La protagonista, Elyssia Thalassian, una noble elfa de Evergreen, se ve atrapada en el vórtice de estas tensiones milenarias. Comprometida con el príncipe elfo, Aldarion Galadrim, su mundo se desmorona cuando una tragedia desata la ira entre vampiros y hombres lobo, poniendo en peligro la ya frágil paz. En un acto desesperado por evitar la guerra, el rey elfo ofrece la mano de Elyssia al príncipe vampiro, Damien Nocturne, en matrimonio, una decisión que altera el destino de todos los involucrados.
Elyssia, arrancada de su amor de infancia y lanzada a un mundo oscuro y desconocido, debe navegar la política de sangre y poder para encontrar su lugar. Mientras lucha por reconciliar su deber con su corazón, descubre que las verdaderas amenazas a su mundo y a su felicidad provienen no solo de las antiguas enemistades, sino también de secretos oscuros y lealtades divididas.
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Capítulo 22
El sol de la tarde teñía los jardines de Lúmenor con tonos dorados mientras el príncipe Aldarion caminaba junto al ministro del rey, el consejero Tharandir, entre los parterres de flores y los setos cuidadosamente recortados. Ya habian pasado semanas desde que Elyssia había partido a Nocturnia, pero a Aldarion aún le dolía como el primer día.
El príncipe escuchaba con atención las palabras del ministro, aunque su mente estaba en otra parte, ocupada por pensamientos de Elyssia y el matrimonio que había tenido lugar en Nocturnia.
—Como heredero de Evergreen, es tu deber asegurar la continuidad de nuestro linaje, mi príncipe —dijo Tharandir con tono serio, interrumpiendo los pensamientos de Aldarion—. Y eso implica tomar una decisión con respecto a tu futura esposa.
Aldarion asintió con gesto pensativo, aunque en su corazón ya había tomado una decisión.
—Hay varias opciones que considero interesantes —continuó Tharandir —. Usted decide cuales: Lady Elara Thaloriel: Hija del Lord Thaloriel, un influyente noble de la corte de Evergreen. Elara es conocida por su belleza y gracia, así como por su astucia, y también Lady Seraphina Sunleaf: Miembro de la prominente familia Sunleaf, conocida por su riqueza y poder en la región. Ella es conocida de gran inteligencia y perspicacia. Y por último esta Lady Lúthien Silvermoon: Hija del Lord Silvermoon, líder de una de las familias más antiguas y respetadas de Evergreen. Lúthien es conocida por su gentileza y generosidad, así como por su devoción a las tradiciones. Ellas son mis opciones pero si tienes a alguien en mente…
Esas Elfas eran todas de familias respetuosas y definitivamente serían esposas maravillosas, pero Aldarion solo quería a una esposa y no era ninguna de esas mujeres.
—Entiendo la importancia de mi deber, Tharandir —respondió con calma—. Pero no puedo fingir que este asunto no me causa conflicto.
Tharandir arqueó una ceja con curiosidad.
—¿Conflicto, mi príncipe? ¿De qué conflicto hablas?
Aldarion detuvo sus pasos y se volvió hacia el ministro, una expresión determinada en su rostro.
—Debo confesarte, Tharandir, que mi corazón pertenece a otra —declaró con sinceridad—. Elyssia, la hija de Lord Thalassian, es la única con la que puedo imaginar un futuro.
Tharandir frunció el ceño, claramente sorprendido por la revelación de Aldarion.
—Pero, mi príncipe, Elyssia está casada con el príncipe Damien de Nocturnia —objetó, tratando de disuadirlo—. No podemos permitirnos desafiar la alianza con Nocturnia.
Aldarion sacudió la cabeza con determinación.
—No puedo ignorar lo que siento por Elyssia, Tharandir —insistió—. Sé que las circunstancias son complicadas, pero no puedo renunciar a mi amor por ella.
Tharandir suspiró, reconociendo la firmeza en los ojos del príncipe.
—Comprendo tus sentimientos, mi príncipe —dijo con resignación—. Pero debemos ser cautelosos en nuestros actos. No podemos arriesgar la estabilidad de Evergreen por un amor imposible.
Aldarion asintió, consciente de la verdad en las palabras del ministro, pero también decidido a seguir su propio camino, aunque fuera contra viento y marea.
—Entiendo tus preocupaciones, Tharandir —respondió—. Pero también sé lo que mi corazón anhela. Y haré lo que sea necesario para alcanzarlo.
Con esas palabras, Aldarion siguió caminando por los jardines, con la determinación de seguir su propio destino, sin importar las consecuencias.
Aldarion se alejó del consejero Tharandir, buscando un momento de tranquilidad entre los jardines del palacio. El suave murmullo del viento entre los árboles y el aroma de las flores en flor le ofrecían un respiro bienvenido en medio de la tormenta de emociones que lo envolvía.
Mientras sostenía una delicada flor entre sus dedos, Aldarion se permitió un momento para contemplar su belleza efímera, una metáfora de su propio amor por Elyssia, tan hermoso pero tan fugaz en su realidad. Sin embargo, su breve momento de calma fue interrumpido por la llegada de Galadriel, cuya presencia rompió el silencio tranquilo de los jardines.
—Príncipe Aldarion —llamó Galadriel con voz firme, acercándose a él con determinación—. He reunido a varios hombres dispuestos a iniciar la guerra contra la manada del norte. Están listos para seguir tus órdenes.
Aldarion sonrió con determinación, sintiendo un impulso renovado de acción y propósito ante las palabras de Galadriel.
—Excelente, Galadriel —respondió con determinación—. Vamos al salón privado y prepararemos el ataque. No podemos permitir que los lobos sigan sembrando el caos en nuestro territorio.
Con paso decidido, Aldarion y Galadriel se dirigieron hacia el interior del palacio, atravesando los pasillos adornados con tapices y antorchas parpadeantes. Sin embargo, antes de llegar a su destino, fueron interrumpidos por una presencia repentina que les tapó el rostro y los arrastró hacia la oscuridad.
El príncipe luchó por liberarse, sintiendo el pánico y la confusión apoderarse de él mientras intentaba discernir quién o qué los había capturado. La mente de Aldarion corría a mil por hora, tratando de encontrar una salida de esa situación desesperada.
—¡Galadriel, lucha! —exclamó, instando a su compañera a resistir mientras luchaban por liberarse de sus captores desconocidos—. ¡No podemos permitirnos caer en manos de nuestros enemigos!
Sin embargo, la oscuridad y el caos reinaban a su alrededor, envolviéndolos en un manto de incertidumbre y temor mientras luchaban por encontrar una salida de su peligrosa situación.
amistad, confundiéndolos con amor de pareja, al menos de parte de ella. Y es lógico que se confundan , teniendo en cuenta que se criaron juntos
Veremos que les depara el futuro