Crucigrama

Al día siguiente, Elisa se levantó temprano, debía acompañar a la señora para comprar los alimentos para el menú del día. Calentó el agua para bañarse y se alistó tan rápido como podía para que su cuerpo no sienta el frío. Ambas mujeres se fueron sin molestar a Guillermo, solo Elisa le dejó una nota sobre la mesa que decía: “Tenemos que ir temprano para las compras y de una vez vamos a trabajar, calienta el agua en la estufa que te la dejo prendida, calienta su desayuno y no llegues tarde al trabajo. Atte.: Elisa”

Él despierta y lo que hace es buscar a Elisa, pero la manta está doblada sobre la silla y el petate está enrollado, el aterrador silencio de la casa asusta al exempresario. Al ponerse de pie, llama a Elisa y nada, sobre la mesa encuentra el papel lo lee y acaricia el papel.

Guillermo se sienta y medita, verse solo en una casa nueva no le gusta, se siente incómodo, así que calienta un poco el agua para bañarse. Para echarse el agua hay un tazón de madera y este es su nuevo estilo de ducha, se siente como un cavernícola, él recuerda cuando se duchaba con Elisa, jugaban más que bañarse propiamente.

En el corazón de Guillermo se está haciendo una herida, los recuerdos le pesan, le duele recordar la última vez que amó a Elisa (no hace mucho), cada “momento” era doloroso, todo lo que parecía ser normal para él, todo lo que le pareció divertido, ahora es todo lo contrario, parece que el karma vino en el preciso momento que ocurrió el accidente. Guillermo está pagando todo, pero ¿Por cuánto tiempo?

Él está desayunando, pero su mirada luce perdida, nadie lo acompaña a la mesa solo están él y su soledad, come, pero no lo disfruta, por mucho tiempo él comía en compañía de Elisa, se había acostumbrado tanto como amigos, como cuando eran pareja, todo le trae recuerdos. Esta nueva normalidad es una nueva transición que no le gusta, nunca en su vida ha comido solo, esa nueva experiencia lo entristece y balbucea frases como: “Elisa, amorcito, perdóname”, “Elisa ¿Cuándo vamos a volver?”, “Amorcito te he extrañado, te voy a extrañar mucho cada día”

En cambio, Elisa aprende hacer mercado con la señora, las cosas son cargadas por un carretillero. La señora le explica que es la rutina de todas las mañanas, hay que habituarse al alto tránsito de personas, y hay que estar atentos para que toda la mercadería no se extravíe, que suele suceder entre los empujones.

Una vez en el puesto, Elisa descarga la carretilla con lo que puede. El carretillero descarga los bultos más pesados, luego ambas mujeres empiezan a preparar la comida, Elisa pasa su jornada muy ocupada, que no tiene tiempo para pensar en Guillermo, como le estará yendo en el trabajo, si tiene dificultades con el idioma, y nada de eso, Elisa tiene que ayudar a cocinar, servir a los clientes y lavar los trastes, en fin, ellas están full trabajo.

Guillermo se presenta al trabajo, su jefe llega en media hora, están haciendo cambio de turno los empleados, aún hay clientes que atender, tripulantes van y vienen, personal aeroportuario, aduaneros y demás empleados que trabajan en el aeropuerto y oficinas cercanas como agencias de viajes, inclusive van clientes de primera clase y clase ejecutiva.

Estos clientes le traen recuerdos a Guillermo, él recuerda sus viajes y de cómo era atendido, pero él está aprendiendo a atender, recuerda cuando él era cliente y se ponía exigente y o hasta exquisito en los gustos. Está viviendo en carne propia lo mal que siente recibir quejas por el producto que no está a gusto. Guillermo detesta eso y siente que también lo está pagando, siente que la educación de empresario en colegios exclusivos solo construye personas indeseables.

Guillermo lo está entendiendo todo, todo eso le provoca malestar, no solo ha herido el corazón de Elisa, sino que también ha hecho sentir mal a muchas personas con su mal proceder, él creyó todo lo que le habían enseñado, creyó que como empresario todo le era permitido, así es como lo formaron, así fue persuadido a creer desde su infancia, fue así con el personal de servicio también. Se siente miserable, siente que la herida se hace muy grande, siente que debe subsanar y pedir disculpas a muchas personas.

Guillermo odia este trabajo, pero es el único que hay por el momento, y no puede dejar a Elisa sin recursos, el costo del viaje lo tiene que hacer él, ella está pagando el alquiler con trabajo directamente con la dueña, un trueque que beneficia a todos. Las preguntas ahora son ¿Por cuánto tiempo tendrá que aguantar Guillermo? ¿Qué tanto va a extrañar a Elisa? ¿Por qué no piensa en su empresa y en su madre y pide a Gary que le envíe dinero en un sobre para viajar y dejar de una vez la China? Él sabe que el dinero puede resolver este problema, ¿No dijo él mismo que todo lo tenía bajo control? ¿En qué está pensando Guillermo? ¿Será que con tanta carga de culpa no puede le pensar con claridad? ¿Será por eso que extraña a Elisa?

A la noche, Guillermo sale y se encuentra con Elisa.

-Hola, Elisa ¿Cómo fue tu día? – una sonrisa es inevitable al verla.

- Hola, Guillermo. Me fue bien, agotador es vender comida.

- Me imagino ¿Llevas mucho tiempo esperándome? – le preocupa haber demorado en salir.

- No, descuida. He venido porque sé que no te gusta andar solo. Así que, por que aprovechar del camino a casa para platicar un poco y en casa solo dedicarse a dormir.

- Gracias por la consideración. – ese gesto le hace sentir bien.

- ¿Cómo fue tu día? – al fin muestra un poco de interés en él.

- Leí tu nota, me sentí raro comer solo, - sonríe torpemente – y en el trabajo, pues clientes buenos, regulares, y bueno de todo un poco.

- Pues sí, hay comensales que tratan mal, porque tienen dinero se creen que todo está permitido. - le dio una dura indirecta.

- Me recuerda todo a mi época de empresario, era así, lo veía normal ser exigente, así es como me formaron. - le explica.

- ¿Qué sientes ahora que debes servir? – quiere conocer al nuevo Guillermo.

- Mal, se siente muy mal. Ser exigente hasta por una tontería, no sé qué decir. - no quiere hablar de ese tema, le hace sentir miserable.

- ¿Crees que sea el karma que te está cobrando por todo lo que hecho? - sigue poniendo leña al fuego.

- Estoy entendiendo todo, me estoy dando cuenta de todo lo mal que hice. - espera que sea la última pregunta.

- Espero que tú lección sea a vida y por el momento.

- Perdóname, Elisa. Te he extrañado mucho. – la abraza por necesidad.

Elisa está conociendo a un nuevo Guillermo, un Guillermo que está aprendiendo de sus errores y pagando cada daño.