Entre Siglos Y Maldiciones

Catalyn se la había pasado todo el día en cama, vagando entre sueños sobre su papá y entre pesadillas de la noche en que le quitaron sus poderes. No había tenido ánimos para levantarse y mucho menos quería salir de su habitación del hospital. No quería encontrarse con el hermoso mundo de brujería del aquelarre y saber que ella nunca podría pertenecer a ellos sin ser un desastre o sin herir a las personas que ella amaba.

Estaba segura de que el ataque no había sido por ella, pero cuando alguien que amas te está hiriendo, como tu mamá, puedes llegar a pensar que realmente hay algo malo contigo. Catalyn intentaba no darle vueltas para no terminar llorando, pero finalmente el dolor de recordar esa noche le ganaba y terminaba sollozando como una niña pequeña. Tenía que reconocer que era reconfortante ver que no estaba causando una pequeña tormenta dentro del hospital por sus sentimientos, pero no sentir su magia era agobiante.

Era como si su alrededor hubiera dejado de estar vivo. Sentía todo triste, agonizando. No se habia dado cuenta de lo intensa que era su conexión con todo a su alrededor a través de su magia hasta que ya la hubo perdido. Se sentía débil y enferma y su respiración se cortaba de vez en cuando.

A pesar de todo eso, aún creía que era buena idea no tener poderes.

Esa noche en especial había sido más fría y Catalyn tiritaba bajo las cobijas. Era enfermizo no tener sus poderes, pero tendría que acostumbrarse.

En ese momento, entró Victoria con una bandeja llena de comida, pero Catalyn no había tenido apetito en los dos días que llevaba hospitalizada.

- Hola palomita - le dijo ella con ternura. Le había empezado a decir así de repente, pero Catalyn no le había hecho preguntas al respecto -, ¿cómo te sientes?

- Bien, gracias Victoria - le contestó sin dar detalles.

Victoria la observó por un tiempo y luego le dijo con voz dulce y delicada.

- ¿Has pensado en la decisión que tomaste?

- Sigo creyendo que es lo mejor.

- Cat, deberías reconsiderarlo. Es tu poder, sin él seguirás así de enferma y puedes empeorar. Déjame entrenarte y enseñarte. Te prometo que te voy a cuidar.

- Te agradezco mucho que me cuides - le dijo con una sonrisa y apoyó la mano sobre la de ella. Ya no sentía ninguna conexión especial cuando la tocaba -. Pero no creo que sea buena idea.

- ¿Por qué, palomita? Eres una bruja, es tu naturaleza.

Catalyn se negaba a decir la razón, se sentía ridícula e infantil.

- Es una decisión que tomé.

- Tienes miedo, ¿no es así?

Catalyn no contestó, pero ella tenía razón.

- Tienes miedo de herir a los que quieres - continuó hablando Victoria.

- ¿Cómo lo sabes?

- Todos los brujos tenemos ese miedo. Cada ser mágico tiene miedo de su poder, pero es mejor controlarlo que solo bloquearlo e ignorarlo.

Catalyn dejó la comida de lado y miró a Victoria a los ojos. Quería contarle todo, pero se sentía avergonzada.

- Lo pensaré, muchas gracias - le dijo con una sonrisa leve.

Victoria rodó los ojos y lanzó un suspiro. Parecía desesperada.

- Tal vez a Derek si le cuentes la verdadera razón - contestó ella, como si estuviera decepcionada.

- Lo siento, Victoria. Es solo que aún no asimilo lo que hizo mi mamá.

- Si te sirve de algo, yo estoy aquí para cuidarte y este será tu hogar el tiempo que necesites - le dijo Victoria, poniéndose de pie y alisando su vestido azul oscuro. Siempre lucia como si fuera a asistir a una noche de gala.

- Gracias, Victoria - le dijo con sinceridad -. De verdad siento como si fueras mi familia.

Ella la miró unos segundos y Catalyn juró haber visto que los ojos se le llenaban de lágrimas, pero solo fue por unos segundos. Le sonrió de regreso y se devolvió unos pasos para darle un beso en la cabeza.

- Lo somos - le dijo antes de irse.

Solo unos momentos después, entró Derek con una mochila, cargado de paquetes que parecían pesados.

- ¡Hola, Cat! - la saludó com entusiasmo -. Mira, fui a tu casa y te traje todo lo que pude.

- Espera, ¿qué?, ¿mi mamá también me echó?

Derek soltó una risita que a Catalyn le pareció tierna.

- No, ella aceptó que te quedaras con nosotros unos días. Le dije que estabas internada en un hospital que te ayudaría con tus poderes y que aquí te curaremos.

- ¿Ella aceptó eso?

- Bueno, tuve que rogarle muchas veces, ¡pero ahora ya puedes vivir aquí!

Catalyn notó que Derek estaba haciendo su mayor esfuerzo por parecer animado y compartirle un poco de su energía a ella, porque Derek pocas veces sonreía. Apreciaba el gesto, pero se había acostumbrado a su apariencia calmada y algo sombría.

