comento Braian.
— Tú no puedes confiar en el es tu enemigo comento Peter. Debes impugnar el testamento, después de todo fuiste tu quien estuvo a su lado. ¿Dónde estaba su adorado hijo?,pregunto Peter.
Phoebe se puso de pie estaba harta de escuchar la misma queja...
