En el 2010, dos años después de su receso a su tiempo, Anastasia, lleva una vida muy tranquila. De su casa a la universidad, en dónde daba clases, y de ahí de regreso.
todo se moviliza cuando recibe un sobre proveniente de florida, firmado por su hermana, en tiempo presente. Ana se siente un poco extraña con este hecho, sumado a un accidente, por el cual, vuelve a viajar, Pero está vez a 1989.
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capitulo 21: LUEGO DEL DESCANSO.
Capítulo 21: LUEGO DEL DESCANSO
Luego de su charla, Ana había respondido al beso y como era de esperarse, terminaron en la cama.
Finalizado su momento de pasión, Ana apoyo su cabeza en el pecho de Chris...
-Aún no se si aceptarte de nuevo.- bromeó ella.
Chris la miro y se arrojó sobre ella.
-Si quieres trato de convencerte.- le dijo besando su cuello y bajando hasta sus pechos debajo de las sábanas.
Ana comenzó a reír por las cosquillas que le hacía.
-Basta, Chris, estás loquito.
Él la contempló por un momento.
-Te amo, amor.- le dijo y la beso.
-Yo también te amo Chris.
-Entonces... ¿Qué sucede con tu tos?
-Nada... ¿O no te diste cuenta que ahora me hiciste reír y no pasó nada?
Chris se volvió a recostar y la atrajo hacia él así ponía otra vez la cabeza en su pecho.
-Ana, si ocurre algo, dímelo por favor, no te guardes nada.
Lo miro y sonrió. Luego se volvió a acomodar... ¿Qué le podía decir si ni ella sabía lo que le ocurría?
A la mañana siguiente, Chris la despertó con el desayuno en la cama. Que perfecto estaba siendo todo, de verdad, no deseaba regresar a su rutina diaria.
Así se dedicaron a los días que estuvieron allí, en el día hacia cosas, cocinaban, aunque ella comía poco, hablaban de cualquier cosa que no sea sus vidas y por la noche... grandes demostraciones de amor.
Una tarde, Chris estaba cortando leña con un hacha para su estufa, mientras ella colocaba los troncos en una carretilla.
Lo observo por un momento con una sonrisa.
-No puedo creer que sepas cortar leña.
Chris la miro un poco agitada.
-Pero ¿Qué creías? Mi vida no es solo un set de grabación y fiestas de gala...
Ana lo miro desconfiando.
-Bueno... esto lo se porque a los quince años tuve que actuar de hijo de un granjero, Pero lo que digo es verdad...- continuo él rodeándola con los brazos
Ana comenzó a reír, Chris le beso la mejilla.
-Estás fría, ¿Por qué no vas adentro y te preparas un té mientras me esperas?
-Pero... Te estoy ayudando.
-Ya termino y voy yo... Ve.
Entonces ella se dirigió adentro.
Comenzó a preparar su te, mientras lo veía por la ventana con una sonrisa, ¡No podía creer estar viviendo eso!
De repente, otra vez, otro ataque de tos la atacó. Este era muy fuerte porque no podía parar, ya sentía que su estómago también quería actuar, así que se tapó la boca y corrió de nuevo al baño, en dónde apenas llego al inodoro para descargar todo.
Muy agitada y cansada se enderezó para poder tirar la cadena, pero antes de hacerlo no pudo evitar alarmarse, noto que había vomitado sangre. Rápidamente, tiro la cadena se lavó la cara, los dientes. Esto se le estaba yendo de las manos... Se acomodó lo más que pudo y salió.
Justo en ese momento, Chris entraba a la casa.
-Bueno, ya estamos preparados para un invierno entero si queremos.- bromeó y ella solo lo miraba -¿Qué pasa?
Ana trató de disimular.
-Nada... preparé un té para ti también y se enfriará.
Dijo tomando su mano y caminando hacia la cocina.
Esa noche, en su momento de pasión, Ana estaba sobre Chris, cuando de repente, dejo de actuar y lo abrazó fuerte.
