Del Odio Al Amor: Eres Mi Obsesión

Dominic llegó al aeropuerto y sus hombres ya tenían retenido el avión de la familia.

— Dónde está alana!. — grito Dominic.

— La señora se encuentra en el avión, no ha querido bajar. — respondió uno de los subordinados de Dominic.

— Ok, perfecto, mi palomita quiere jugar, entonces juguemos. — dijo Dominic con una sonrisa siniestra.

Dominic llamo al teléfono de Alana y ella al ver la llamada dudó en contestar, la llamada fue colgada, así que ella recibió un mensaje de Dominic.

— "Hola palomita!, a donde piensas ir sin mí".

— "Por favor déjame ir, ya no quiero vivir así, entiende, esa vida que me ofreces no la quiero".

— "Entonces no me amas lo suficientemente como para enfrentar esta situación juntos."

— "No, ya lo pensé y no te quiero lo suficiente como para poner mi vida en peligro por ti."

— "Está bien acepto tu decisión, pero mientras estés esperando a mi hijo tú te quedas a mi lado".

Alana no supo que más responder, como era posible que Dominic supiera lo de su hijo, eso no era posible nadie sabía de eso.

— "Te comió la lengua el gato?".

— "No, solo que no (sé) qué hablas?"

— "Ya no quiero seguir jugando, prepárate palomita, voy por ti".

Dominic dejo de enviar mensajes, en vez de eso le dio la autorización a Boris de que hakeara los circuitos del avión y abriera la puerta del mismo, Alana al ver lo que estaba pasando se aterró aún más, ella no tenía por su vida, ella solo pensaba en la vida de su hijo.

Después de abrirse la puerta y acercar las escaleras al avión, Dominic subió a este y vio a Alana sin expresión alguna mirarlo fijamente.

— Qué pasa contigo?, te volviste loco, o qué?.

— pregunto Alana sería.

— Vayamos a casa, allá hablamos. — respondió Dominic ya más tranquilo.

— A cuál casa?, a la mansión Lombardi o al apartamento?.— dijo Alana

— Vamos al apartamento. — respondió Dominic sin expresión.

— Ja, ja, ja, ja estás loco si crees que te voy a acompañar, contigo no voy sola a ningún lado. — grito Alana.

— Caminas por las buenas o por las malas, pero no te voy a dejar ir. — Dominic ya estaba irritado, está situación lo tenía cansado.

Cuando Alana vio que Dominic caminaba hasta ella con la intención de arrastrarla, pensó en su hijo y en las consecuencias que le ocasionaría un golpe o que Dominic use mucha fuerza para arrastrarla.

— Yo puedo caminar sola, gracias. — dijo Alana pasando al lado, de Dominic.

— Sabía que entenderías! — susurro Dominic cuando Alana estuvo cerca.

Ella lo ignoro y salió del avión, Alana quedó sorprendida al ver el despliegue de hombres que había en esta pista de aterrizaje, como era posible que un gánster pudiera hacer todo esto.

Dominic se acercó a ella al verla tan conmocionada.

— Pasa algo?. — pregunto Dominic.

— Quién eres tú realmente?. — pregunto Alana confundida.

— Bajemos de este aparato, aquí estamos expuestos. —

Dominic ayudó a Alana a bajar del avión, una vez estuvieron en el auto Dominic abrazo fuertemente a Alana.

— No vuelvas a hacerme esto, no sabes lo desesperado que estaba al saber que te perdía. — confesó Dominic muy arrepentido.

— Tú me obligaste a proceder así, yo quiero a mi hijo y no quiero que lo lastimes. — Aclaró Alana.

— Lo sé amor, perdóname por ser tan idiota, ahora que sé dé ese bebé mi amor por ti ha crecido aún más. —

— Ya no lo quieres lastimar?. — pregunto Alana emocionada.

— Claro que no, eso solo lo dije por miedo, por qué no sabía que iba a hacer con un hijo, pero ahora que él o ella existe daría la vida por protegerlo. — respondió Dominic.

— Gracias, no sabes lo bien que me hacen tus palabras. — dijo Alana con una sonrisa.

— Ahora vayamos con tus padres, ellos están muy preocupados por ti, piensan que te voy a lastimar. — acotó Dominic, con una mueca de desaprobación en el rostro.

Después de unos minutos Alana y Dominic llegaron a la mansión Ivanov, Alana aún no confiaba en Dominic, así que prefería mantener su distancia.

— Hija!, estás bien?. — pregunto Sofía preocupada.

— Si, mamá, estoy bien, solo algo cansada. — respondió Alana.

— Ten presente algo Dominic Lombardi, no permitiré que lastimes a mi hija. — aseguro Adrik muy molesto.

— No pienso lastimar a mi mujer y mucho menos a mi hijo, lo ocurrido solo fue un malentendido. — explico Dominic.

— No puedo creer en la palabra de un delincuente, por qué mejor no te marchas y dejas a mi hija en paz. — continuo Adrik.

— Lo siento señor Ivanov, pero eso es imposible, ya mis enemigos saben de la existencia de Alana y aunque yo me aleje de ella querrán lastimarla.

Dominic hizo una pausa, él estaba preocupando por lo que le pudiera pasar a Alana y era por eso que necesitaba la ayuda de sus suegros.

— No soy un delincuente como ustedes creen, tampoco soy un santo, he hecho cosas inimaginables y no me siento orgulloso de eso, pero fue la vida, que me tocó vivir. — explico Dominic.

— Si no eres un delincuente, entonces que eres?. — pregunto Sofía intrigada.

— No puedo decirlo y sé que es difícil lo que les voy a pedir, pero necesito que me crean, yo amo a su hija y daría mi vida por ella…

— Muchas palabras bonitas y donde están las pruebas de tu supuesto amor?.— pregunto Adrik.

— Yo le prometo que cuando pase el peligro que cierne sobre Alana, si ella decide dejarme yo le daré la libertad. — esas últimas palabras Dominic las dijo con un nudo en la garganta.

— Tengo tu palabra?. — pregunto Adrik.

— Así es señor. — respondió Dominic extendiendo su mano a Adrik como señal de pacto.

Dominic y Alana salieron de la casa Ivanov, durante todo el camino no dijeron ni una sola palabra, ellos parecían dos extraños en ese momento, Alana no confiaba en él, ya que realmente ella no sabía que era exactamente su pareja, ella estaba muy confundida y eso la estaba matando.