- No tienes que actuar así - le dijo, algo avergonzada.

- ¿Así cómo? - preguntó él mirándola a los ojos y Cat creyó haber visto que parecían mucho más oscuros bajo las luces opacas de la habitación.

Tal vez era cierto que al perder sus poderes empezaría a alucinar.

- Olvidalo. Muchas gracias por todo lo que has hecho por mi. Prometo que te voy a compensar.

- No tienes que hacerlo, solo quiero cuidarte.

- A veces te comportas como mi hermano mayor o mi papá - le dijo bromeando, pero no se esperaba lo que él le iba a contestar.

- Bueno, para mi, eres como mi hermanita.

Catalyn soltó una pequeña risa de ironía y bajó la mirada a sus manos.

- Ya veo... -. Tampoco se esperaba que le doliera su respuesta -. ¿Qué me trajiste?

- Ropa, algo de tu maquillaje. Algunos libros, tus grimorios, tus collares y tus cuadernos de la universidad. Oh, sí, puedes seguir estudiando desde aquí. El aquelarre tiene un par de acuerdos con muchos establecimientos públicos.

- Que conveniente - dijo Catalyn acostándose por completo en la cama y mirándolo con atención -. Muchas gracias, de nuevo.

Derek le sonrió y ella no pudo evitar pensar que había algo distinto en su apariencia.

- Al menos no estás fría - le dijo -. ¿Cómo te sientes?

- Mejor - le contestó simplemente -. Gracias por preocuparte. Tal vez mañana pueda salir de aquí.

- No hay prisa, puedes quedarte todo lo que quieras. Victoria tiene autorización de entrenarte y cuidarte tanto como sea necesario.

Catalyn soltó un suspiro. Cada vez que mencionaban algo relacionado a sus poderes se sentía como si estuvieran acusándola.

- Cat - la llamó Derek con voz dulce -, ¿quieres contarme por qué no quieres tus poderes de regreso?

- ¿Por qué insisten tanto? - le dijo sin levantarse.

- Porque es tu esencia, porque es lo que eres...

- Es lo que aleja la gente de mi - soltó y se sintió arrepentida de inmediato -. Olvidalo, es solo una decisión.

- Puedes protegerte con tu poder y proteger a los demás. Solo necesitas aprender.

- Agradezco tu preocupación, pero realmente no creo que sea buena idea.

- Es por lo que sucedió hace cuatro años, ¿verdad?

Catalyn alzó su cabeza asustada.

- ¿Cómo sabes eso?

- No sé nada. Cuando estabas haciendo el hechizo de memoria hace unos días hablé con tu mamá y ella me dijo que algo había sucedido hace cuatro años, que estaba asustada de que pudiera suceder de nuevo, pero no sé a qué se refería exactamente. Por eso es que... reaccionamos de ese modo. Ella dijo que podías salir lastimada si intentabas hechizos así, o lastimar a alguien.

Catalyn soltó un suspiro cansado y empezó a sentir que tal vez debía contarle la verdadera historia para que él dejara de insistir.

- ¿Recuerdas a Mary? - le preguntó e hizo su mayor esfuerzo porque la voz no se le quebrara.

- ¿Tu mejor amiga? Ella se fue de la ciudad, ¿no es así?

Catalyn asintió, reuniendo todas las fuerzas que pudo para contar la historia.

- Si, se fue hace cuatros años. Su mamá había sufrido problemas cardíacos desde que era pequeña y constantemente se desmayaba. El tratamiento era a veces demasiado costoso para que ellos pudieran costearlo y Mary siempre estaba triste por ese motivo. Por esa época yo aún estaba emocionada de tener poderes. Recientemente había descubierto que podía curar heridas y dolores, así que se me ocurrió la idea de que tal vez podría curar a la mamá de Mary.

- Oh - exclamó Derek y se acercó más a ella -. ¿Pudiste hacerlo?

Catalyn se sentó de nuevo y abrazó sus piernas.

- Intenté explicarle a Mary lo que yo podía hacer, decirle que podría sanar a su mamá. Pero... pero ella no reaccionó como yo esperaba -. Derek la escuchaba con atención y Catalyn se sintió agradecida -. Mary también iba a la iglesia del Padre Nicolás y..., ya sabes qué clase de cosas hace y dice ese hombre. Toda la historia de "hay brujas en la ciudad". Cuando le dije que yo tenía poderes, ella creyó que yo había hecho algún trato con un demonio. Dijo que yo no podía tener magia porque era una buena persona, porque esos poderes eran maldad... Cuando le mostré que podía mover objetos para probarle que no tenía intenciones de hacerle daño, ella empezó a gritar y pedir ayuda. Se veía asustada.

- Pero ella te conocía, sabía que nunca podrías hacerle daño.

Catalyn había dejado de ver a Derek a los ojos y ahora estaba mirando un punto fijo más allá de él, casi podía sentir que estaba reviviendo los recuerdos.

