La dinastía Dickens ha estado viviendo con una maldición de procrear un solo heredero, pero no de cualquier persona. El final del hilo rojo de cada heredero de esta familia está conectada a alguien especial, que es destinada por los cielos, no importan los años que pasen, las situaciones en las que están, estás parejas se encontraran sin importar como. ¿Christopher será la clave para acabar con esta maldición que han tenido por casi 200 años? O ¿Sera el final de esta familia y su descendencia?
El hilo rojo conecta a todos aquellos que están destinados a estar juntos sin importar las circunstancias.
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Encuentros
“¿Cómo para qué tendría tiempo para ti? No eres más que una conocida” respondí de manera directa, dejando en claro mi postura sobre nuestra relación.
“Entonces, ¿por qué vienes cuando te llamo?” protestó Liz, con amargura en su voz.
“Me gusta cómo tocas, pero no me gustas a ti” confesé sin rodeos, queriendo ser honesto, aunque sabía que mis palabras podrían herirla.
“Ja, cualquier hombre pediría que le diera la atención que te estoy dando a ti” replicó Liz con sarcasmo.
“Pues ve a buscarlos. Yo no necesito tu atención” dijo antes de salir molesta de su camerino y después yo me dirigí a casa.
“Hijo, ¿y esa bolsa?” preguntó mi madre, notando el paquete que había dejado en el sillón.
“Es un regalo de Jackson. No podrá acompañarnos mañana” expliqué mientras me dirigía hacia el baño.
“¿Seguro que es de Jackson?” inquirió mi madre con una expresión de curiosidad.
“Sí, ¿por qué?” respondí, un poco desconcertado por su comentario.
“No, por nada, pero me parece raro que Jackson te dé una manzana y un mensaje así de agradecimiento dentro de una bolsa. ¿No es muy femenino?” explicó mi madre con una sonrisa juguetona.
“Otra vez con tus preguntas” respondí.
“Me lo dio Jackson” insistí y noté que mi madre tenía en las manos la bolsa que Jackson me había dado.
“No me mires así, tenía curiosidad por saber qué te había regalado y como ya estaba abierta pensé que ya lo habías visto” se justificó mi madre, mirándome con una mezcla de disculpa y diversión.
“Madre, ¿no estabas ocupada buscando a tu dichoso nieto?” le espeté, tratando de cambiar de tema.
“Estoy en ello. He avanzado y sabes, no creo que ella te haya drogado. Además, fuiste tú quien se le acercó primero” respondió ella con calma, defendiendo su investigación.
“Sí, estaba en peligro” contesté, recordando la situación.
“En nombre de todas las mujeres te doy las gracias, pero lo más raro es que después de eso, el resto del video no existe. Alguien debió eliminarlo. Pregunté al gerente del hotel, pero me dijo que ese día el sistema de seguridad del hotel había sido hackeado” explicó, revelando detalles preocupantes.
“Se me olvidó decirte algo” me dijo, mientras servía dos vasos de jugo.
Me senté en la mesa, al igual que ella "Hace unos días decidí hacer una parada rápida en el mercado antes de regresar a casa," empezó. "Quería comprar unas manzanas frescas para ti, estaba caminando entre los puestos, cuando noté a un niño que miraba con curiosidad una pila de frutas," continuó. "Venia muy tapado, traía un gorro y lentes, muy curioso y adorable."
"¿Y qué hiciste?" pregunté.
"Me acerqué a él, sonriendo," dijo mi mamá.
"¿Estás aquí con alguien, cariño?' le pregunté, mirando a mi alrededor para ver si encontraba a algún adulto conocido del niño."
"¿Y estaba solo?" pregunté.
"No, no estaba solo," dijo mamá.
"Me dijo que su mamá estaba en el puesto de flores y que lo había dejado venir a ver las frutas. Me encantó su independencia y entusiasmo."
"Entonces, le ofrecí una manzana brillante," dijo mamá.
''Toma, pequeño. Esta manzana es deliciosa'' le dije, pero al principio. Me dijo: ''Gracias, señora, pero mi mamá me dijo que no debo aceptar cosas de extraños.''
"¡Qué niño tan prudente!" exclamé, impresionado.
"Sí, así es," dijo mamá. "Me conmovió su prudencia, y después de un momento de reflexión, le dije: 'Eres muy obediente. Estoy segura de que tu mamá no se molestará si te doy esta manzana. Es solo un gesto amable.''
"¿Y luego?" pregunté.
"Después de una breve vacilación, aceptó la manzana con una sonrisa tímida," dijo mamá.
"Justo en ese momento, mi teléfono comenzó a sonar. Era una llamada importante, así que me despedí rápidamente del niño y comencé a caminar apresuradamente hacia la salida."
"Mientras contestaba la llamada, sin darme cuenta, rocé con una mujer. ''¡Oh, lo siento!'' dije, levantando la vista para ver a la mujer con la que había chocado."
"¿Y qué dijo ella?" pregunté.
"'No se preocupe,' contestó la mujer," dijo mi mamá.
"Sonreí y me alejé, pero no podía dejar de pensar en el niño. Notaba una extraña familiaridad en sus rasgos y comportamiento, pero sin darle mayor importancia en ese momento."
De que hablan, dijo mi padre mientras entraba a la sala, le contaba a Chris sobre un niño que vi en el mercado que me dio mucha curiosidad, porque sentía que tenía una conexión con él dijo mi madre.
Hablando de eso, a mi tambien me paso lo mismo, pero con una niña, dijo mi padre asombrado, mientras se sentaba al lado de mi madre.
"Mientras hacía algunas diligencias en el banco, noté a una niña pequeña sentada cerca de la entrada, jugando con su muñeca. Estaba muy concentrada arreglando el vestido de su muñeca y hablándole suavemente.
"¿Y te acercaste?" pregunto, mi madre intrigada.
"Sí," respondió papá. "Me preocupaba la posibilidad de que la niña estuviera perdida, así que me acerqué con cautela y le dije: 'Hola, pequeña. ¿Estás aquí sola? ¿Te has perdido?''
"¿Y qué dijo ella?" preguntó mamá, yo solo escuchaba ya le había respondido a mi madre, ahora que ella lo haga con mi padre.
"La niña levantó la mirada y me sonrió. 'No, señor. Estoy esperando a mi madre que está en la fila.
"Qué alivio," dijo mamá, suspirando.
"Sí, me sentí aliviado," continuó papá. "Así que me senté en una silla cercana, y le pregunté: '¿Cómo te llamas?'"
"'Sofía,' dijo ella, 'y mi muñeca se llama Emma. Estoy preparando su vestido para una fiesta,' respondió con orgullo. '¿Y usted cómo se llama?' me preguntó.
"Le dije: 'Me llamo Robert. Yo no tengo una muñeca, pero tengo un hijo que se llama Christopher.''
"Entonces, ella dijo: 'Mi hermano también se llama Christopher. Él es muy serio, pero le gusta jugar conmigo y mi muñeca.''
Papá levantó una ceja, intrigado. "Le dije: 'Mi hijo también es así, es muy serio, enojón y amargado”
dijo y él y mi madre empezaron a reírse de mí y continuo con su historia.