A Chris esto lo sorprendió.
-¿Qué ocurre?
-Nada...-dijo casi sollozando.
Chris la aparto un momento para mirarle la cara.
-Ana ¿Qué ocurre?
-Es que... Te amo y no quiero que esto se acabe.
-Mi amor ¿Tienes miedo a que pasara cuando regresemos?
Ana asintió, en cierta forma era así.
-Nada cambiará, yo seguiré contigo, porque te amo.- continuo besándola.
Llegó el fin de semana y Chris le había dicho que se prepare, debían ir al pueblo por privaciones y allí ella podría llamar por teléfono a su hermana.
-¡Mi amor! ¡¿Ya estás?! Quiero desayunar antes de salir.- grito él desde la cocina.
-¡Ya casi me termino de cambiar!
Chris seguía preparando unas tartas que habían hecho el día anterior para desayunar, cuando de repente escucho un gran ruido que lo alarmó.
-¿Ana?- pregunto Pero no obtuvo respuestas.
Corrió hasta la habitación en dónde la vio tirada en el piso, junto a la cama.
-¡Ana! ¿Qué ocurrió?- dijo desesperado agachándose a su lado.
Ana tardó un poco en responder.
-No lo, yo... Solo quise levantarme de la cama y...
-Ana, mírame... No puedes seguir así, ahora vamos al médico.
-¡No! ¡No!
-Ana...
-No es nada que unas vitaminas y un buen desayuno no arreglen, te prometo que cuando regresemos iré.
Chris suspiro, sabía que contra la terquedad de esa mujer no podía combatir.
Desayunaron, Ana, luego de lo que ocurrió, se esforzó y trató de comer lo más que pudo, sabía que Chris la vigilaba a cada paso.
Cuando llegaron al pueblo, Chris se apresuró para abrirle la puerta de la camioneta y le dió la mano para que descienda.
-¿De verdad estás bien?
-Basta, cariño, si.
entonces no le quedó más remedio que dejar de insistir.
En el negocio también podían hablar por teléfono, era todo en uno. Primero pensó en llamar a sus abuelos, pero luego, creyó que lo mejor era llamar a su hermana, y regañarla por ser parte de este complot.
-Hola, Val... ¿Cómo estás?
-¡Ana, al fin llamas!
-Bueno, es que estamos lejos del pueblo y... ¿Pero que pasa? Te noto preocupada...
-¡Ay Ana! No sé cómo decirte esto.
-Val, no me asustes.
-El abuelo... El abuelo está grave.
Ana se quedó sin habla, solo miro a Chris que había empezado a descargar de su canasto lo que llevaría.
-¿Qué ocurre?- le pregunto, pero ella no respondió.
-¡Ya vamos para allá!- exclamó decidida y colgó
Un par de horas más tarde, tomaron el camino de regreso. Ana esta vez también iba callada, pero ahora era por lo preocupada que estaba. Chris por momentos tomaban su mano, y aunque ella sonreía, él sabía que no estaba bien.
En el camino pararon en la misma estación de servicio y aprovecho para llamar a Val, acordaron encontrarse en la puerta del hospital.
Cuando llegaron, Val ya estaba allí.
-Ralf ya está por llegar, tuvimos que encontrar niñera para Alex.- contaba su hermana mientras caminaban para la sala de terapia intensiva.
Ana asintió, solo iba tomada de la mano de Chris.
Cuando estaban llegando a la sala de espera, una pequeña que apenas caminaba choco de frente con ella y se abrazó a su pierna. Ana abrió grandes ojos, al levantar la mirada, una mujer rubia venía hacia ellos.
-Ani, no molestes.-
Ana quedó paralizada y solo tomo la mano de su hermana, quien estaba en igual de condiciones, más atrás pudo notar que estaba parado un hombre moreno, alto y muy fornido, de la mano de una niña rubia.
comenzó a sentir que le costaba respirar, miro a su hermana y simplemente, se desmayo.