El Rey Muerto

La noche pasó en calma, se que Kai no duerme mucho, he notado que cuando cae en sueño profundo tiene pesadillas, siento que pierde el control total de su cuerpo.

El día llegó, hoy debíamos arreglar el asunto de Cinthya.

Kai me llevo al ala norte, era un lugar grande y frío, escuchaba a la mujer hablar y reír.

Lucia: Para ser una mujer abandonada la pasa bien.

Kai: Ella suele entretenerse con los guardias.

Lucia: ¿Enserio?

Kai: Así es, el amor de esa mujer es muy grande.

Llegamos a la sala principal, Cinthya estaba desnuda mientras dos guardias hacian lo que deseaban con su cuerpo.

Kai: Buen día…

Cinthya cayó al suelo, se cubrió rápidamente el cuerpo con su vestido, los guardias rápidamente tomaron su ropa y salieron corriendo.

Cinthya: Mi rey ¿Que hace aquí?

Kai: Vine hablar contigo, vístete te espero afuera.

Kai me llevo al recibidor, me acerqué a un gran ventanal se veía un hermoso jardín.

Sentí los brazos de mi esposo al rededor, ya no imagino una vida sin el.

Cinthya: Mi amor lo que viste allá, ellos me obligaron yo soy una victima.

Kai: Cállate mujer y siéntate.

Cinthya: Que hace esa mujer aquí.

Kai: Es mi esposa, la reina.

Cinthya: Pero la reina soy yo, soy tu verdadera mujer.

Kai: Quiero que me digas la verdad, tú y yo jamás hemos estado juntos. Se muy bien quién fue la mujer que le entregue mi primera vez y la que me la entregó también, estoy seguro que no fuiste tú.

Cinthya: Sabes que yo te di mi primera vez.

Kai: Te daré dos opciones si me dices la verdad te dejaré ir, cuenta con una compensación para que tengas una vida buena, si me mientes hoy dejarás de respirar.

Cinthya: Mi rey yo no.

Kai: Elige bien…

Kai se sentó, hizo que yo me sentara en su regazo, sus manos jugaban con mi cabello.

Cinthya: Está bien, le dire.

Kai: Escucho.

Cinthya: Una noche hubo una boda en el pueblo, al parecer una familia estaban celebrando que su hija se casaba con un Lord, yo estaba con un grupo de mujeres, éramos mujeres de noche. Iba a visitar a un hombre que había requerido mis sevicios, camino al encuentro lo vi a usted Majestad.

Salía del bosque desorientado, al principio quise gritar pero vi el anillo que tenías puesto, era el escudo del reino así que supe que eras el rey. Trate de ayudarlo a caminar, decías cosas extrañas, cosas que jamás entendí. Yo lo lleve a mi casa, toda la noche tuvo fiebre intensa.

Cuando el sol estaba saliendo se me ocurrió la idea de hacerme pasar como que me habías quitado la pureza, ya no quería volver a trabajar por algunas monedas, me desvesti y fingí que hablamos pasado la noche juntos.

El médico que certificó mi pérdida de la virginidad yo le pague para que lo hiciera. Quería que usted me tomara como esposa, de cierta manera me trajiste al castillo pero no me diste mi lugar. Yo intenté en múltiples ocasiones buscarte, que tú te enamoraras de mi pero siempre me rechazabas.

He vivido con lujos eso no lo niego, pero no he tenido amor, pensé que usted me lo daría pero veo que ya encontró a alguien.

“Cinthya es la típica mujer que creen que pueden obligar a un hombre a amarlas, tenían ambición eso no lo niego”

Cinthya: Yo en realidad lo lamento pero no tenía otra opción. Era mentirle o morir en un burdel.

Kai: Te daré una compensación, sal de este reino, haz una nueva vida. No quiero volver a verte.

Cinthya: Lo haré señor, pero antes de irme quiero decirle algo.

Kai: ¿Que?

Cinthya: Hace unos días un hombre vino a verme, él me prometió que si le ayudaba en una misión yo sería la reina.

Kai: ¿Quien era?

Lucia: Nunca me dijo su nombre pero su misión me hizo entender que tenía que ver con esa mujer.

“Cinthya me apuntaba con su dedo”

Kai: ¿Con mi esposa?

Cinthya: Si, él me dijo que si yo le atravezaba el pecho con una daga, tú te enamorarías de mi, esa herida no te mataría pero si haría que la magia que tienes dentro desaparecería.

Lucia: ¡La daga!

“Cinthya fue hacia un cajón y sacó la daga, estaba envuelta en una tela púrpura”

Cinthya: Se lo que soy y lo que no, yo no soy una asesina, no sería capaz de herir a alguien.

Vi como se la entregó a Kai, mi corazón estaba acelerado, temia que se pinchara con ella y muriera.

Lucia: Dámela, no quiero que te lastimes.

Kai me la entregó, decidimos abandonar el ala norte.

En este punto no era necesario asesinar a Cinthya.

Kai: Pensé que la matarías…

Lucia: Es una trepadora pero no merece la muerte.

Todo el camino iba pensando en la daga que tenía en mis manos, esta fue usada para asesinar a mi hija, también es la que el libro relata que yo use para quitarle la vida a Kai.

Decidí esconderla, no quiero que caiga en manos de Kai.

Los días siguientes fueron tranquilos, Kai dejó que su personal lo vieran, algunos salieron huyendo otros como la señora Veronica decidieron quedarsen.

El castillo abrió sus puertas, el rey no se escondería, esta era mi nueva vida así que lo mejor era adaptarme a ella.

“¿Lucia?”

“¿Lucia?”

Una voz en mi cabeza me puso en alerta.

Kai: ¿Que pasa?

Lucia: Creo que ahora si me volví loca, escucho la voz de una mujer llamarme.

“Lucia soy Juana, estoy en los límites del reino, quiero entrar”

Lucia: ¡Kai! Abre ahora mismo la barrera del puerto, tú madre ha llegado.

Kai: ¿Tan pronto? Se supone que llegaría en dos días, sabes que hoy no es un buen día Lucía.

Lucia: Lo se, es luna llena.

Kai: No quiero que te pase algo malo.

Lucia: Iré ahora mismo, juro que volveré antes del anochecer.

Kai se acercó a mi, sentía sus besos nerviosos, sabía que al estar cerca a su familia lo ponía mal.

Lucia: Cariño déjame ir, volveré pronto.

Kai: Está bien, ve al puerto, dejaré la barrera abierta por dos horas, que mi madre salga antes de ese tiempo.

Lucia: Está bien.

Me hice de puntitas y bese su nariz

Lucia: Nos vemos pronto, te amo.

Comencé a caminar hacia la salida…

Kai: Lucia yo…

Lucia: Se que me amas…

Le guiñe un ojo y salí…

Por todo el camino iba nerviosa, hoy vería mi suegra básicamente. ¿Y si no me quiere?

Al llegar al puerto vi como la barrera se iba abriendo. Un rayo cayó del cielo haciendo gran estruendo. Cubrí mi rostro por miedo. Una vez abrí mis ojos la vi.

“Es un ángel”

Lucia: ¿Eres la madre de Kai?

Juana: Así es y tu debes ser su esposa. ¿No es así?

Lucia: Si, hola suegra…