Me Enamoré De Tu Amor

Mi madre me ayudaba a acomodar la falda del vestido morado ya que la abertura estaba atorada con el decorado de bronce que iba desde el busto hasta la cadera. Estábamos listas pero mi madre no paraba de llorar así que nos estábamos retrasando y como era evidente alguien vino a tocar la puerta.

-Querida mia, se que te las damas tardan en

verse majestuosas pero las estamos esperando así que me gustaría bajar escoltandolas hasta el salón. -No esperaba menos de mi amoroso esposo, así que abrace a mi madre y la tranquilice para poder salir antes de que volviera a llorar.

-Ya estamos aquí mi amor así que no hagamos esperar a los invitados. Es un día importante y no va a repetirse. -Aiden me sonrió cerrando los ojos y ladeando ligeramente su cabeza. Nos escoltaba a ambas hasta las escaleras que daban al salón y mamá soltó su brazo para bajar dejándonos solos.

-Queridas naciones, es un placer para mí verlas de nuevo pero está vez me alegra que sea con un motivo distinto pues celebramos que mi amada reina Celeste cumple sus dieciocho años. -Todos me obasionaron mientras baja las escaleras sosteniendo la mano de Aiden quien lucia un traje lila cubierto por una gabardina blanca de bordados plateados.

A todos nos habían quedado marcas de nuestra pelea contra Rhett pero eso no nos había quitado el motivo para sonreír y tener aún más motivos de salir adelante. Todos salimos para rendirle honor a mi padre y pedirle por su bendición cuando el viento comenzaba a soplar haciéndonos saber que seguía presente.

Mi madre nunca se repondria y le lloraría hasta su último día de vida pero no por ello dejaría de ser una buena reina para Esmerya, tenía confianza en ella así como ella me la había brindado a mi cuando me envió con Aiden.

-El va a acompañarte siempre mamá, recuerda buscarlo cada vez que el viento sople, ahora es la manera que tiene para estar a nuestro lado. -No dijo nada, solo pasaba su mano por la capa que había ocupado mi padre al morir ese día lluvioso.

Nadie había hablado de la batalla pero lo harían en su debido momento para detallar como fue pelear con Rhett mientras esté utilizaba los Cuartz los cuales habían sido devueltos a sus dimensiones correspondientes salvo uno. El Cuartz de cubo había destruí la dimensión de Saherto así que ahora solo existía en los libros pero no se extrañaría mucho ya que solo había arena en aquel lugar y un sol abrazador que te hacía consumir más de 3 litros de agua en menos de una hora.

-Reina Celeste, queremos brindarle nuestra ayuda en la reconstrucción de su nación ya que las nuestras sufrieron menores daños y están como nuevas. Además de con ello retribuirle a tu padre todo lo que hizo por nosotros mientras gobernó. -Me habían dado un hermoso regalo que no solo sería para mí sino también para mis generaciones futuras aunque en una semana habíamos avanzado bastante y varias personas estaban regresando a sus casas ya que querían darle vida a la nación que los vio crecer.

-Gracias a todos por estar aquí en mi cumpleaños pero yo también les tengo una noticia. Esmerya y Celstya tendrán prontamente un nuevo líder para guiar sus caminos. -El salón retumbaba de aplausos, lágrimas brotaban nuevamente de los ojos de mi padre quién se las limpiaba con el pañuelo de terciopelo amarillo favorito de papá y Aiden me besaba mientras me levantaba suavemente por la cintura.

-Es el mejor regalo que me has dado cuando el que tendría que dártelo soy yo. No esperaba que tanto amor diera frutos tan pronto mi amor pero eso significa que ahora voy a consentirte aún más así que podría pasarme a tu lado cada segundo del día. -El médico me comentó que desde la primera intimación había quedado en cinta y aunque había peleado contra Rhett parte de mi magia estaba protegiendo a mi futuro hijo por lo que no había lanzado hechizos con la potencia que normalmente poseo.

El futuro era impredecible, cada día era una nueva aventura y enseñanza ya que jamás sucedía cómo lo planeadas pero eso estaba bien porque a veces sucedían mejores cosas.

Rhett nos había quitado un líder muy fuerte y sabio pero ahora estábamos esperando uno que pudiera seguir sus pasos y sería aún mejor que el. Mi hijo sería la prueba de que la confianza siempre va a vencer a la maldad que solo divide y aleja incluso a tus aliados más cercanos.