La Enfermera Y El Reo

Al levantarse Emma leyó la carta que Max le entrego

Carta

Emma, yo no quería que te sintieras mal, por favor no me odies, yo entendí que nunca has tenido novio y que no fui nada delicado contigo, me porte como un vulgar cuando tengo que tratarte como lo que eres, un hermoso capullo que aún no florece, te prometo que no volverá a pasar

Sorry, please Emma no dejes de hablarme porque moriré

Las lágrimas de aquella chica enamorada caían sobre el papel blanco, ella tampoco podría dejar de hablarle por mucho tiempo.

Al llegar como siempre a la sala, después de algunas cosas que tenía pendiente, se dirigió a donde Max acomodo la silla sin decir nada, espero que se bajara y luego lo llevo hasta el patio, cuando llegaron allí el guardia se quedó en la puerta como el día anterior, cuando estuvieron alejados, por fin hablo

-escúchame Max, esto no lo escribí porque no podemos seguir diciendo estas cosas por cartas es muy peligroso, así que prefiero decírtelo en persona, te amo, me enamore de ti y estoy dispuesta a escapar junto a ti, ahora dime ¿tienes algún plan?

Max quedo pasmado ante la respuesta de la enfermera, esperaba que ella le dijera que no, y se alejara definitivamente de él, pero muy al contrario, estaba dispuesta a jugárselas todas por él, solo atinó a decir

-¡maravilloso! No sabes lo feliz que soy de escuchar Emma, te amo mucho Emma, si pudiera cargarte ahora lo haría, prometo que lo que paso ayer, no volverá a pasar- Emma trato de hacerse la indiferente con respecto a eso

- ¡ya no importa! Olvida eso ¿tienes un plan?

-no, aun no se me ocurre nada Emma

-ya pensaremos algo- el guardia dio aviso que era hora de irse a la sala.

En esos días planificaron muchas cosas para escapar juntos, pero no se esperaban que el destino tuviera otro plan.

Max esa mañana, una semana despues que Emma le dijera que lo apoyaría, comenzó a sentirse muy mal de su herida, y la fiebre regreso a atacarlo, el doctor tuvo que tomar la decisión de que fuera remitido en un hospital para que trataran las heridas que no se habían curado en ese tiempo, descubrieron que estaba haciendo una resistencia a los antibióticos y era mejor que lo vieran otros médicos, Emma fue enviada con él para que se encargara de sus cuidados en el hospital, pero ahí estuvo recluido por varias semanas y no mejoraba, la familia de el al enterarse de su situación de salud ,buscaron la manera de que fuera internado en una de las mejores clínicas del país.

Emma sintió que debía apresurarse con su plan ya que la salud de Max desmejoraba rápidamente, así que puso en marcha un plan.

Llego un día en la mañana con un bolso con un uniforme de enfermería y una peluca de mujer y algo de maquillaje y otras cosas.

Ese día entro a la habitación donde se encontraba Max acostado y le dijo, bajando la voz

-escúchame, hoy saldrás de aquí, en ese bolso están las medicinas y otras cosas que vamos a necesitar, ya estás bien, el médico me dijo que mañana te trasladan a la prisión así que hoy debes salir de aquí, le pague a alguien para que active la alarma antiincendios, cuando suene, estas pendiente, otro hombre gritara que se está incendiando el edificio, cuando veas correr al guardia sales, que no se te olvide el bolso, allí están nuestras cosas,  te voy a esperar en la plaza del centro a las siete de la noche, me iré a medio día de aquí para recoger mis cosas en casa, no las traje porque podrían sospechar,

-¿Cómo haremos para trasladarnos hasta la frontera?

-con el dinero que juntamos los dos, pague a un señor que nos llevara al otro lado de la frontera, estará allá afuera esperándote en un carro blanco luego te llevara a donde estoy y de ahí nos vamos a la frontera

Max estaba asombrado de descubrir esta nueva cara de Emma, ella tan inocente y tan pura y correcta ahora le hablaba como un ser frio y calculador, esa personalidad que tenía escondida era igual a él y lo peor es que ahora era que se estaba dando cuenta quizás ni ella la ha descubierto, porque esta otra Emma parecía  estar escondiéndose detrás de la que el conocía.

Emma acompaño a Max toda la mañana, cuando se fue acercando el medio día lo comenzó a maquillar y ayudarlo a ponerse las fajas que casi lo dejaban sin respiración, uso faja en los brazos, las que son de cuerpo completo una cinturilla para afinar la cintura, encima un vestido algo ancho zapatos de tacón bajito, la peluca negra, le hizo un maquillaje que parecía ser moreno, ya cuando estaba listo Emma lo ayudo a acostarse y arroparse para que nadie se diera cuenta y se fue, el guardia, que no era el mismo que conocía a Max, reviso la cartera de Emma al salir como todos los días

-¿El reo está bien?- pregunto a Emma el guardia, ella respondió seria

-sí,  ha dormido toda la mañana por los medicamentos

-hoy se va temprano señorita

-sí, es que me necesitan en casa para algo, buenas tardes- camino sin mirar atrás. Pero su corazón estaba a mil por horas.