- Lo hice. Le hice daño. Intenté tranquilizarla, pero ella empezó a correr hacia la iglesia. No sabía qué hacer y no quería que mi mamá se diera cuenta, así que empecé a usar mi magia en ella. ¿Recuerdas cuando Alice te terminó y empecé a normalizar tus latidos?

Derek asintió, aunque Catalyn pudo ver un atisbo de dolor en sus ojos.

- Traté de hacer el mismo hechizo con ella, pero no sabía cómo... -. La voz se le quebró -, no sabía cómo y ella empezó a tener un paro cardiaco.

Derek abrió más los ojos.

- Intenté ayudar, pero no tenía experiencia con esa clase de magia..., así que empecé a pedir ayuda. Afortunadamente, mis papás me oyeron gritar y llamaron una ambulancia. Lograron salvar a Mary y atribuyeron el "accidente" a problemas cardíacos por herencia, pero yo fui la culpable.

- ¿Qué hiciste luego? -. Derek hablaba suave y dulce, como intentando no romper más a Catalyn.

- No supe de ella, no me dejaron ir al hospital. Luego esa noche... -. Catalyn sintió las lágrimas en sus ojos - esa noche escuché a mis papás discutiendo, mi mamá decía que yo era peligrosa y que había intentado matar a Mary, mientras que mi papá me estaba defendiendo. Mi mamá gritaba que todas las noches rezaba porque yo fuera una persona normal y que muchas veces se había arrepentido de tenerme. Lo que sucedió con Mary fue el desencadenante, tal vez por eso mi mamá piensa que intenté matar a las personas en el centro comercial.

- Ay Cat -. Derek la abrazó y Catalyn no pudo resistir el llanto, pero hizo su mayor esfuerzo en no llorar con más intensidad.

- Está bien - dijo, tal vez para tranquilizarse a si misma -. Por eso creo que es mejor no recuperar mi magia.

- Siento mucho que hayas pasado por todo eso -. Derek la abrazó con más fuerza y Catalyn empezó a sentirse más tranquila, aunque aún dolía -. Pero no fue tu culpa, quisiste ayudar.

- Siempre que intento ayudar lastimo a las demás personas.

- Me ayudaste a mi.

- Afortunadamente no te hice lo mismo que a Mary, estuve practicando conmigo misma durante mucho tiempo para lograr ese avance y poder ayudarte. Pero luego me desmayé y tuviste que llamar a Victoria.

- Ella te quiere más de lo que crees, en serio.

- De todos modos, son más los problemas que causo que los que resuelvo.

- ¿Y si te prometo que aquí en el aquelarre vas a poder controlar tu magia sin riesgos?

- Derek, por favor, solo quiero ser normal. Tal vez mi mamá me acepte de esta forma.

Derek no se había separado de ella y aún la abrazaba como si estuviera protegiendo un tesoro. Ella no podía ver su rostro. Hablaba más suave y grave, más dulce y cálido. Catalyn se sentía más segura entre sus brazos y escucharlo se le hacía más tranquilizador, como si él tuviera el interruptor para desactivar todo el dolor y la tristeza que había acumulado por años. Pocas veces se sentía de ese modo, pero esos escasos momentos con él la hacían querer quedarse así por siempre.

- Cat, no tienes que cambiar, no tienes que ser "normal" como tú lo llamas para que la gente te quiera. Yo te quiero, con tus poderes y también sin ellos. Eres perfecta así. Pero tus poderes son hermosos también, son vida, son luz. ¿Recuerdas lo feliz que estabas en mi habitación al ver que me ayudaste y que habías hecho algo precioso? Puedes seguir practicando y seguir haciendo cosas tan impresionantes como esa e incluso mejores. Es tu decisión, Cat, pero quiero volver a ver esa esperanza en tu rostro. ¿Puedes al menos darte la oportunidad de conocerte y ser feliz?

Catalyn se había quedado sollozando en silencio, pero las palabras de Derek la habían dejado totalmente atónita. Era hermoso lo que había dicho y la había hecho sentir que de verdad era especial, que tenía una oportunidad de practicar su magia y no herir a los que quería.

- ¿En serio lo piensas?

- Sin lugar a dudas.

Derek se separó de ella y Catalyn lo vio a los ojos. Del color del atardecer, como siempre. Él le sonrió y se alejó por completo.

- Piénsalo, Cat. Espero una respuesta en la mañana. Mientras tanto... - se acercó a la mochila que le había traído y sacó el collar de cuarzo que le había regalado Victoria. Se lo puso con cuidado -, me gusta como se te ve.

- Derek... - Él volteó a verla antes de salir de la habitación -, gracias.

- No me agradezcas, Cat. Ah, antes de que se me olvide. Hay un regalo para ti en la mochila, búscalo.

Catalyn asintió con una sonrisa y se apresuró por encontrar lo que le había dicho Derek, y rompió en llanto al ver lo que era.

Una carta.

De su papá.